12 – José: el reencuentro
Guías Metodológicas
Libro de actividades 12
Génesis 42, 43 y 45
Se iban cumpliendo los tiempos sobre los cuales había soñado el Faraón, y llegan los años de escasez y el pueblo comenzó comprando el trigo que tenía el faraón acumulado y del cual José era el responsable.
Comentamos los capítulos del encuentro de José con sus hermanos.
Allí llegaron los hermanos de José a comprar el trigo hasta que al final trajeron al padre con toda la familia y todas sus pertenencias.
Repasemos lo aprendido en actividades anteriores:
Los intereses de la explotación humana se imponen incluso en la vida de José (Gén 47.13-26). La inteligencia que había sido instrumento de vida por su previsión en tiempos de abundancia para enfrentar después el tiempo de hambruna, se convierte en instrumento de esclavitud para el pueblo egipcio y todos los extranjeros residentes.
Siglos después (ver Hch 7.6ss) se va a levantar “un nuevo rey en Egipto, que por cierto “no había conocido a José” (Éx 1.8), y va a comenzar la época de la esclavitud de los hebreos –desde los entonces legendarios hermanos de José que se habían asentado en la tierra de Gosén–, época que culmina con la liberación de los esclavos “hebreos” y su marcha hacia Canaán, la nueva tierra de la libertad.
En medio de los vericuetos y miserias de la historia humana, la experiencia de José nos muestra la importancia de la fidelidad al Dios de la vida y la libertad, de la justicia y la verdad. Cuando vengan nuevas situaciones donde el pecado vuelve a imponerse, más allá de nuestras posibilidades personales, el Dios liberador volverá a levantar nuevos servidores fieles: Moisés y Josué, María y Débora, entre otros.
Reencuentro es Reconciliación.
La reconciliación nunca es barata ni gratuita. A Dios le costó mucho, a Jesús se le fue la vida en esa tarea:
“…El que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron, se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación… Así pues, en nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios”. (2 Corintios 5.17-18, 20b)
Por eso leemos estos textos sobre la reconciliación entre José y sus hermanos desde la perspectiva del Nuevo Testamento, aún entendiendo que eran hermanos de una familia del antiguo pacto.
Pero podemos ver que en esta trabajosa reconciliación hay esfuerzos mutuos para valorar el pasado, reconociendo los errores, buscando repararlos en la medida de lo posible y confiando en el Dios del pacto y de las promesas.
No hay reconciliación posible cuando hay heridas todavía abiertas, cuando no hay reconocimiento de los errores y las ofensas cometidas, cuando no hay voluntad de reparar los daños realizados, hasta donde sea posible repararlos, y abriendo los corazones al Dios de la verdad, la justicia y la paz.
“Cuando se programa y se realiza el culto es porque queremos celebrar al Señor por lo que es y ha hecho en la historia. Él se presenta como dador de la vida, una vida plenamente compartida. Su día de salvación ya se ha iniciado. Esta experiencia es real y no una quimera en la vida de los creyentes. Al reunirnos a celebrar al Señor celebramos la vida. Él es la vida y nos ofrece vida en abundancia. Aún más, “reino de Dios” (expresión de los evangelios sinópticos), es sinónimo, en el cuarto Evangelio, de “vida permanente”.
Toda celebración es una expresión de vida, alegría y gestos festivos. Por lo tanto, deben ser también una denuncia de todo lo que significa muerte e injusticia. Jesús mismo entrega su vida. (…) A pesar de la agresión de los violentos, y aunque los sostenedores de la no-vida arremetan contra los que han logrado vida y libertad, no los arrebatarán de las manos de Jesús (Jn 10.28,29). Por ello el cristiano ya está en la vida. En él ya se han iniciado las realidades de reino, propias de la historia de hombres libres (Jn 8.31).
Hugo Zorrilla, “La celebración del compromiso en el reino de Dios”, en Consejo Latinoamericano de Iglesias: Jesucristo, vocación comprometida con el Reino, Costa Rica, 1982, p. 83.
Podemos leer los versículos bisagras de esta narración:
Génesis 42.6-7, 17 -23;
Génesis 43.26-31;
Génesis 45.1-16.
¿Qué queremos lograr?
- Experimentar que la reconciliación es posible cuando hay sinceridad de corazón, frente a Dios y frente a los hermanos.
- Reconocer que Dios está entre nosotros aún cuando no hacemos las cosas bien (recordar el mes anterior con la historia de Jacob).
- Valorar que Dios bendijo a José dándole la oportunidad de reencontrarse con su familia y poder ayudarlos.
Índice
./ niñas/os no lectores
Contar la historia del reencuentro de José con sus hermanos.
Destacar cómo José ayudó a sus hermanos.
Conversar sobre la manera en que podemos ayudar a otras personas.
El maestro dice algunas características de alguno de los chicos o chicas del grupo, y preguntar de quién está hablando. Por ejemplo, tengo una chica que se ríe mucho, que le gusta saltar y bailar, y que no se queda nunca quieta, y que tiene rulos… ¿Quién es? (los chicos deben responder)
Tengo un chico que es bien flaquito, que canta muy fuerte, tiene el pelo negro y liso… Tengo una chica que es muy amistosa, muy alegre y tiene flequillo…
Bueno, ustedes reconocieron a estos chicos. Y los hermanos de José no habían reconocido a su hermano, pero José sí los había reconocido a ellos…
Hacer con un palito de helado un títere de José.
