25 – Jesús me pide: «Sigan unidos a mí»
Guías Metodológicas
Libro de actividades 25
Juan 15:1-17
La vid en el Antiguo Testamento se refiere al pueblo judío, en este pasaje se refiere a Jesús. Dios nos llama como pueblo a una responsabilidad que es producir frutos de justicia. Esto significa que estamos viviendo en armonía, reconciliados con Dios por la fe en Cristo. Y esa nueva vida, en comunión con Dios, será una demostración de esa fe. Porque estamos unidos a Jesús, tal como la vid al tronco de la parra, y daremos frutos de esta unión.
Jesús ya se nos ha mostrado en el evangelio de Juan como la luz verdadera, opuesta la antigua luz de la ley; luego se ha mostrado como el verdadero pan del cielo, superior al antiguo maná; y ahora se nos muestra como el verdadero pueblo de Dios, la nueva viña de Dios: en esta nueva vid estamos unidos a Jesús y por él llevamos fruto abundante.
No se trata de una simple sustitución religiosa, o de una nueva institución, como la religiosidad del judaísmo, ni se trata de cumplir un ciclo vital y nada más. En el texto hay una advertencia severa: el nuevo pueblo de Dios no es un pueblo cerrado, no es un pueblo estéril, sino que debe llevar fruto. No es para comer solos.
Ser podado –dice en el versículo 3– es estar limpios por la vida nueva de la vid, para poder dar fruto. El fruto que llevamos cuando la planta está enferma, o las ramas no están bien unidas al tronco, es un fruto agrio, o directamente no tenemos fruto. No podemos dar fruto cuando la rama de nuestras vidas no está unida a la vida que circula por el tronco de la vid. Si una rama de la viña es podada, ya no volverá a dar fruto. En cambio si permanece unida a Jesús, dará muchos y buenos frutos.
A veces sentimos que nuestra vida se seca espiritualmente. Pero si buscamos ardientemente a Dios, estaremos unidos a él, y sólo unidos a él podremos dar frutos.
¿Qué queremos lograr?
- Entender que Jesús nos llama a estar unidos entre nosotros y a Él.
- Compartir experiencias de permanecer unidos a Jesús.
Índice
./ niñas/os no lectores
Contar la historia de la Biblia, destacando que Jesús dijo que él es el árbol y nosotros las ramas.
Conversar con los chicos la importancia de las plantas y los árboles, del cuidado que hay que darles; de cómo Jesús dijo que él es la planta y nosotros las ramas. Recalcar que si estamos unidos a Jesús, estamos seguros de que somos sus amigos, y que Jesús nos eligió porque nos ama.
También se puede hacer un arbusto grande que en el tronco diga Jesús y hacerle ramas y que en las hojas digan el nombre de cada niño y se pueden dibujar en las hojas.
Se podría plantar con los chicos, en el predio de la Iglesia, algún arbolito o alguna planta y que lo vayan viendo crecer a lo largo del año.
./ niñas/os lectores menores
¿Saben que una viña tiene dos partes? Está la parte de la vid que es plantada en la tierra y crece. La otra parte es la rama. La rama crece de la vid y las uvas crecen de las ramas. Las ramas buenas producen uvas. Las ramas secas no producen uvas. Las ramas secas se tienen que cortar de la vid porque no hacen nada. ¡Pero hay veces que las ramas buenas tienen que ser podadas! Las ramas buenas, no se podan completamente, solamente un poco. Después algo maravilloso sucede. Las ramas podadas empiezan a producir botones verdes. Las hojas verdes empiezan a crecer más y se convierten a ramas chicas. Pero esto no sucede solo en la rama podada. En la rama que fue podada crecen muchas otras ramas. ¡Y si crecen muchas ramas nuevas, van a producir muchas uvas! ¡Delicioso! ¿Pero qué podemos aprender de Dios con esta historia de las ramas? Podemos aprender que así como las ramas necesitan estar conectadas a la vid, también nosotros tenemos que estar unidos a Jesús.
Podemos afirmar esto leyendo nuestra Biblia y participando en la iglesia y siendo señales de Jesús siempre. Podemos aprender que así como una rama tiene que producir uvas, nosotros debemos producir cosas buenas. Cuando pasamos tiempo con Jesús tenemos ganas de hacer cosas buenas, como lo hizo Jesús siempre en su vida, ayudando a los que más lo necesitaban.
¿Y qué tal usted? ¿Qué cosas buenas puede hacer hoy?
Contar el texto bíblico.
Explicar que: Jesús es la “vid verdadera”, es él quien nos une y Dios mismo nos cuida. Todo esto hace que podamos jugar y hacer cosas juntos. (se podrían proponer cosas para hacer juntos). Jesús quiere que estemos unidos a Él para que no nos marchitemos, que mantengamos la alegría de la vida que Dios nos da. Jesús es la vid verdadera, porque nos mantiene unidos.
Destacar la importancia de la conexión, de la comunión. De cómo la rama por sí sola no puede sobrevivir. La savia, el alimento de las plantas que va por dentro, es la comunión, la conexión con Jesucristo.
