03 – Pascua de Resurrección

19 Feb 2020
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03 – Pascua de Resurrección

Guías Metodológicas


Libro de actividades 03


Juan 20:19-23


Estas son preguntas que debe hacerse el líder:

¿Vivimos nosotros en el “shalom” de Dios? ¿Qué me parece la resurrección de Jesús? ¿Es simplemente algo maravilloso que le pasó a él, después de haberlo matado? ¿O es vivir como vivió Jesús, mostrando a todos como debe ser la vida?

¿Por qué creo en el Jesús resucitado? ¿Qué tiene que ver con mi vida la resurrección de Jesús?

Cuando nosotros los líderes podemos contestarnos estas preguntas con el corazón, estamos listos para hacérselas a nuestros chicos y adolescentes.

Queremos compartir algunos párrafos de un texto del pastor Néstor Miguez.

El texto bíblico nos habla de “la presencia del Espíritu Santo como aquél que nos sostiene, guía e impulsa al testimonio de la fe. El hecho histórico de Pentecostés y su significación para la tarea misionera cristiana es un hito destacado para la vida de la Iglesia. Pero, como vemos por los diversos textos, hay muchas formas de experimentar esta fuerza que nos viene de Dios. Cada uno de nosotros puede experimentar el Pentecostés que Dios quiera darnos, de distintas maneras. Haremos un estudio más cuidadoso del texto de Juan 20.19-23, y en el comentario señalaremos esta pluralidad de experiencias del Espíritu.”

“Los discípulos están encerrados, con las puertas atrancadas. El miedo los aísla. No pueden entrar las autoridades judías, cuya represalia temían, pero ellos tampoco pueden salir. El temor predomina sobre la esperanza, el miedo es el gran enemigo del amor (1 Jn 4.18). Venciendo esa traba que el temor de los discípulos había puesto, se hace presente Jesús, cumpliendo su promesa (Jn 14.19; 16.22).

Más allá de las especulaciones sobre la naturaleza corpórea del Resucitado, esta presencia nos muestra cómo Jesús rompe las barreras impuestas por el temor para hacer realidad en medio de los suyos la certeza de su victoria sobre la muerte y el cumplimiento de la Promesa. Jesús anuncia una vez más su paz. Era el saludo judío habitual, pero en sus labios adquiere una nueva significación (14.27; 17.33).

La paz aparece como una certeza que permite sobrellevar la adversidad sin perder la confianza en la presencia continua del Señor que vence al mundo. Por eso es una paz que el mundo no puede dar (Las tropas romanas eran la “garantía” de la Pax Augusta). Como Jesús ya sabía acerca del miedo de sus discípulos (6.19-20), les dio pruebas de su presencia: las heridas que lo identifican como el crucificado.

Es la continuidad de un ministerio que subsiste tras la muerte. No es un “alma en tránsito”. Es el mismo Jesús del ministerio terreno, con sus llagas, el que ahora se muestra resucitado. Son las mismas manos que lavaron sus pies tres días antes las que ahora los discípulos contemplan heridas. Esas heridas son el “ayudante” de Jesús para transmitir la seguridad de su presencia. Jesús derrota el miedo mostrando el triunfo de su amor (15.12-14) y de su paz (16.33).

El segundo saludo de Jesús (20.21-23) introduce tres temas: el envío, el poder del Espíritu y el perdón de los pecados. Los tres concretan en los discípulos las promesas de Jesús. En primer lugar, él había recibido de Dios una misión que ahora ellos deberán hacer propia (15.16; 17.18). La noticia y presencia del Resucitado modifica el lugar de la comunidad.

Él ahora estará presente en ellos (14.23; 17.21) para que cumplan con su misión. Por el envío, la comunidad de fe pasa a ser Jesús mismo en el mundo (1 Jn 4.17). Si las heridas eran la marca de identidad del crucificado, la misión será ahora la marca de identidad de los y las discípulos/as de Jesús.

Pero para cumplir esta misión es necesaria una “capacidad”, que Jesús ahora les confiere: El Espíritu Santo. El Pentecostés joanino ocurre la misma tarde del domingo de Resurrección. También en esto se cumple la promesa de Jesús durante la Pascua (14.16-17, 26; 16.13-15). El poder del Espíritu, el mismo que ha guiado a Jesús (1.32-34) y que le acompañará hasta su muerte en la cruz (19.30) pasa a los discípulos para fortalecerlos y guiarlos en la misión.

