Oración y Ayuno – Propuesta semanal para 28/10

26 Oct 2015
en Espiritualidad y devoción
oración y ayuno

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Canción

Santo, Santo, Santo, mi corazón te adora,
mi corazón te sabe decir: Santo eres Señor.

Oración de la mañana

Gracias nuestro buen Dios por mostrarnos tu amor y cuidado permanente. Por el descanso de la noche, por el desafío de esa nueva jornada. Rogamos tu guía y bendición en cada momento de este día. Que seamos instrumentos dóciles en tus manos, fieles a tu llamado y alegres testigos de tu amor. “Oramos esta mañana por todos los sencillos testigos tuyos que en medio de sus dificultades cotidianas, viven y declaran el bendito Evangelio. Gracias por la inspiración de sus vidas y la fuerza de su testimonio. Oramos por las pequeñas congregaciones en medios hostiles, por los cristianos aislados por razones de geografía, o de enfermedad, o de cualquier otra causa. Que tu presencia fuerte y luminosa les fortalezca y dé plena certidumbre de fe… Por amor de Cristo, nuestro Señor” (Obispo C. Gattinoni – Ayudas devocionales, día 25)

Texto sugerido

Mateo 7: 21- 29

Sugerencia antes de adentrarse en la lectura bíblica…

  • Leer el texto muy despacio, como si por primera vez lo hiciera. No deseamos ampliar conocimientos teológicos, sino dejarme alcanzar por la palabra de Dios. Presto atención dónde me afecta y lo que provoca en mí la palabra. -Lectio Divina-
  • Dejar que la palabra de la escritura penetre en mi corazón. No busco reflexionar sobre ella sino más bien paladearla/saborearla. La repito de continuo en mi corazón, que vaya impregnando el mismo dándonos un sabor agradable. Los padres del desierto le llaman el ejercicio de la “rumia”. -La Meditatio-
  • Tercer momento es orar expresando mi anhelo de Dios con todos mis sentimientos y afectos. Es la búsqueda de ir más profundo en el amor de Dios. -La Oratio-
  • Allí donde nos olvidamos de nosotros mismos y somos uno con Dios. La escritura nos abre al misterio silencioso de Dios. En Dios nuestra alma llega a descanso, es sentires arropado por el Dios Madre Padre. -La Contemplatio-

Oración Nocturna

Al llegar al fin de este día te decimos nuestro Dios «Gracias porque tú eres nuestro Pastor…gracias porque tú provees a todas nuestras necesidades, y nada nos falta… Gracias porque tú nos restauras a tu propósito primero, y por tu inmenso amor nos conduces por Tu camino, que es camino de integridad… Gracias por tu infinita paciencia…» (Obispo Gattinoni -Ayudas Devocionales- día 19) .Nos entregamos al descanso de la noche agradecidos por tus bendiciones recibidas durante este día y rogando tu paz en nuestras vidas. Por amor a Jesús. Amén.

Canción

Nada te turbe, nada te espante.
Quien a Dios tiene, nada le falta.
Nada te turbe, nada te espante.
Sólo Dios basta.

Para rumiar en momentos del día

La promesa de Jesús es “no los dejaré huérfanos: vendré a Uds.”. Y esa promesa que se cumplió en Pentecostés superó todas las expectativas ya que el Espíritu Santo se hizo real no sólo para el pequeño círculo de aquellas personas que esperaban su acción, sino que el Espíritu obró en medio de la multitud.

Personas de diversas culturas, razas, lenguas, costumbres participaron de ese obrar poderoso de Dios que generó un lenguaje común. En medio de las diversidades, el obrar de Dios posibilitó que el mensaje salvador y transformador fuese recibido y aceptado más allá de lo esperado. Ese obrar también provocó dudas, preguntas y cuestionamientos y no pocas incomprensiones.

Algo así también vivimos cuando a diversos niveles de la IEMA reflexionamos acerca de nuestra tarea en todo el país a partir de nuestra decisión de ser fieles seguidores y seguidoras de Jesús. Esto acarrea no pocas discusiones y propuestas diversas y a la vez cuando esos “lenguajes diversos” buscan estar en sintonía con lo esencial del Evangelio, entonces encontramos el “lenguaje común” del amor que nos con-mueve y nos convoca en unidad a ser testigos fieles.

El Cap. 7 de Mateo, forma parte de lo que podemos definir como el “Discurso Programático” de Jesús. Es el final de aquel hermoso y desafiante “Sermón de la Montaña” que se inició en el cap. 5 con una serie de alabanzas a quienes ya han descubierto lo que significa la verdadera felicidad ( bienaventuranza) al aceptar la Gracia divina, a partir de la cual toda vida puede re- orientarse y puede ser renovada por el poder del Espíritu Santo.

