La Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA): Desarrollo en los Estados Unidos
Continuamos con la publicación de una serie de artículos sobre el origen de la ACJ en sus próximos 180 años de vida. En este artículo, su desarrollo en los EEUU.
Debe destacarse el trabajo realizado por la YMCA en Estados Unidos, ya que allí surgieron nuevas propuestas, como la incorporación de la educación física a sus programas de actividades y el trabajo misionero llevado a cabo por secretarios profesionales, que extendieron el Movimiento a otros países.
Durante la Guerra Civil la membresía de la YMCA se redujo a un tercio. En el Norte quedaron solo 15 asociaciones, las que formaron la United States Christian Comission para atender a las tropas y a los heridos y prisioneros de ambos bandos, iniciativa que fue respaldada por el Presidente Abraham Lincoln. Esta Comisión realizó su trabajo con 4.859 voluntarios, quienes entregaron más de 1 millón de Biblias a los combatientes.
Al finalizar la contienda solo quedaban 59 YMCA en Estados Unidos, pero rápidamente se reorganizaron, y cuatro años después había más de 600.
La atención a los jóvenes se centró en lo espiritual, siendo su objetivo principal “salvar almas”, para lo cual realizaban predicaciones y conferencias en salones, plazas y esquinas, y se abrieron bibliotecas y salas de reuniones, la mayoría de ellas en viviendas alquiladas, donde se organizaron grupos de oración y estudio bíblico. También se promocionó la apertura de pensiones cristianas, para que los jóvenes pudieran vivir en un ambiente diferente y sano.
Fue una época de cambios. En 1866 la influyente YMCA de New York adoptó un propósito cuádruple: «La mejora de la condición espiritual, mental, social y física de los hombres jóvenes», que pronto incorporaron otras asociaciones.
En la década de 1880 se comenzaron a construir grandes edificios con gimnasios, piscinas, auditorios, bibliotecas, comedores y canchas de bowling.
La mayoría de ellos tenían residencias con habitaciones para alquilar, que resultaron una gran fuente de recursos para el funcionamiento de las asociaciones.
Las YMCA estaban dirigidas por voluntarios, y había muy poco personal asalariado, que se ocupaba de administrar las bibliotecas, de la correspondencia y del mantenimiento de las sedes. Ante el crecimiento de las asociaciones y los nuevos edificios, surge la necesidad de capacitar a jóvenes para dirigirlas, para lo cual se crean institutos de capacitación de profesionales, que se denominaron Secretarios Ejecutivos (luego Directores Profesionales).
Para 1910, la YMCA estadounidense contaba con 9.000 habitaciones en 281 asociaciones, y en 1916 se inauguró el Chicago YMCA Hotel con 1.821 habitaciones. En 1922 se disponía de 55.000 habitaciones, cifra que llegó a 100.000 en 1940, en esos años ninguna cadena hotelera tenía más habitaciones que la YMCA. Este servicio de hotelería –que también adoptaron asociaciones en otros países- continuó en Norteamérica hasta fines de la década de 1950, y algunas YMCA de grandes ciudades aún lo mantienen.
LA EDUCACIÓN
La educación -siempre presente en la misión social de las iglesias protestantes- también estuvo desde el inicio en la YMCA, que consideró la formación del individuo como una persona total.
La YMCA creó institutos de enseñanza comercial y de oficios y -con el auge de la producción de automóviles- también escuelas técnicas, de enseñanza de conducción y de reparación de vehículos.
También desempeñó un papel importante en el desarrollo de la educación superior en Estados Unidos. En 1916 sus centros de estudio tenían 83.000 estudiantes que tomaban más de 200 cursos, cantidad que en 1946 llegó a 130.000. En total, hubo 20 instituciones a nivel universitario creadas por la YMCA, muchas destinadas a formar sus propios profesionales para el trabajo del Movimiento, como Fenn College, George Williams College y Springfield College. A partir de la década de 1930 las universidades de la YMCA se convirtieron en instituciones independientes de educación superior. Actualmente solo tienen vínculos estrechos con la YMCA el Springfield College (Massachussets) y el George Williams College, que se integró a la Universidad de Aurora (Illinois).
LA EDUCACIÓN FÍSICA
Cuando la educación física se incorporó al programa de la YMCA hubo oposición, argumentando que la institución se desviaba de sus objetivos, pero finalmente privó el concepto de que la actividad física no solo representaba un beneficio para la salud, sino que contribuía a la promoción de valores e ideales cristianos, el respeto por el prójimo, la interacción social, el sentido de pertenencia, la integración y el espíritu de equipo.
Basada en el principio de que “Cualquier buen programa que no considere a la persona en su totalidad es incompleto”, la educación física pasó a ser una parte importante de las actividades, y una manera de atraer a los jóvenes para predicarles el Evangelio.
Las clases de gimnasia del Sistema Skarstrom (Calistenia), el trabajo con mancuernas de madera, clavas y medicine ball, la natación sistematizada, los campamentos organizados y los deportes fueron algunas de las actividades que se incorporaron a los programas regulares de todas las YMCA, a los que se agregó en 1880 el trabajo con niños, para quienes se ofrecieron clases de gimnasia, recreación, natación y campamentos de verano.
NUEVOS DEPORTES
A fines del siglo XIX surgen dos nuevos deportes, inventados por funcionarios de la YMCA en el Springfield College: en 1891 el Basketball y en 1895 el Volleyball, que pronto se difundieron a nivel mundial.
Y en 1950 el Racquetball se creó en la YMCA de Greenwich, Connecticut.
