27 – Yo soy el pan de vida
Guías Metodológicas
Esta jornada no cuenta con Libro de Actividades
Juan 6:1-21, 35, 41, 48, 51
Recordamos que después de la multiplicación de los panes y de los peces, en el Evangelio de Juan (6:1-15) es cuando Jesús dice: «Yo soy el pan…” (6: 35) Ahora continúa diciendo que es el pan de vida.
La gente que escucha a Jesús recuerda las señales antiguas del tiempo pasado, cuando Dios les había provisto de pan en el desierto, dándoles la seguridad de su presencia. Ahora Jesús se presenta nuevamente en un tiempo difícil, cuando muchos niños morían de hambre realmente, y se muestra como señal del amor generoso de Dios.
Felipe, uno de los discípulos, le pregunta a Jesús por el dinero que no tienen para comprar tanto pan como necesitan, y él les muestra la potencia de su amor abundante, que multiplica los dones creados por Dios y la disposición de un muchachito que ofrece sus panes y pescados. Cuando se disponen a compartir, se encuentran con que hay pan para todos e incluso sobran doce canastas, mostrando que hay más todavía para todos, como señal simbólica de las doce tribus de Israel.
Pero Jesús se encuentra con el problema de los que tienen mentalidad de buscar el poder: quieren apoderarse de Jesús para hacerlo rey, en el modelo de los poderosos de ese tiempo y de siempre. Ellos prefieren un mesías-rey, como si Jesús fuera un déspota bienhechor que les asegura la vida, sin amor, sin entrega servicial, quieren tener a alguien que los domine, proveyéndoles vida sin dignidad, sin libertad.
Viviremos en el espíritu del arrepentimiento y conversión a Jesús, que no es una experiencia de un momento sino una experiencia de vida, un modo de vivir.
Ese «estilo de vida» que nos propone el Señor no condice con la propuesta hiperindividualista de una sociedad de consumo cada vez más cruel en el cual la brecha entre pobres y ricos es más grande. La superficialidad, el consumismo, el desprecio por la vida no son los valores evangélicos que Jesucristo nos propone.
Vamos a mirar entonces en este Encuentro cómo Jesús se ofrece a sí mismo como pan para una nueva vida, en el andar de un nuevo pueblo de Dios.
¿Qué queremos lograr?
- Entender que Jesús alimenta nuestras vidas, dándonos crecimiento y fortaleza.
- Valorar la entrega de Jesús por nosotros, haciéndose nuestro pan de vida, señal de su amor y su libertad.
- Entender la gracia de Dios como entrega gratuita de su amor, en muestra de un nuevo pacto, para un nuevo pueblo.
Índice
./ niñas/os no lectores
Contar la historia de la Biblia: Un día Jesús y sus discípulos estaban caminando y…
Explicar que ayudando al que lo necesita, compartiendo nuestras cosas (juguetes u otros), hablando de Jesús a otros chicos, invitándolos a la escuela dominical, jugando sin discriminar, estamos haciendo lo que Jesús nos enseña.
Preparar masa de pan, trabajar con ella, darle diferentes formas y, si se puede, después hornearlo. Que los chicos vean cómo leuda, amasen y le den la forma que quieran. Si el tiempo no alcanza se puede hacer una masa y llevar pan para comer juntos, pero compartir el proceso de fabricación aunque sea en alguna de sus partes.
ORAR.-
./ niñas/os lectores menores
¿Cómo es el pan que comemos? (Características físicas, gusto, aspecto, tamaño, etc) ¿Qué forma puede tener un pan? ¿Es un alimento que se puede compartir? ¿Cuándo comemos pan en la Iglesia? ¿En el culto? ¿Qué significado tiene el pan de la Santa Cena?
Comentar: Es el pan de una fiesta, de alegría y de gratitud a Dios, porque él se da a nosotros, compartiendo su vida. Es la fiesta de la comunidad cristiana reunida.
El pan recuerda el cuerpo de Cristo. Jesucristo es un pan que se comparte.
¿De qué manera lo compartimos?
Ayudando al que lo necesita. Compartiendo nuestras cosas (juguetes u otros). Hablando de Jesús a otros chicos. Invitándolos a la escuela dominical. Jugando sin discriminar, etc.
Leer el pasaje bíblico de Juan, la Biblia lo relata como un cuento muy entendible para los chicos.
¿Con qué se compara Jesús?
