Paz y bien amada hermandad.
Feliz primavera y que se renueven también nuestras energías, colores y perfumes.
“Dios mío, ¡tú eres mi Dios! Yo te buscaré de madrugada. Mi alma desfallece de sed por ti; mi ser entero te busca con ansias, en terrenos secos e inhóspitos, sin agua, con deseos de ver tu poder y tu gloria, como los he mirado en el santuario. Tu misericordia es mejor que la vida; por eso mis labios te alaban. ¡Yo te bendeciré mientras tenga vida, y en tu nombre levantaré mis manos!”
Salmo 63: 1-4 (RVC)
Existe una gran sed de Dios en nuestros pueblos, que nos debe llevar por el camino pedagógico de mostrar cómo orar y hacerlo con nuestros hermanos y hermanas.
Hay una profunda búsqueda de la anhelada paz, de vivirse en plenitud, de encuentros sustanciosos, de dirección y sentido, hasta podemos animarnos a decir de una búsqueda incesante de trascendencia.
Hermano y hermana, que nuestros ministerios conduzcan a la experiencia con el Dios de la vida plena y abundante, hacia la hermosa experiencia de creer en el que vive y provoca la vida buena: Jesús el Cristo. Y sean renovados nuestros sueños y proyectos en la Trinidad Divina, que nos sostiene en el resistir, que ayuda a la defender la alegría y construir proyectos comunitarios.
“Porque Él vive
Triunfaré mañana
Porque Él vive
Ya no hay temor,
Porque yo sé
Que el futuro es suyo,
La vida vale más y más, solo por Él”.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo
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