El devocional del Obispo
Todo acaba menos el amor. Creo en la resurrección del cuerpo. Un cuerpo que juega merecer vivir eternamente.
“Pero tenemos este tesoro en vasijas de barro, para que la excelencia del poder sea de Dios, y no de nosotros”. 2 Corintios 4:7
«Vasijas de barro» es la frase que Pablo utiliza para referirse al discipulado que lleva sobre sí el Ministerio. Hace evidente su humanidad con todas las debilidades, errores y fragilidad. Y también su necesaria dependencia de Dios, que es quien ha llamado. Una vasija de barro no es fuerte por sí misma, sino que la grandeza extraordinaria pertenece a Dios y no a los hombres y mujeres. Somos vasijas de barro cuyo alfarero y dueño es el Señor, quien por su gracia y amor nos habita y perfecciona. Buscamos a través de este espacio, ser inspirados y fortalecidos a través de diversos textos y pensamientos en nuestra dependencia y comunión con Dios y su misma palabra.
Todo acaba menos el amor. Creo en la resurrección del cuerpo. Un cuerpo que juega merecer vivir eternamente.
Sea el soplo tibio y tierno del Espíritu del Dios de la vida sobre sus vidas y sus ricos y diversos ministerios en estos fríos días.
En estos tiempos de desencuentro y confusión, resulta clave fortalecer una vinculación auténtica con el rostro misericordioso de Dios en Jesús y su papel transformador de la vida.
En una sociedad del miedo y del odio es urgente afirmar modelos de construcción, que tengan que ver con hospedar al otro y la otra.
Hagan brillar su luz delante de todos, para que puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.
Hagan brillar su luz delante de todos, para que puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.
Debemos ejercer una crítica activa, oponiéndonos constructivamente a todo sistema que esté basado en el egoísmo, la hipocresía, la represión, la injusticia y la violencia institucionalizada.
La presencia activa del Espíritu, hace que la iglesia no se repliegue o cierre sobre sí misma, sino que se abra y expanda a la misión universal.
El relato nos habla de la evidencia del acontecimiento más importante de la fe cristiana, el pilar y fundamento de todo cuanto somos y creemos: la resurrección de Jesucristo.
Que esta Semana Santa sea en cada uno y cada una de ustedes y en las comunidades de fe, el encuentro con lo inmenso de un amor que sobrepasa todo conocimiento, que nos brinda razón para maravillarnos y la audacia para recomenzar una y otra vez.