Así como Dios en la creación sopló su aliento para que el ser humano tuviera vida (Gn 2.7), Jesús sopla sobre sus discípulos el Espíritu de esta nueva creación para darle vida a esta comunidad.

El Espíritu les permitirá realizar la tarea del perdón que Jesús mismo encarnó (Jn 1.29). El llamado a la fe que la comunidad creyente debe realizar no puede ser eficaz si no está acompañado por la capacidad de liberar del dolor cotidiano y de las estructuras internalizadas del poder opresor. El dejar atrás el mundo de pecado, o decidir permanecer aferrado a la cautividad de su poder, es una decisión donde se juega la vida del ser humano (9.40-41).

Hay quienes deciden permanecer en el pecado ya que no están dispuestos a reconocer su esclavitud de los mecanismos perversos de la anti-vida. Tales no pueden encontrar lugar en la comunidad creyente. Hay quienes buscan liberarse y liberar a otros de esta carga, y deben ser recibidos en la comunidad que hoy hace presente a Cristo. Ello solo es posible en el poder del Espíritu. Si no, se transforma en poder arbitrario, y por lo tanto en el mismo pecado que dice combatir.”

(Fuente: ISEDET – Depto. de Biblia. Aportado por: Equipo de Selah)

 

Lo que no es la paz:

No es vivir sin conflictos, en medio de las injusticias.

No es jactarse de tener mucha agua, cuando nos rodea el desierto

No es vivir aislado, en una isla, cuando vivimos una guerra.

No es bailar tranquilamente cuando el Titanic se está hundiendo.

No es vivir indiferente, en medio del sufrimiento de muchos.

No es festejar cuando están muy enfermos mis hermanos.

No es vivir derrochando, entre hambrientos y empobrecidos.

 

 O podemos decirlo parafraseando una canción de los jóvenes metodistas en un campamento de 45 años atrás:

Tener paz,

no es despertarte una mañana sin cadenas:

es algo más.

Tener paz,

no es poseer las llaves de toda las puertas:

es  algo más.

Tener paz,

no es construirte solitario un mundo aparte:

es algo más.

Tener paz es convivir,

decidir, elegir.

Tener paz es amar,

comprender y luchar

para que todos tengan esa paz.

Del Cancionero Abierto, 1973. Adaptado por GB. El texto original habla de “libertad” en vez de “tener paz”


¿Qué queremos lograr?


  • Que todos confirmen su fe en el Jesús resucitado.
  • Que todos queramos vivir como vivió Jesús.
  • Que haya resurrección del amor de Dios en cada vida.

Índice



./ niñas/os no lectores

Recordar que Jesús ha resucitado y contar alguna de las historias de Jesús sanando enfermos, cuidando a los rechazados, mostrando su amor por los niños.

A Jesús lo habían matado, pero ahora está de nuevo vivo, otra vez viviendo entre nosotros…

¡Jesús estaba vivo! María, una amiga de Jesús vio a Jesús que había resucitado, y vino a contarles a todos. Por eso esa tarde se juntaron todos en una casa  y cuando estaban allí Jesús se les apareció y les dijo: ¡PAZ A USTEDES!

¿Cómo dijo Jesús? Todos juntos decimos: ¡PAZ A USTEDES!

Los amigos se pusieron muy contentos de verlo. ¿Y saben que hizo Jesús? Sopló sobre ellos para mostrarles que estaba muy contento, y que les quería regalar esa paz: esa confianza en que él estaría siempre con ellos.

¿Qué hizo Jesús? Eso: sopló sobre ellos para que ellos supieran que él les daba un impulso, su fuerza, y les dio la paz: o sea su cariño, la seguridad de su amor. A nosotros también nos da la paz, para eso resucitó, para darnos su paz, su cariño, su alegría.

Para que todos seamos amigos de todos, para que nunca tengamos miedo porque Jesús está vivo y está acá con nosotros. Para que nosotros le demos esa paz, ese cariño, esa alegría a todos: a todos los que están enojados, o tristes, o pasando un tiempo malo en sus familias…

¿Le damos la PAZ a los otros amiguitos? Que cada uno sople a otro diciendo: “paz, paz”.

