15 – Moisés: zarza ardiente
Guías Metodológicas
Libro de actividades 15
Éxodo 3: 1-15
El pueblo que Dios quería llamar seguía viviendo esclavizado en Egipto.
Dios había llamado a Abraham, a Isaac, a Jacob y a José, y les había prometido tierra y descendencia. Era lo que más deseaba la gente de ese tiempo: tierra donde vivir y trabajar, niños que no se murieran, que crecieran, en lindas familias.
Pero ahora los hebreos seguían trabajando muy duramente para sus amos egipcios. Los imperios no aman a Dios, sólo aman sus riquezas. El rey, llamado faraón en Egipto, tampoco amaba a Dios: sólo amaba sus riquezas y sus inmensos monumentos que mostraban su soberbia y arrogancia.
Dios vio la tristeza del pueblo, Dios escuchó sus gritos de dolor, y por eso decidió sacarlos de esa vida dura, donde se estaban muriendo, y decidió conducirlos a una nueva vida, en una tierra hermosa llamada Canaán.
Dios no llama necesariamente a personas que son capaces, sino que Dios prepara y capacita a aquellos que llama a servirle en su obra.
En este capítulo Moisés nos ilustra en su persona cómo nos resistimos a aceptar los retos y encargos que Dios nos propone.
Moisés tuvo la oportunidad de experimentar una manifestación directa de la presencia de Dios por medio de la zarza que ardía pero no se consumía. Allí recibió la misión de rescatar al pueblo de la esclavitud de Egipto, de parte de Dios.
¿Qué queremos lograr?
- Aprender que Dios conoce, prepara y capacita a los que llama para una tarea.
Índice
./ niñas/os no lectores
Contar esta historia:
Esteban jugaba a la pelota muy entusiasmado con los amigos y de pronto la pelota cayó al patio de una vecina; la fueron a buscar y vieron que doña María, estaba juntando las hojas de los árboles que el viento había tirado al suelo. Agarraron la pelota y se volvían a jugar, pero Esteban sintió como que alguien al oído le decía: –podrías ayudar a doña María a juntar las hojas, ella es mayor y está cansada.
Miró a los chicos que ya estaban jugando otra vez y se iba con ellos, pero volvió a escuchar: “Esteban, podrías ayudar…” y entonces se volvió y le dijo: “Doña María, deme la escoba y la pala que yo la ayudo”.
Y así con su ayuda terminaron el trabajo rápido. Cuando terminaron, doña María le trajo un plato con torta que Esteban muy contento por lo que había hecho, compartió
con sus amigos.
Esteban escuchó la voz de Dios, que le pedía que ayudara a la vecina.
¿Ustedes ayudan a sus compañeritos? ¿Cómo los ayudan?
¿Quién de ustedes ayudó en su casa o en el jardín en esta semana? ¿Acomodaron los juguetes? ¿Juntaron lo que estaba en el suelo?
- Tener preparados (con esa creatividad que tienen las y los maestros de niños) prendedores o broches (que pueden ser de cartulina) para colocarle a cada uno de los chicos que dicen que sí, que ayudan ( que seguramente van a ser todos) con el texto: Yo estaré contigo. (vers. 12) y les decimos que La Biblia dice que cuando vamos en ayuda de alguien Dios siempre viene con nosotros.
Contar la historia de la zarza ardiente.
Libro de Actividades
Imprimir 1: Dibujo (Libro de Actividades)
./ niñas/os lectores menores
¿Alguna vez vieron un fuego que nunca se apaga? (Algunos podrán decir “la llama olímpica”, habrá que explicar que tiene combustible). Esto es una cosa rara, y a Moisés que estaba cuidando ovejas por el campo, también le pareció raro que una zarza (que es un matorral de espinos, una maleza) estuviera ardiendo y no se consumera, no se achicara… ¡y miren qué pasó!
Leer el pasaje de Éxodo 3.1-12
¿Moisés tuvo miedo? ¿Ustedes tendrían miedo? Dios quería que Moisés fuera a Egipto a liberar al pueblo porque allí estaba cautivo (esclavos, prisioneros).
