Reconocimiento internacional al pastor Pablo Sosa
Pablo Sosa, músico y pastor de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina, ha sido distinguido por la Sociedad de Himnología de EEUU y Canadá (The Hymn Society in the United States and Canada) con el título de “Fellow”, equivalente al de Miembro Pleno de dicha Sociedad. Este reconocimiento, de carácter vitalicio, el más alto otorgado por la Sociedad, responde a su labor como compositor, profesor, director coral, músico eclesiástico y promotor de las himnodias eclesiásticas regionales a nivel mundial.
Nacido en Argentina en 1933, Sosa reside en Buenos Aires. Estudió teología en el Instituto Superior Evangélico de Estudios Teológicos – ISEDET, y música eclesiástica en el Westminster Choir College, Princeton, EEUU; la Hochschule für Musik, Berlín, Alemania; y la Escuela de Música Sacra del Union Seminary de Nueva York.
Profesor emérito del ISEDET en las cátedras de Liturgia e Himnología, fundó en 1962 la Escuela de Música de la institución, y a partir de 1976 se integró al equipo de producción creativa del Departamento de Comunicaciones del mismo instituto. En 1972 organizó el Conjunto Música para Todos, que dirigió hasta 2003. Simultáneamente fue profesor de Dirección Coral en el Conservatorio Nacional de Música Carlos López Buchardo, de Buenos Aires, durante 30 años.
En el campo de la himnología, Sosa ha participado en la edición de varios himnarios y cancioneros, entre los cuales se destacan el himnario Cántico Nuevo (1962), el Cancionero Abierto (1974) y Canto y Fe de América Latina (2005) en colaboración con la organista y directora Inke Frosch, de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
Como compositor, en la mayoría de sus canciones Sosa incursiona en el lenguaje musical latinoamericano, siendo las más conocidas El cielo canta alegría (1958), Cristo vive (1960), Si fui motivo de dolor (1960), Miren qué bueno (1970), Gloria (1978), La bendición del Dios de Sara (1988), Este momento en punto (1990) y, más recientemente, Que esta Iglesia sea un árbol, dada a conocer mundialmente en la Asamblea General del Consejo Mundial de Iglesias en Busan, Corea, 2013. Sus himnos han sido traducidos a diversos idiomas (inglés, alemán, portugués, sueco, finlandés, chino y japonés) e incluidos en himnarios y cancioneros en todo el mundo.
A través de su labor como compositor, director coral, editor de himnarios, productor de programas radiales, y enseñando liturgia e himnología en el claustro teológico, Sosa ha promovido incansablemente la inclusión de las himnodias regionales en las iglesias alrededor del mundo. En ese sentido fue muy importante su aporte al cancionero de la Sexta Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias, Vancouver, 1983, en la cual fue además uno de los animadores litúrgico-musicales.
En 2003 la editorial GIA Publications, de Chicago, editó Este es el Día, un CD y cancionero con diecinueve de sus canciones, y en 2007 Sosa escribió para la Iglesia Metodista Unida de EEUU, Un canto de Libertad, guía para el estudio del movimiento misionero a través de sus canciones. Un CD con otras veinticinco canciones suyas, compuestas en los últimos quince años, grabadas por destacadas figuras de la música popular argentina, está próximo a su lanzamiento en Buenos Aires con el título de El cielo a la altura de una mesa.
En el acto de presentación de la distinción a Pablo Sosa, su amigo y colega Andrew Donaldson, ex consultor litúrgico del Consejo Mundial de Iglesias, destacó que “como director de Música para Todos, Sosa trabajó para derribar las barreras entre la música popular y la música clásica y facilitar el acceso a los diferentes géneros de música, superando divisiones culturales y denominacionales.” “Sosa -afirmó Donalson- es un intelectual incansable, que está siempre incorporando nuevas ideas, utilizando nuevos enfoques”. Señaló que su liderazgo en la Asamblea del Consejo Mundial de Iglesias en Vancouver, en 1983, significó un cambio en su vida motivado por la pasión y compasión de Sosa “en su introspección de la cultura, las alegrías, los dolores y las luchas de la comunidad que originaba las canciones.”
La Hymn Society de EEUU y Canadá, fundada en 1922, es un organismo ecuménico de gente apasionada por los himnos y el canto congregacional. Reconocemos la importancia del canto del pueblo en el acto de culto y queremos asegurar su futura vitalidad.
La comunidad de la Hymn Society, abierta a todos y todas, se compone de académicos, músicos de iglesia, poetas, compositores, directores corales, coreutas, clérigos, liturgos, directores del canto, editores musicales, docentes de música y gente a la que le gusta cantar.
Creemos que el sagrado acto de cantar juntos moldea la fe, alivia el quebranto, transforma vidas y renueva la paz. Nuestra misión, por lo tanto, es estimular, promover y animar el canto congregacional.
Más información: www.thehymnsociety.org