 

Juego

Jugar al “solo soplando”. Colocar sucesivamente objetos varios para mover soplando. Una pluma, un trozo de papel, una bolita. Poner en el centro de la mesa una pelotita de ping pong y ubicar los niños alrededor. Soplar para que la pelotita circule por toda la mesa sin caerse. Probar soplidos fuertes y suaves y elegir el más suavecito para soplar “la paz”. Repetir el saludo propuesto al principio imitando a Jesús.

 

Contar que es un día especial en el que recordamos que Jesús no estaba muerto, no estaba enfermo, no se había escondido. ¡Él está vivo! María lo vio. Pedro y Juan no vieron a Jesús aunque fueron al sepulcro el domingo por la mañana. Ellos solamente vieron el sepulcro vacío y regresaron a su casa.

Los discípulos se juntaron el domingo por la tarde, tenían miedo. Ellos sabían que el sepulcro estaba vacío y habían escuchado las nuevas de María que Jesús estaba vivo. Los discípulos tenían miedo de lo que les iba suceder si los líderes del Templo pensaban que ellos habían escondido el cuerpo de Jesús. Jesús apareció en el cuarto donde estaban. Jesús sabía que tenían miedo y les dijo PAZ A USTEDES. Jesús quería que los discípulos entendieran que Él estaba vivo.

 Los discípulos estaban emocionados al verlo.

Jesús les dijo otra vez “¡La paz sea con ustedes!”. Después les dijo: “Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes”. Jesús no los iba a mandar solos. Les iba enviar un ayudante, el Espíritu Santo. ¡Hizo esto soplando sobre ellos! No sabemos exactamente cómo sucedió, sólo sabemos que así pasó, con todas esas personas que nos dan su testimonio.

Destacar que es una noticia muy importante para contar y pensar juntos dónde podemos contar que Jesús nos ama.

 

Manualidad

Voy a contarles a todos que Jesús es mi amigo.

  • Dibujamos: LA IGLESIA  – LAS CASAS DE MIS VECINOS  – LOS NENES Y LAS NENAS DEL JARDÍN.
  • También se puede preparar alguna tarjeta (u otra manualidad) para que ellos se la entreguen a alguien, que diga “Paz a ustedes.- Jesús”. Y que le pinten dibujitos

 

ORAR.-

 

./ niñas/os lectores menores

¡Recordar que Jesús está vivo! Podemos contar alguna de las historias de Jesús sanando enfermos, cuidando a los rechazados, mostrando su amor por los niños.

A Jesús lo habían matado, pero ahora está de nuevo vivo, otra vez viviendo entre sus amigos, y ahora también entre nosotros…

¡Jesús estaba vivo! María, una amiga de Jesús vio a Jesús que había resucitado, y vino a contarles a todos. Por eso esa tarde se juntaron todos en una casa  y cuando estaban allí Jesús se les apareció y les dijo: ¡PAZ A USTEDES!

Preguntar: ¿Cómo dijo Jesús? Todos juntos decimos: ¡PAZ A USTEDES!

  • Pedir a dos o tres chicos que cuenten la siguiente noticia: «hoy hay chupetines para todos».

Seguramente cada uno lo hará a su manera, opinar entre todos cómo dieron esa noticia y si una noticia así la contamos con énfasis o murmurando. (Por supuesto que tendrán que llevar chupetines para repartir en el encuentro)

Comentar que Jesús nos dejó el encargo de que contemos las Buenas Noticias que él nos dejó y que encontramos en los evangelios: Siempre Jesús esperando que la paz de Dios llegara a todos, los enfermos, los que estaban tristes, los que no tenían comida en sus casas, los que tenían padres que se habían quedado sin trabajo…

  • Contar la historia de la Biblia o leerla sobre la visita de Jesús a sus amigos que estaban encerrados y con miedo: Juan 20.19-23.

 

Explicar que cuando Jesús les dio a sus discípulos la misión de predicar o dar testimonio les estaba encargando que contaran que Dios quiere a toda la gente y que mandó a su hijo para mostrarnos su amor. Los discípulos comenzaron a contárselo a todos.

 

Actividad

Dibujar en el piso un camino y numerarlo del 1 al 6, sacarán una tarjeta con un número. Dichas tarjetas tendrán anotado en el dorso lo siguiente: 1, el cajero del súper. 2, una amiga. 3, un compañero. 4, un vecino. 5, un familiar. 6, el colectivero (o una persona que encuentran habitualmente en la calle).