Y Dios sabía que el pueblo sufría (podemos escribir cada palabra en una tira para pegarla en el frente). Se quejaba por el maltrato, por eso Dios quería salvarlos y llevarlos a una tierra grande y buena.
Y para eso necesitaba de la ayuda de Moisés, pero ¿saben una cosa? Dios no deja solos a los que llama para que lo ayuden.
En el versículo 12 Dios dice: “Yo estaré contigo”.
¿Ustedes conocen algún pueblo, algún país, alguna provincia, alguna ciudad donde la gente está viviendo mal (seguramente los chicos contarán lo que ven por la tele)? ¿Y qué podemos hacer nosotros por ellos? ¿Ir a rescatarlos?
No, claro que no, pero podemos orar acá por ese pueblo y además podemos mandar mensajes de paz a los chicos de esos países que tanto están sufriendo. Algunas veces desde nuestras iglesias mandamos ropa y alimentos para gente que está sufriendo por alguna emergencia (Contar alguna experiencia).
No se olviden: si nosotros nos acercamos a los otros para ayudarlos, Dios dice: “Yo estaré contigo”.
Libro de Actividades
Imprimir 2: A pintar (Libro de Actividades)
./ niñas/os lectores mayores
Leer el pasaje bíblico en Éxodo 3:1-15.
¿Cómo se sentirían ustedes si Dios les hablara así?
Comentar que los hebreos sufrían mucho bajo la esclavitud de los egipcios y Moisés se sentía mal al verlos así. Cuando vio a un egipcio maltratar a un hebreo, le defendió y mató al egipcio.
¡Qué mal, Moisés, empezaste mal! Moisés ocultó el cuerpo de ese egipcio en la arena, y tuvo que salir escapando de Egipto. Huyó al desierto (muestre un recipiente lleno de arena). Cuando la noticia llegó al conocimiento del Faraón fue condenado a muerte. ¡Otra vez estás mal, Moisés, ahora eres un fugitivo en el desierto!
Después Moisés defendió a siete hermanas de las ofensas de otros pastores. Y en agradecimiento, el padre de ellas, lo invitó a quedarse con él en su casa. se casó con su hija Séfora y se dedicó a cuidar sus rebaños y tierras.
Comentar que siempre hay algo que Dios tiene preparado para que podamos hacer, por chiquito que sea. y que El siempre va a estar con nosotros.
¿Alguna vez vieron un fuego que nunca se apaga? (Algunos podrán decir “la llama olímpica”, habrá que explicar que tiene combustible).
Esto es una cosa rara, y a Moisés que estaba cuidando ovejas por el campo, también le pareció raro que una zarza (que es un matorral de espinos, una maleza) estuviera ardiendo y no se consumera, no se achicara… ¡y miren qué pasó!
¿Moisés tuvo miedo? Y ustedes ¿tendrían miedo?
Decir: Dios quería que Moisés fuera a Egipto a liberar al pueblo porque allí estaba cautivo (esclavos, prisioneros).
Y Dios sabía que el pueblo sufría. (Podemos escribir cada palabra en una tira para pegarla en el frente). Se quejaba por el maltrato, por eso Dios quería salvarlos y llevarlos a una tierra grande y buena.
Para eso necesitaba de la colaboración de Moisés, ¿pero saben una cosa?
Dios no deja solos a los que llama para que lo ayuden.
En el versículo 12 Dios dice: “Yo estaré contigo”.
Moisés creía que él no servía para hacer el trabajo al que Dios lo mandaba, pero Dios le dijo que sí.
¿Les pasa algunas veces que sienten que no pueden con alguna tarea, que no son capaces de hacer alguna cosa? (Ej. Resolver matemáticas, hablar inglés, tocar un instrumento… O ayudar a mamá lavando los platos, o barrer el piso, o ayudarle a papá a limpiar el patio?
