20 – El llamado de Dios a Samuel

16 Feb 2020
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20 – El llamado de Dios a Samuel

Guías Metodológicas


Libro de actividades 20


1ª Samuel 3


En este encuentro vamos a entrar en la vida de Samuel, ese hijo tan deseado de Ana, por el cual había orado a Dios pidiéndoselo y luego, entregándoselo.
Como había sido consagrado a Dios, vivía en el templo con el sacerdote Elí, en una época en que Dios no comunicaba mensajes y no había quien tuviera una visión.
Samuel escucha la voz del Señor y debe anunciarle a Elí el castigo de los suyos por hablar mal de Dios y no haber sido reprendidos por Elí. Samuel siente temor de contar lo que Dios le ha revelado, pero cumple fielmente con su tarea y responde cuando Dios lo llama.

También a nosotros Dios nos llama a servirlo y podemos serle fieles haciendo lo que Dios necesita de cada uno/a donde quiera que estemos.


¿Qué queremos lograr?


  • Que tengan la seguridad de que Dios siempre quiere estar en comunicación con nosotros, nos conoce por nuestro nombre y nos llama a servirle sin temor y con alegría en todo lo que hagamos.


Índice



./ niñas/os no lectores

ORAR.- dando gracias por los chicos y chicas que participan y recordar que a través de la oración nos comunicamos con Dios.

Contar la historia del capítulo 3 de 1ra Samuel.
(Leerla de la biblia o con el siguiente relato, pero siempre recordando que es una historia contenida en la Biblia).
Samuel le ayudaba a Elí en el templo. Una noche Samuel oyó que alguien lo llamaba. (Con voz suave diga: “Samuel.”).
Samuel pensó que era Elí y corrió a ver que necesitaba. Elí le dijo que no lo había llamado.
De nuevo Samuel oyó que alguien le hablaba (Con voz suave diga:“Samuel.”) y fue a ver que necesitaba. Elí le volvió a decir que no le había llamado.
Una tercera vez Samuel escuchó la voz (En una voz suave diga, “Samuel.”) y fue a donde estaba Elí. No lo había llamado, pero Elí reconoció que Dios era quien llamaba a Samuel y le aconsejó que cuando escuchara la voz respondiera diciendo:“Habla que tu siervo escucha.”
Samuel volvió a escuchar la voz (Con voz suave diga: “Samuel.”) y le respondió diciendo, “Habla que tu siervo escucha.”
Dios habló con Samuel y le pidió que hablara con Elí acerca de lo que sucedería con su pueblo que hablaba mal de Dios.
Samuel amaba a Dios y confiaba en Él. El pueblo sabía que Dios les hablaba a través de Samuel.

¿Le decimos a quién tenemos al lado, en secreto al oído como se llama el muchacho de la historia? ¿Quién lo llamó? ¿Escuchó a Dios? ¿O siguió durmiendo?

Dinámica

Pedir que se acuesten en el suelo (si hace frío que se hagan los dormidos en sus sillas) y al escuchar su nombre se levanten y digan: “Te escucho Señor”. El líder nombrará a cada uno de los chicos para que todos tengan la oportunidad de levantarse. Nos habla a través de las palabras de cariño de nuestros padres, hermanos, amigos, maestros y todos aquellos que nos aman y quieren lo mejor para nosotros.

 

Recordar que Dios siempre tiene cosas para decirnos y puede hacerlo a través de las palabras de cariño o las llamadas de atención de nuestros padres , hermanos, amigos , maestros y todos aquellos que nos aman y quieren lo mejor para nuestras vidas. Por eso nosotros le podemos decir cada día “Te escucho Señor”.

  • Compartir motivos de oración de los participantes , recordando que Dios nos conoce por nuestro nombre y siempre escucha nuestra oración.

 

./ niñas/os lectores menores

Conversar sobre cómo les gusta que los despierten cuando están durmiendo.

¿Quién los llama para que se levanten?, ¿Les gritan o los van a despertar a la cama? ¿Les molestan los ruidos cuando duermen o se duermen con la tele prendida?