Al sacar una tarjeta saltarán en un pie hasta ese número y tendrán que decir cómo le anuncian a esa persona el Evangelio, ya sea con palabras o con gestos que darán cuenta que son cristianos y que buscan la paz. Quizás se lo puede ayudar por ejemplo diciendo: el cajero del súper me da mal el vuelto, me entrega dinero de más, ¿qué hago?

 

ORAR.- pidiendo fuerza y ánimo para cumplir nosotros también con la misión a la que somos enviados.

 

./ niñas/os lectores mayores

Los chicos de 10 a 12 años ya tienen plena conciencia de situaciones de paz, tranquilidad, vida en amor, con cuidados, o sea disfrutando del “shalom” de Dios; o al revés, viviendo en stress, violencia, falta de cuidados, falta de lo más necesario para vivir…

Y también las chicas y chicos de esa edad ya saben cómo vivió Jesús: siempre dando tranquilidad a los que estaban en conflictos, mostrando su cuidado para los que necesitaban amor, compartiendo alegría con los que estaban tristes…

  • Preguntar a los chicos y chicas si recuerdan alguna historia de Jesús mostrando esa manera de vivir, en paz, en alegría, compartiendo todo. Habrá que tener alguna historia a mano si no se les ocurre ninguna.
  • Pedir que opinen en cada uno de los siguientes casos cuál sería una buena noticia que trae paz para: una niña enferma, una casa en donde los adultos no tienen trabajo, un joven que terminó el secundario y quisiera seguir estudiando pero no puede, la vecina a la que se le murió un familiar…

Después que opinaron leer la historia de la Biblia explicando que Jesús le hizo un pedido especial a los discípulos para que pudieran llevar Buenas Noticias. destacar que no puede ser hecho de malas ganas. Jesús habló de paz

Leer el texto bíblico: Juan 20.19-23

 

 

Conversar sobre el texto mientras van completando el crucigrama.

Libro de Actividades
  Imprimir 1: Crucigrama (Libro de Actividades)

 

  • Nombrar acciones que ponen paz donde hay discordia.
  • Relacionar la paz con las situaciones de justicia y equidad.

ORAR.- pidiendo a Dios que nos ayude a compartir las Buenas Nuevas.

 

./ adolescentes

  • Llevamos diarios o revistas y que entre todos busquen noticias de paz.
  • Comentamos si esa noticia de paz tiene que ver con mi vida.

Permita que los chicos hablen y digan lo que sientan o quieran decir. Si se pueden recortar, se pueden pegar en un lugar donde se vea. Si no, levantar la página o la revista y mostrarla.

Pueden pensar si en su barrio se está viviendo esa paz que Jesús quiere para todos y todas las personas.

 

Pasados unos minutos, leemos el texto de Juan 14. 27.

Y leemos el texto de Juan 20.19-23

Los discípulos de Jesús estaban esperando que él volviera a vivir como antes con ellos, sirviendo a los más necesitados, compartiendo con alegría con todos los más enfermos, los más rechazados. Ahora el Jesús resucitado les encarga a ellos que vivan esa paz, esa manera de vivir del Jesús de antes.

Nos encontramos con un Jesús resucitado entrando a ver a sus discípulos con un saludo tan familiar, tan de todos los días, que no tendría que haberlos sorprendido tanto, y que en este momento único toma la importancia  del reencuentro.

Jesús les dice “PAZ A USTEDES”, y el texto aclara que como ellos se alegraron les vuelve a decir “PAZ A USTEDES”.

La Paz es un antiguo concepto bíblico que aparece constantemente desde el antiguo testamento (Shalom). Buscar Números 6.24-26.

En cada uno de sus escritos Pablo resalta la Paz, no como un simple deseo o saludo a las Iglesias, sino como un modo de vida, como la mejor manera de vivir el testimonio de unidad de la Iglesia de Jesucristo y haciendo paz entre todos (2 Corintios 13.11-12.)

Y el versículo 21 dice que los envía al mundo así como el Padre lo había enviado a él.

La PAZ de Jesús no es una paz de firmar tratados, ni negociar entre los más poderosos y menos poderosos, la PAZ de Jesús como fruto de la justicia  (Isaías 32.16-17).

Esa es la paz que nos da la resurrección de Jesús, la paz que trae la justicia.

 

¿Podemos nombrar en qué conflictos de nuestro pueblo, nuestra Iglesia o nuestra casa nos gustaría que estuviera la paz de Jesús?

ORAMOS.- por esa PAZ.

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