LAS YMCA FERROVIARIAS
Con el desarrollo del ferrocarril y su extensión hacia el Oeste, se fueron organizando nuevas YMCA, muchas de ellas en las estaciones ferroviarias o en lugares cercanos, con el objetivo de atender las necesidades del personal de las líneas y a las familias de las nuevas poblaciones que se iban formando alrededor de las estaciones. En la mayoría estas YMCA ferroviarias estuvieron dirigidas por los Jefes de Estación.
OTRO LOGO
En la década de 1890 el propósito de la YMCA -que apuntaba a lograr el bienestar espiritual, intelectual y físico de los individuos y de las comunidades en las que estaba establecida- quedó plasmado en un nuevo emblema: el triángulo.
Creado en 1891 por Luther Halsey Gulick, hijo de un pastor que fue misionero en Hawaii, el triángulo rojo de la YMCA simboliza al ser humano.
El triángulo es equilátero y sus lados representan al Espíritu, la Mente y el Cuerpo, dando la idea de una persona completa en lo espiritual, mental y físico. No obstante ser tres lados iguales, el Espíritu se considera el más importante, y ocupa el lado superior.
El triángulo se unió al emblema mundial, formando uno nuevo, que se hizo más conocido internacionalmente. En América Latina la palabra “Spirit” se tradujo al castellano como “Alma”.
DWIGHT LYMAN MOODY Y JOHN RALEIGH MOTT
Dwight L. Moody (1837-1899) y John R. Mott (1865-1955), fueron dos grandes dirigentes de la YMCA a nivel mundial y quienes colaboraron para desarrollar el movimiento en la última mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX respectivamente.
En esos períodos las YMCA estadounidenses enviaron miles de trabajadores al extranjero: Pastores misioneros y Secretarios profesionales de la YMCA que abrieron nuevas Asociaciones o trabajaron en las ya existentes, y también se enviaron trabajadores con distintas especialidades a países en guerra.
Las “Secretarías de trabajo exterior”, como se las llamó, reflejaron el enorme alcance misionero, que también tuvieron las iglesias cristianas cerca del cambio de siglo. Estas nuevas asociaciones quedaron bajo el control de las comunidades donde las crearon. Tanto Moody como Mott sirvieron durante largos períodos como miembros del personal profesional del movimiento YMCA.
John R. Mott, miembro de la Iglesia Metodista, nació en New York y a los 16 años comenzó sus estudios en la Universidad de Iowa. Representando a la Universidad de Cornwell -en la que se licenció en Filosofía y Letras- participó en 1866 de la Primera Conferencia Mundial de Cristianos, auspiciada por la YMCA. En 1888, a los 23 años de edad, fue designado Secretario Nacional de la YMCA estadounidense. En 1910 presidió la Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo, precursora del movimiento ecuménico actual. En 1915 fue elegido Presidente del Comité Internacional de la YMCA, cargo que ocupó hasta 1928, y desde 1926 hasta 1937 presidió la Alianza Mundial de la YMCA. Durante la Primera Guerra, Mott involucró a la YMCA en la atención de heridos, prisioneros y refugiados de guerra, y en la atención de los comedores militares, donde participaron 25.926 colaboradores de la YMCA, de los cuales 5.145 eran mujeres.
La YMCA lideró campañas de recaudación de fondos que lograron $ 235 millones de dólares. Los fondos sobrantes del trabajo durante la guerra ayudaron en la década de 1920 a impulsar la construcción de nuevas YMCA en pequeños pueblos de Estados Unidos; a la creación de escuelas y colegios comerciales, al trabajo social y al trabajo de reinserción de los soldados afroamericanos que regresaban al sur segregado.
Durante la presidencia de Mott, la YMCA ayudó a formar la Organización de Servicios Unidos (USO), que administraba centros de acogida y contención para militares y sus familias y enviaba artistas al extranjero para entretener a las tropas. Después de la guerra, la YMCA también envió trabajadores y dinero al exterior para ayudar a reconstruir los edificios de la YMCA dañados.
Bajo el liderazgo de John R. Mott Secretarios Profesionales de la YMCA de China supervisaron a los trabajadores chinos llevados a Europa para descargar barcos y despejar los campos de batalla después de la guerra. Uno de estos Secretarios profesionales, C. James Yen, graduado de Yale, trabajó en Francia y desarrolló un alfabeto chino simple de 100 caracteres que se convirtió en una herramienta importante para erradicar el analfabetismo en China.
El Dr. John R. Mott -precursor de la creación de la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos-.fue también uno de los principales avales del Consejo Mundial de Iglesias de 1948, del cual fue nombrado Presidente Honorario. Recibió varias ofertas del Presidente de los Estados Unidos Thomas Woodrow Wilson para formar parte de su gabinete político, las que siempre rechazó, aunque participó en misiones mediadoras entre Estados Unidos y México o Rusia.
En 1946 John R. Mott fue galardonado con el Premio Nobel de la Paz por “su trabajo en establecer y consolidar puentes entre las organizaciones estudiantiles cristianas internacionales para promover la paz”, el que recibió junto a la sindicalista norteamericana Emily Greene Balch. También recibió numerosos Doctorados Honoris Causa, entre ellos los de las Universidades de Yale, Edinburgo, Princeton, Brown y Toronto.
En homenaje a su vida y su trabajo, el edificio sede de la Alianza Mundial de la YMCA en Ginebra lleva su nombre, “John R. Mott House”.
Daniel La Moglie para CMEW