Comentar que: Nos ponemos fuertes cuando nos alimentamos de la presencia de Dios en nuestras vidas. Tenemos que alimentar una parte de nuestra vida que es tan importante como cuidar el cuerpo, como hacer trabajar nuestro cerebro para ser muy inteligentes, también tenemos que cuidar nuestro corazón, la parte que cada uno tiene que se relaciona con lo que sentimos y hacemos.
./ niñas/os lectores mayores
¿Cómo es el pan que comemos? (Características físicas, gusto, aspecto, tamaño, etc) ¿Qué forma puede tener un pan? ¿Es un alimento que se puede compartir? ¿Cuándo comemos pan en la Iglesia? ¿En el culto? ¿Qué significado tiene el pan de la Santa Cena?
Comentar: Es el pan de una fiesta, de alegría y de gratitud a Dios, porque él se da a nosotros, compartiendo su vida. Es la fiesta de la comunidad cristiana reunida.
El pan recuerda el cuerpo de Cristo. Jesucristo es un pan que se comparte.
¿De qué manera lo compartimos?
– Ayudando al que lo necesita.
– Compartiendo nuestras cosas (juguetes u otros).
– Hablando de Jesús a otros chicos. Invitándolos a la escuela dominical.
– Jugando sin discriminar, etc.
Así como Jesús partió el pan para que la gente pudiera comer, así dio su vida–su cuerpo y su sangre– como entrega de su amor, y por ese amor Dios nos da una vida nueva y nos hace un pueblo nuevo.
Así como es necesario alimentarse diariamente, de la misma manera tenemos que alimentar nuestra vida de fe. ¿Y cómo se logra esto? Si permanecemos en la unidad con Jesús y vivimos su vida, y conversamos con Jesús en oración y leemos su Palabra (Biblia), podemos alimentarnos.
El que ni recuerda que siempre es un seguidor o seguidora de Jesús, el que raras veces se reúne en la comunidad de los creyentes, el que apenas lee la Biblia y ora muy poco, se debilita, se enferma, porque no se alimenta como debe. Es necesario alimentarse del pan de vida todos los días si queremos vivir en buena relación con Dios y con los que nos rodean.
ORAR.-
./ adolescentes
Leer: San Juan 6: 35
Analizar las publicidades: De qué producto se trata, cómo se promociona, qué elementos se utilizan, qué valores destaca, qué proponen.
Comparar la propuesta de las publicidades con la propuesta del Evangelio.
Leer el texto de San Juan, especialmente 6.1-15.
¿Qué le ofrece Jesús a los judíos? ¿Qué nos ofrece hoy Jesús a nosotros? ¿Qué alimento nos ofrece Jesús? Preguntar: Jesús se comparó con el pan. ¿De qué manera Jesús se compara con el pan? ¿Cómo es el pan que comemos? (características físicas, gusto, aspecto, tamaño, etc. ¿Qué forma puede tener un pan? ¿Es un alimento que se puede compartir? ¿Cuándo comemos pan en la Iglesia? ¿En el culto? ¿Qué significado tiene el pan de la Santa Cena?
Comentar: Es el pan de una fiesta, de alegría y de gratitud a Dios, porque él se da a nosotros, compartiendo su vida. Es la fiesta de la comunidad cristiana reunida.
El pan recuerda el cuerpo de Cristo. Jesucristo es un pan que se comparte.
¿De qué manera lo compartimos?
- Ayudando al que lo necesita. Compartiendo nuestras vidas, nuestras cosas, compartiendo esta experiencia de tener una comunidad de fe, y de amor y de esperanza, en Jesús.
Así como Jesús partió el pan para que la gente pudiera comer, así dio su vida –su cuerpo y su sangre– como entrega de su amor, y por ese amor Dios nos da una vida nueva y nos hace un pueblo nuevo.
Así como es necesario alimentarse diariamente, de la misma manera tenemos que alimentar nuestra vida en esta fe. ¿Y cómo se logra esto? Si permanecemos en la unidad con Jesús y vivimos su vida, y conversamos con Jesús en oración y leemos su Palabra (Biblia), podemos alimentarnos.
En este tiempo de nuestras vidas, necesitamos alimentarnos y fortalecer nuestros cuerpos. Nadie de nosotros quiere aparecer débil, sin fuerzas, o con miembros subdesarrollados. En la comunidad creyente necesitamos estar fuertes, cada miembro en particular y todos en conjunto, éste es el significado del pan de la comunión o Santa Cena, estar unidos y fortalecidos en el espíritu de Jesús.
ORAR.-