Contar: 1era. Samuel 3: 1- 10:
Esta es la historia de un niño llamado Samuel. La mamá de Samuel se llamaba Ana. Ella deseaba, más que nada, un hijo, así que oraba y le pedía a Dios que se lo diera. Ana le prometió a Dios que si le daba un hijo, ella se lo daría al Señor para que le sirviera todos los días de su vida. Dios le dio a Ana el hijo que pidió y ella cumplió la promesa hecha a Dios. Cuando el niño fue suficientemente grande, ella lo llevó al templo y se lo presentó a Elí el sacerdote. Samuel sirvió en el templo bajo el cuidado de Elí.
Una noche Samuel estaba durmiendo cuando escuchó que alguien lo llamaba. Se levantó y corrió adonde estaba Elí. “Aquí estoy;¿ Me llamaste” le dijo a Elí.
“No te llamé” dijo Elí, “regresá a la cama”. Samuel fue a acostarse.
Nuevamente el Señor llamó: “¡Samuel!” Samuel saltó de la cama y fue donde estaba Elí.
“Aquí estoy; ¿Me llamaste?”.
“No te llamé, regresá a la cama”, le dijo Elí por segunda vez.
Por tercera vez Dios llamó a Samuel y éste se levantó y fue a Elí. “Aquí estoy; ¿Me llamaste?”-
Elí se dio cuenta que era Dios quien estaba llamando a Samuel y le dijo que regresara a su cama y si volvía a escuchar la voz llamándolo respondiera: “Habla Señor, que tu siervo escucha”.
Samuel se acostó y nuevamente escuchó la voz de Dios llamándole: “¡Samuel! ¡Samuel!” Esta vez Samuel contestó como Elí le había dicho, “Habla Señor, que tu siervo escucha”.

Conversar sobre el texto: ¿Cómo fue el llamado? (si Samuel lo esperaba o no) ¿Habrá tenido miedo Samuel? ¿Quién creía que lo estaba llamando a Samuel?

Samuel era un jovencito cuando Dios lo llamó. Dios sabe tu nombre tal como sabía el nombre de Samuel. Dios nos llama por nuestro nombre porque nos ama y nos invita a escuchar su voz a través de las palabras de cariño o las llamadas de atención de nuestros padres, hermanos, amigos, maestros y todos aquellos que nos aman y quieren lo mejor para nosotros y espera que le digamos como Samuel: “Aquí estoy” para compartir con quienes más necesitan , ayudar en lo que pueda, aprender con otros acerca de Dios, orar etc.

 

Manualidad

Podemos hacer vinchas de goma eva, o de cartulina con la inscripción: “Habla Señor que . . . .(cada uno le pone su nombre) escucha” .

ORAR.- Amado Padre, hoy estamos listos a escuchar tu llamado. Tal vez tenés algo especial para nosotros. Cuando llames, te contestaremos: “Aquí estoy¨. Amén

 

./ niñas/os lectores mayores

Conversar sobre cómo les gusta que los despierten cuando están durmiendo.
¿Quién los llama para que se levanten?, ¿Les gritan o los van a despertar a la cama? ¿Les molestan los ruidos cuando duermen o se duermen con la tele prendida?

Leer 1ra Samuel 3: 1 – 19

Conversar sobre el texto: el llamado, el miedo de Samuel ante Elí. Propiciar que expresen sus sentimientos en relación a la historia y comenten si pueden relacionarla con alguna vivencia personal.

Dinámica
  • Se hace un recorrido en el salón marcado con flechas de papel.
    Se divide el grupo en dos. Cada grupo debe elegir dos representantes. Uno se vendará los ojos y el otro deberá guiarlo para poder completar el recorrido. Los demás chicos deberán interferir con el que guía, tratando de confundir al representante del grupo contrario.
    Los dos grupos realizarán el recorrido al mismo tiempo, el primero en terminarlo será el ganador.
  • Reflexionar a partir de la dinámica acerca de la existencia de muchas voces (muchas opciones, muchos cosas y situaciones que nos resultan atractivas y divertidas), pero no siempre son las mejores para nuestro crecimiento y bienestar , que es lo que Dios quiere para nuestras vidas.