Ponga las preguntas en recortes de llamas de fuego
Libro de Actividades
Imprimir 3: Llamas de fuego (Libro de Actividades)
Divida la clase en varios grupos. Cada grupo tendrá oportunidad de contestar preguntas que se encuentran adjuntas. Por cada respuesta incorrecta, el grupo gana una “llama de fuego”. Al terminar las preguntas, el grupo con menos llamas, gana.
Materiales: preguntas escritas en llamas de fuego
Preguntas:
1. ¿Qué hacía Moisés en el desierto?
2. ¿Qué cosa extraordinaria ocurrió?
3. ¿Qué piensas que sintió Moisés cuando vio la zarza que ardía en llamas pero no se consumía?
4. ¿Qué le dijo la voz desde la zarza la primera vez que le habló?
5. ¿De quién era la voz?
6. ¿Qué le pidió Dios que hiciera Moisés?
7. ¿Adónde iba a llevar al pueblo de Dios?
8. ¿Qué quería decir Moisés al cubrirse la cara?
9. ¿Cómo se llama el Señor?
10. Nombra las dos señales que hizo Dios a través de Moisés.
11. Nombra una excusa que Moisés le dio al
Señor para no tener que ir a Egipto y compartir el mensaje.
12. ¿Quién dijo Dios que hablaría por Moisés?
13. ¿Por qué usó Dios una zarza en llamas para hablar con Moisés?
14. ¿A quiénes llevó con él a Egipto?
15. ¿Quién salió al encuentro con Moisés?
16. ¿Se quedó convencida la gente del mensaje de Moisés?
./ adolescentes
Leer: Éxodo 3.1-15; 4.1-17
En estos relatos que leímos vimos cómo reaccionó Moisés de una manera muy natural, le presentó a Dios muchas excusas para no aceptar la misión. ¿Así serían las nuestras?
La primera de las excusas tiene que ver con su dignidad: “¿Quién soy yo?”, pregunta Moisés. Le parece que la tarea es muy grande para que alguien como él la pueda hacer.
La respuesta de Dios fue: “Yo estaré contigo”.
La segunda excusa fue que no le iban a creer. Esto también nos pasa, pero Dios le dio las “armas” para que le creyeran.
Éxodo 4.1-9.
Y también le dijo que no tenía facilidad de palabra. ¿Se acuerdan ustedes de algún ocasión cuando en el cole el profesor les pregunta algo y no saben cómo explicarlo?
Pero a Moisés se le terminaron las excusas así que tuvo que decirle a Dios…
- ¿Qué le dijo? versículo 13.
¿Se acuerdan de haber dicho algo parecido alguna vez? Pero el versículo 14 dice que Dios se enojó y lo mandó de todas maneras. - Dios le tuvo mucha paciencia a Moisés y a cada excusa que él presentaba, Dios le abría otra posibilidad.
Cuando vas a cumplir una misión en nombre de Dios, siempre vas a poder, Dios sabe muy bien por qué te la da, te provee de las herramientas necesarias y te prometió que va a estar con vos. Él sabe que sí vas a poder.
¿Se encontraron alguna vez en la actitud de Moisés? ¿Qué cosas se niegan hacer con mayor facilidad? ¿Hay algún desafío de parte de Dios para tu vida?
Tenga lista una cartulina con el título: “Dios se comunica…” y cuélguela en una pared del aula.
Cada equipo deberá leer dos o tres pasajes y luego escribir (o dibujar si hay tiempo) en una media hoja de papel blanco, la manera cómo Dios se comunicó en el pasaje leído. Abajo se encuentran los pasajes y las formas como Dios se comunicó:
Génesis 3-8, 9: cara a cara en el Jardín de Edén.
Génesis 18.1-3, 22: como un hombre, cara a cara.
Génesis 21.17, 18: como un ángel del cielo.
Génesis 28.10-13: en un sueño.
Génesis 41.15, 16, 25: en la habilidad de interpretar sueños.
Éxodo 3.1-5: como un ángel en medio de una zarza.
Pedile a Dios que te ayude.
No te olvides, Él dijo “Yo estaré contigo”.