En Argentina encontré una familia
Bienaventuradas las personas que debieron salir de su país, porque Dios las recibirá en nuevas tierras donde se sentirán a salvo.
Soy Maliva Excellent, soy haitiana, de Saint-Marc, una ciudad cerca de Port-Au-Prince (Puerto Príncipe, la capital). Hace 7 años llegué sola a la Argentina. Después vinieron mis dos hermanos, cuando terminaron el secundario, para estudiar también. Digo “también“ porque mi objetivo era seguir mis estudios universitarios, de hecho, hace unos años, me recibí de Licenciada en Administración de Empresas.
Volviendo a mi historia, cuando terminé el secundario tenía que ir a Estados Unidos porque mi papá vive allá. Las cosas se complicaron y no pude viajar con mis hermanos. Entonces una amiga que tenía un primo acá me habló un poco de Argentina diciendo que hay estudios gratuitos y demás y que no es difícil integrarse en la sociedad argentina. Entonces hablé a mi mamá, quien me dio el favor, y mi papá también. Así, llegué acá. No solo para seguir los estudios sino también poder hacerlo tranquilamente, para ser sincera. Ya que en mi país no es posible si no sos de élite. Aparte, la situación sociopolítica allá es terrible, nada es seguro. Hay paros y marchas casi todos los días y eso impide a las instituciones educativas funcionar bien. Inseguridad en las calles… Es todo un tema…
En Argentina puedo decir que encontré estabilidad con respecto a lo que sufría en mi país (lamentablemente)… hay cosas feas en todos lados, en todos los países pero por lo menos acá no temo constantemente por mi vida al salir en las calles preguntándome si voy a volver a casa, o si voy a volver a salvo. Encontré buena gente.
Y sobre todo, recientemente, una familia, al cruzarme con la iglesia metodista en Almagro. Como le conté al pastor Leonardo Felix, eso fue de lejos lo mejor que me ha pasado en Argentina.
Yo era protestante en Haití, nací y crecí prácticamente en esa religión. Entonces siempre fui rodeada de gente cristiana, que me da la sensación de pertenecer a una familia más grande que la de mi sangre. Cuando me puse a buscar iglesia para ir acá en BA, mi primera experiencia fue con los testigos de Jehovah. Todo bien con ellos pero en el fondo no me sentía en mi lugar. Intenté con otra iglesia evangélica pero algunas prácticas no concordaban con mi fe, o con lo que me fueron enseñando en Haití. Entonces la dejé y no fui más a la iglesia.
Hasta que hace 3 meses, encontré la iglesia metodista en Almagro, no sabía lo que significaba pero me atreví un domingo a participar del culto y fue muy revelador. Casi al instante me dió la sensación de estar en casa (Haití), sentí algo familiar. La calidez de la gente, las actividades extra como con los jóvenes, compartir nuestras culturas, la manera de hacer los cultos. Los estudios bíblicos, todo en el mínimo detalle me interpelaba. Entonces entendí que no fue casualidad encontrar esta iglesia. Y agradecí a Dios por eso, porque ahora los domingos tengo un objetivo que es levantarme y correr a esta comunidad donde puedo alabar a Dios mediante una fraternidad pura. Y esto sinceramente me llena, me da la plenitud que no encontré en las otras iglesias.
Aunque no todos mis objetivos se cumplieron todavía, me siento en el camino correcto. Y tengo fe que pronto saldrán más oportunidades para cumplir mis objetivos pendientes. Con la ayuda de Dios, me gustaría empezar a emprender un negocio propio.