Reconocer la voz de Dios en medio de tantas voces que quieren apartarnos del camino de la vida plena y responder a su llamado, es un desafío que se renueva cada día, pero no estamos solos, Dios acompaña cada uno de nuestros intentos de escucharlo y servirlo porque nos conoce y nos ama.

Compartir que Dios se comunica con nosotros y podemos escucharlo a través de su Palabra, de los maestros, el pastor/a los padres, los amigos y todas las personas que nos aman y quieren lo mejor para nosotros.
Dios nos conoce, nos ama y nos llama por nuestro nombre. El llamado de Dios es algo que podemos sentir, no importa la edad que tengamos. Ese llamado nos impulsa a abrir nuestro corazón y dejar que Dios entre en nuestra vida para que podamos servirle con alegría, respondiendo a su gran amor.

  • Promover el intercambio de ideas en relación a las diferentes maneras en que podemos servir a Dios, respondiendo a su llamado en la escuela, en la familia, en la iglesia, etc.
  • Invitar a adultos o jóvenes de la iglesia para que compartan sus experiencias personales de llamado o vocación profesional.

 

Manualidad

Podemos hacer vinchas de goma eva, o de cartulina con la inscripción: “Habla Señor que . . . .(cada uno le pone su nombre) escucha” .

 

Libro de Actividades
  Imprimir 1: Actividad (Libro de Actividades)

  Imprimir 2: Crucigrama (Libro de Actividades)

 

./ adolescentes

Compartir cuáles son las voces que distinguen con mayor facilidad: cantantes de algunos grupos, protagonistas de telenovelas, alguien especial que las /los llama por teléfono. La voz de alguien de la casa cuando los/las llama para levantarse y cuáles son las voces a las que están más atentos; ¿A las de las publicidades? ¿A las de los mayores de la casa? ¿ A las de los profesores de la escuela o de los líderes de la iglesia?
Se puede llevar algo grabado en el celular y probar si reconocen quién/quiénes lo dicen.

Leer 1 Samuel 3: 1 -19.

Conversar sobre el texto: el llamado, el miedo de Samuel ante Elí. Propiciar que expresen sus sentimientos en relación a la historia y comenten si pueden relacionarla con alguna vivencia personal.

Jugar al teléfono descompuesto

Teléfono descompuesto.
Los jugadores están sentados en círculo. El director del juego susurra muy rápidamente una frase cualquiera al oído de su vecino de la izquierda. Éste repite a su vez a su vecino de la izquierda la frase que cree haber entendido y, así sucesivamente hasta el último jugador.
Una vez que se dijo rápidamente la frase en el oído de su vecino, no se puede volver a repetir, éste tiene que pasar lo que creyó escuchar.
El último jugador, dirá en voz alta la frase que cree haber oído, que debería ser la que el director del juego compartió al inicio.
Dejarse sorprender por el resultado.

 

Intercambiar ideas acerca de cuánto nos cuesta escuchar atentamente, a veces por interferencia de otras voces que tenemos alrededor, otras veces porque escuchamos sin prestar atención.

Compartir que Dios se comunica con nosotros y podemos escucharlo a través de su Palabra, de los maestros, el pastor/a los padres , los amigos y todas las personas que nos aman y quieren lo mejor para nosotros.
Dios nos conoce, nos ama y nos llama por nuestro nombre. El llamado de Dios es algo que podemos sentir, no importa la edad que tengamos. Ese llamado nos impulsa a abrir nuestro corazón y dejar que Dios entre en nuestra vida para que podamos servirle con alegría, respondiendo a su gran amor.

  • Promover el intercambio de ideas en relación a las diferentes maneras en que podemos servir a Dios, respondiendo a su llamado en la escuela, en la familia, en la iglesia, etc.
  • Invitar a adultos o jóvenes de la iglesia a compartir sus experiencias en relación a su llamado o vocación personal.

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