Se nos fue “Simplemente Pablo”, amigo, hermano, testigo de Jesús
“Temprano levantó la muerte el vuelo, temprano madrugó la madrugada, temprano estas rodando por el suelo…no perdono a la muerte enamorada, no perdono a la vida desatenta, no perdono a la tierra ni a la nada”
M. Hernández
Temprano, muy temprano e inesperadamente nos dejó Pablo Bordenave, o como él se presentaba en sus redes: “Simplemente Pablo”. Hace poco celebramos su doctorado en filosofía, obtenido con honores, después de muchos años de esfuerzo. Estaba exultante y agradecido a Dios por esa meta cumplida. Pablo amaba la docencia entremezclada con las preguntas últimas de la vida y del evangelio. Por eso, en los últimos 15 años siendo capellán del Colegio Ward pudo desplegar sus dones pródigamente. Fue pastor de una inmensa comunidad educativa. La puerta de su oficina siempre abierta, era refugio de chicos y chicas que querían hablar, preguntarle cosas, o simplemente robarle un caramelo, de los que brotaban de su escritorio o para reírse con algún truco de magia, porque también Pablo, de joven, fue mago!
Hoy esa comunidad llora esta inesperada y temprana muerte, padres, madres, docentes, empleados y por supuesto los chicos y chicas, porque siempre estuvo donde fue necesario estar, acompañando, enseñando, celebrando la Palabra.
Pablo también formó parte del equipo pastoral de la Iglesia Metodista de Villa Sarmiento, presencia que disfrutamos como colegas durante casi veinte años.
Una tarea, no institucional, que desempeñaba en sus tiempos libres, pero cuya trascendencia e impacto es hoy difícil de medir, es la que desarrolló a través de lo que algunos amigos le llamamos su “iglesia virtual”. Gran lector, no solo de libros, sino de redes y los debates que allí se entablan, “Simplemente Pablo”, marcó en ese terreno una invalorable presencia, discutiendo temas teológicos, eclesiales, políticos con mucha perseverancia, determinación, siempre firme pero apacible. Su “simplemente” quería demostrar seguramente, que se pueden discutir los temas más álgidos, pero desde un perfil bajo y con humildad, sin fanatismos descalificadores. Por ejemplo, la imagen terrorífica de Dios, presentada por algunas religiones, era un tema que lo pertubaba, por eso, ante un artículo que afirmaba que la muerte de un ser querido es una patada de Dios para hacernos reaccionar SP decía:
“Yo no puedo creer que a mis tres años de vida cuando moría mi papá, Dios estaba allí dándome una patada para que yo me levante. No, ese no es el Dios que encuentro en Jesús! Tampoco cuando a mis 11 años un amigo era atropellado por un tren, al lado mío, era Dios pateándome. Tampoco cuando después de un cáncer terrible, a mis 14, moría mi madre… Dios no estaba pateándome nada para que yo me levante… Tampoco con la muerte de una amiga en su noche de bodas, o la muerte de 4 amigos en un accidente de autos, todos muy pero muy cercanos… Nada de eso fue por «voluntad de Dios», mi mucho menos fue para que yo me levante!!!! Esa imagen de Dios es sádica y dañina, muy dañina!!!!! Lejos está el Dios de amor que encontramos en las parábolas de Jesús!!!! No sé, pero si estás pasando momentos duros, quiero decirte que no es Dios pateándote para que camines… Dios te abraza sintiendo tu dolor en sí mismo, llorando con vos y acompañandote para que no estés tan sola o tan solo!».
Sí!!, hoy nosotros/as estamos pasando por momentos duros, necesitamos ese Dios amoroso para que nos abrace y nos ayude a hacer menos dolorosa tu inesperada partida!
La muerte no es de Dios, Dios es Dios de vida. Por eso, la muerte enoja, como enoja al poeta que tanto admirabas, y al cantante que hizo famosa su poesía. “No perdono a la muerte enamorada, ni a la vida desatenta!!”. Gracias a Dios por tu vida, Pablo, aunque muy temprano levantó la muerte el vuelo y nos hubiera gustado tenerte más tiempo con nosotros.
Daniel Bruno para CMEW