¿Qué cosas podemos hacer solos? ¿Qué cosas podemos hacer con otros? ¿Alguna vez cortaste una flor? ¿Qué le pasa a la flor fuera del árbol? ¿Se puede volver a pegar? ¿Quién cuida las plantas? ¿Qué les hacen? ¿Qué sucedió con el juego? ¿Qué pasó con los que se soltaban?
Comentar que es importante mantenernos unidos a Jesús y unidos también entre nosotros, los que participamos en la comunión de Jesús. Como vimos en el juego, es importante el gesto de sostenernos fuertemente, unidos.
ORAMOS.- Gracias, Jesús, por contarnos historias que nos ayudan a comprender más de tu amor y tu cuidado.
./ niñas/os lectores mayores
Preguntar cómo se alimenta la planta y si no contarles que la savia es el alimento de la planta que lleva todas las sustancias que la planta necesita para alimentarse. Entra por sus raíces y se distribuye por todo el árbol.
Conversar con los chicos la importancia de los árboles y de las plantas, del cuidado que tenemos que hay que darles; de cómo Jesús dijo que Él es el tronco de la planta y nosotros las ramas. Recalcar que si estamos unidos a Jesús, estamos seguros que somos sus amigos, ya que Jesús nos eligió porque nos ama.
Leer en la Biblia los versículos a partir del 7, donde Jesús habla de cómo nos considera sus amigos, de cómo nos ama y cuál es nuestra tarea. Tal vez puedan elegir un versículo o aprenderlo de memoria.
Recalcar que si estamos unidos a Jesús, estamos seguros y somos sus amigos, que Jesús nos eligió porque nos ama.
Les presentamos las respuestas correctas: Deberán tener las preguntas por un lado y el esqueleto de la grilla aparte, la pueden hacer de a dos y tener una preparada en grande para corregir todos juntos.
1- soy; 2-Dios; 3-Jesús; 4- frutos; 5-yo; 6-limpios; 7- amigos; 8-uvas; 9-unidos; 10-mandamientos; 11-siervos; 12-verdadera; 13-ramas; 14-padre; 15-amor; 16-grande
Para hacer esta grilla trabajen con la Biblia abierta, (leer con una Biblia versión RV), buscando los versículos y poniendo la palabra.
Imprimir 1: Grilla (Libro de Actividades)
ORAR.-
./ adolescentes
¿Cuáles son las cosas a las que estamos más conectados? – música – tele – jueguitos electrónicos. . .Si alguna de estas cosas te faltara, ¿con cuál “no podríamos vivir?”, ¿Tenemos fuerza de voluntad para dejar algo que nos “puede”?
Leer el texto bíblico.
Explicar que: El pasaje dice que la conexión que más nos conviene, es la conexión con el tronco principal que es DIOS. Esta es la conexión que nos va a llevar a “dar frutos” nos permite vivir una vida cerca de Jesús, nos anima a ser como él quiere que seamos.
¿Para lograr qué cosas te gustaría tener la fuerza de la savia que viene del tronco principal o para enfrentar qué cosas?
Explicar que: saber que lo que dice el versículo 7 es para nosotros saber que Dios, nos da la fuerza para “dejar lo que no nos conviene y emprender lo que sí nos conviene”?
¿Qué significa para mi vida “dar frutos”?,¿Qué frutos puedo dar?
Ya que los líderes conocen a los chicos pueden ayudarlos a descubrir las cosas que son capaces de hacer, aún las que tienen medio escondidas.
Leer y/o escuchar la afirmación del versículo 9. ¿Nos gusta?
Dejar unos minutos para que lo vuelvan a leer y si en el grupo hay algunos que no leen, que el líder lo repita suavemente por los menos dos o tres veces.
Leemos y/o escuchamos los versículos que siguen (del 10 al 17), que sea leído por lo menos dos veces y si en el grupo TODOS LEEN, que cada uno lo lea para sí.
Que la conversación vaya hacia la declaración de Jesús de “llamarnos amigos”, en que “él es quien nos eligió” y así podemos tomar coraje para dejar de ser plantas sin frutos para empezar a dar buenos frutos, cambiando primero nosotros y luego ayudar a cambiar a los otros.
Dinámicas de gratitud y de confesión:
- Para expresar nuestra gratitud: en parejas de dos, escribir anotando en papelitos verdes algunos buenos frutos que vemos en la vida de nuestro compañero de clase. Oramos, de a dos, dando gracias a Dios en cada caso.
- Para la confesión: escribir en papelitos amarillos, individualmente, aquellas cosas que nos afectan a nosotros o a nuestros amigos y compañeros (malos tratos, pereza, impaciencia, drogas, alcohol, demasiada tele, demasiada compu) que queremos enfrentar. Luego, poner en el centro un recipiente con agua y lavandina donde sumergirlos para que se blanqueen.
Resaltar que esto se puede lograr únicamente con una buena conexión al tronco principal. Es lo que nos nutre para poder dar buenos frutos.
ORAR.-
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