Paz y bien amada hermandad.
“Dios mío, ¡cuán preciosa es tu misericordia! ¡La humanidad se acoge a la sombra de tus alas!”. Salmo 36.7
La figura de “la sombra de tus alas” es usada a menudo para hablar del amparo, del refugio seguro que el Señor puede darnos en la adversidad. Dios se abaja a mirarnos con misericordia interesado por nuestras necesidades, búsquedas y luchas.
Afirmamos en esta jornada que la misericordia de Dios es nuestro refugio constante y que en medio de la incertidumbre, Él extiende sus alas sobre nosotros y nos cubre con su amor eterno. No hay lugar más seguro que su presencia amorosa que nos abriga y da cobijo en todo tiempo y lugar.
Comprender que el cuidado es principio constitutivo de la VIDA nos impulsa a vivir la misión justamente como un cuidado de la vida: concreta, tan humana y cotidiana, en un cuerpo vivenciada. Somos convocados y convocadas a cuidar la vida toda, la propia vida y la de las y los demás, junto a la casa común: nuestro planeta.
Oramos para que la práctica del cuidado se abra como camino para descubrir y vivir la misión de Jesús, quien cuidó a pequeños y pequeñas entregándoles el Reino de Dios.
Oramos para vivir y descubrir cada día el desafío de la misión del cuidado y el abrigo en estos días duramente humanos.
Abrazo cálido y sereno.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo
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