Junto con el títere que cada chico lleve anotado en un papel cómo va a ayudar a alguien, que puedan dibujarlo y llevarlo a su casa para recordar lo que deben hacer.
ORAR.- por esto.
Cada niño/a corta los días de la semana y los pega en el pie.
Colorear el pie con cualquier color.
Entregar un broche de la ropa o clip de color a cada uno para que marquen cada día de la semana que tuvieron una buena acción.
Explicar que cuando ellos hacen algo bueno o si ayudan a alguien a hacer algo en la casa cada día, ellos pueden mover su broche para la ropa a ese día.
Esto les ayudará a recordar a hacer algo bueno cada día.
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./ niñas/os lectores menores
Versículo para memorizar:
“Así como el Señor los perdonó, perdonen también ustedes”. / Colosenses 3.13c
Comentar: Imagínese cuán sorprendidos estaban los hermanos de José cuando ellos se dieron cuenta que él estaba vivo, y que era el segundo hombre más poderoso en Egipto.
¿Es difícil para vos perdonar? ¿Es difícil para vos aceptar el perdón cuando alguien ha hecho algo equivocado en contra tuya?
Comentar que Dios utilizó a José para ayudar a mucha gente que no tenía alimentos. Dios nos enseña que cuando compartimos siempre alcanza. Seguramente podemos pensar en ayudar de alguna manera a alguien de esta congregación o de este barrio que necesita que nosotros compartamos lo que tenemos.
Podemos pensar en nuestras necesidades pero también en las de otros chicos. ¿Por ejemplo…?
Cada niño/a corta los días de la semana y los pega en el pie.
Colorear el pie con cualquier color.
Entregar un broche de la ropa o clip de color a cada uno para que marquen cada día de la semana que tuvieron una buena acción.
Explicar que cuando ellos hacen algo bueno o si ayudan a alguien a hacer algo en la casa cada día, ellos pueden mover su broche para la ropa a ese día.
Esto les ayudará a recordar a hacer algo bueno cada día.
Libro de Actividades
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./ niñas/os lectores mayores
Leer la historia bíblica en Génesis 42, 43 y 45.
¿Cuántos años tenía José cuando sus hermanos llegaron a Egipto buscando grano? ¿Qué sucedió durante los primeros siete años cuando José era gobernante en Egipto? ¿Qué sucedió durante los siete años siguientes? ¿Qué dijo José que hicieran sus hermanos cuando llegaran a Canaán? ¿Qué encontraron los hermanos de José en sus sacos de grano camino a Canaán?
Comentar que Dios utilizó a José para ayudar a mucha gente que no tenía alimentos. Dios nos enseña que cuando compartimos siempre alcanza. Seguramente podemos pensar en ayudar de alguna manera a alguien de esta congregación o de este barrio que necesita que nosotros compartamos lo que tenemos. Podemos pensar en nuestras necesidades pero también en las de otros chicos, ¿por ejemplo…?
Cada niño/a corta los días de la semana y los pega en el pie.
Colorear el pie con cualquier color.
Entregar un broche de la ropa o clip de color a cada uno para que marquen cada día de la semana que tuvieron una buena acción.
Explicar que cuando ellos hacen algo bueno o si ayudan a alguien a hacer algo en la casa cada día, ellos pueden mover su broche para la ropa a ese día.
Esto les ayudará a recordar a hacer algo bueno cada día.
Libro de Actividades
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./ adolescentes
Comentamos la historia del reencuentro y de cómo José se emocionó al volver a ver a los suyos.
¿Qué hubiera hecho yo en el lugar de José? ¿Puedo tener buenas actitudes con aquellos que me hirieron? Y si me pongo en el lugar de los hermanos, ¿me puedo olvidar que ese que ahora tiene poder, era el que le iba con cuentos al padre? ¿Tengo miedo ahora de él porque tiene poder? ¿De qué personas que tienen poder tengo miedo? (padres, policías, profesores, los que andan armados) ¿Por qué?
¿Creemos que Dios también está con nosotros cuando nos tenemos que enfrentar a estas personas? ¿Que también nos cuida y nos da las palabras justas y adecuadas?
Cuando te han herido, te han dañado, físicamente o en tu integridad personal… Si todavía permanece el odio y las amenazas contra tu vida, tenés que cuidarte y buscar ayuda, curar tus heridas y sanar esas broncas y enojos que te amargan, y pedir que se te haga justicia ante quienes puedan escucharte…
Si hay voluntad de reparar el daño que te hicieron, en una nueva realidad de tus agresores, arrepentidos de sus malas acciones, vos podés acercarte con una nueva actitud, y empezar el camino de la reconciliación.
Y si vos fuiste el que causaste las heridas, si vos dañaste a alguien física o psicológicamente o afectaste la integridad y la reputación de alguien, podés acercarte reconociendo el daño causado, pidiendo perdón a las víctimas directas y a los cercanos implicados, podés ayudar a arreglar alguno de los perjuicios causados, al menos para mostrar tu buena voluntad…
¡Y que el Señor los acompañe y los bendiga con la alegría de una reconciliación!
Podría intentarse una dramatización de la historia de José, con el hijo mimado de Jacob, con los sueños fantasiosos de José y la bronca de sus hermanos, cómo lo quieren encerrar en un pozo, cómo lo venden como esclavo… y ahora el reencuentro con el hermano perdido y que resulta ser el segundo después de Faraón…
OREMOS.- por aquellos que nos intimidan, con los cuales no queremos cruzarnos ni por un minuto.