La autenticidad o la falsedad del discipulado no se mide por la pureza de la doctrina, ni por la lealtad a los ritos y costumbres, sino por la capacidad (o no) de integrar la palabra con la acción. La capacidad de vivir ese “Señorío” de Jesús en todos los aspectos de nuestras vidas y no reducirlo a los aspectos “religiosos”. En este aspecto Jesús nunca negó esta contradicción en la vida de los seres humanos “”No todo el que me dice Señor, Señor…” sino “el que cumple la voluntad del Padre” Y esa voluntad es la que debe permear, guiar, direccionar nuestra vida personal, nuestra práctica social, cultural, comunitaria y eclesial.

Esa voluntad de Dios que no sólo se demuestra (o muestra) en hechos extraordinarios o maravillosos… como a veces seguimos creyendo y esperando…sino en esa acciones pequeñas, simples y cotidianas que hacen a lo constitutivo de nuestro ser creyentes y de nuestro ser comunidad de fe.

La fe vivida cotidianamente, se encarna y se traduce en un Hacer consecuente con la Palabra. No se trata de un “hacer por hacer” que tantas veces nos ha llevado a una constante repetición, a la inercia o peor aún a un activismo sin sentido. Sino que ese “Hacer” debe ser en respuesta a lo que Dios nos haya dicho, nos siga diciendo en el día de hoy como su “pueblo”. Sabiendo que estamos cimentados sobre esa Roca firme e inalterable que es Jesús. Reconociendo que sólo Él puede mantenernos en pie en los momentos de prueba y dolor (lluvias torrenciales, fuertes vientos que nos sacuden).

La enseñanza de Jesús es un Palabra que compromete la vida de sus discípulos, porque se trata de una Palabra: Salvadora – Transformadora y también una palabra “con autoridad”
La tarea de nuestra comunidad de fe, de nuestra Iglesia (de nuestra casa) es recordarnos siempre que hemos sido llamados a ser de bendición para otros. La razón de ser de cada comunidad de fe, es dar esa palabra de esperanza y nueva vida del Evangelio, junto con una conducta (ética, práctica diaria) que muestre esa novedad de vida y nunca dejar de dar razón de la esperanza que hay en nosotros. En palabras del apóstol Pablo “… no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para la salvación de los que creen: (Rom.1:16).

La Iglesia debe recuperar la autoridad de la Palabra de Dios. No se trata de autoritarismo de nuestra parte, ni de escudarnos en la Palabra de Dios para imponer nuestras propias ideas o posiciones. Sino que se trata de descubrir la “autoridad” de la Palabra de Jesús, y compartirla con otros como la riqueza que nos significa a cada uno.

Dios nos guie y ayude en esta decisión de edificar nuestras vidas, constituir nuestras comunidades y ser guardianes de toda vida y de la creación toda en respuesta a Su perfecta voluntad.

Motivos que presentamos en Oración y Ayuno

  • Taller de evangelización y Discipulado con el pastor Luciano Pereyra da Silva (CIEMAL) (Se realizará del 6 al 8 de noviembre de 2015)
  • Por nuestro hermano Obispo Frank de Nully Brown. Su ministerio y discernimiento en la enorme tarea que tiene. Cubrimos su vida con la Gracia de nuestro Señor.
  • Por la vida y misión de nuestra Iglesia Metodista. Que acontezca un despertar o avivamiento
  • Por el cuerpo pastoral como dinamizador de la misión
  • Por la tarea del Equipo Nacional de Jóvenes y la juventud en todos los distritos
  • Por la Junta General, que el Señor los sostenga y guíe en cada situación y decisión a tomar.
    Por las secretarias nacionales de vida y misión y mayordomía y sus referentes: Daniel Favaro y Betina Orduña.
  • Por los niños, adolescentes y el liderazgo que les acompaña.
  • Por los Jóvenes de nuestra iglesia nacional
  • Por nuestros estudiantes de Teología: Natalia Costello, Lorena Briozzo, Jennifer Stauffer, Pablo Fernández, Germán Montecinos, Rebeca Huanto Hilari,
  • Por todos los hermanos y las hermanas que necesitan tocar el manto de Jesús y ser sanados, restaurados, liberados

Lectura recomendada

«VIDA DEVOCIONAL EN LA TRADICIÓN WESLEYANA» de Steve Harper.

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