El CMI lamenta la muerte de Federico Pagura
Versión en español publicada el: 09 de Junio 2016
“Pagura fue uno de los pilares de Latinoamérica y del ecumenismo mundial a lo largo de los últimos cincuenta años, un leal y valiente defensor de los derechos humanos y de la causa de la paz en Latinoamérica y en el mundo entero”, escribió el Rev. Dr Olav Fykse Tveit, secretario general del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), después del fallecimiento del Obispo Emeritus Federico José Pagura el 6 de junio de 2016 en Argentina.
Pagura ejerció como presidente del CMI para Latinoamérica de 1998 a 2016.
En su carta dirigida a la Iglesia Evangélica Metodista Argentina (IEMA), Tveit también recordó que durante el mandato de Pagura como obispo en Costa Rica y Panamá, demostró una gran sensibilidad ante los cambios sociales y políticos que se estaban produciendo en el continente.
“Pagura habló de un ‘tiempo de trabajo’ del pueblo latinoamericano, que se despertaba ‘al amanecer de una nueva liberación’; y predicó en su parroquia un reino de Dios que se plasma y se manifiesta en la historia de la humanidad”, escribió el secretario general del CMI.
Cuando era pastor de la iglesia Metodista en Mendoza, Argentina, Pagura recibió a refugiados chilenos que huían del golpe de Estado chileno de 1973 y la dictadura de Augusto Pinochet. Pagura fue igualmente uno de los fundadores del Comité Ecuménico de Acción Social (CEAS), que acogió a miles de personas de ese país –medidas calificadas de intolerables por los elementos de derechas argentinos, que pusieron una bomba en la iglesia de Pagura en la mañana del 4 de septiembre de 1975.
Nombrado obispo de la Iglesia Evangélica en Argentina en 1977, Pagura fue un destacado líder del Movimiento Ecuménico por los Derechos Humanos (MEDH) y trabajó estrechamente con la Oficina de Derechos Humanos para Latinoamérica del CMI, oponiéndose abiertamente a las violaciones cometidas por la dictadura militar argentina.
Entre 1980 y 1989, Pagura participó en la Comisión Misión Mundial y Evangelización del CMI, participando en debates sobre la misión y el reino de Dios, la iglesia de los pobres, la inculturación del Evangelio y el diálogo interreligioso.
Durante sus diecisiete años como presidente del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), Pagura defendió la necesidad de mantener, no solo el llamado a la conversión y el nuevo nacimiento en Cristo, sino también la petición de libertad y justicia de los pueblos del continente, especialmente para los pobres y los necesitados.
En 1998, durante la 8ª Asamblea del CMI celebrada en Harare, Zimbabue, Pagura fue nombrado uno de los presidentes del CMI y, a partir de entonces, se convirtió en un activo promotor de la Década para la Superación de la Violencia en Latinoamérica.
En su carta, Tveit también recordó a Pagura como a una persona con una gran sensibilidad y ternura. “Nos ha ofrecido canciones y poemas que hablan de su rechazo de la injusticia, de su lamento ante el sufrimiento de los más pobres y los más indefensos, de los comienzos de un continente Latinoamericano que anhela renacer en una verdadera independencia de un pueblo verdaderamente libre”, dijo Tveit.
“Damos gracias a Dios por la ejemplar trayectoria pastoral, ecuménica y profética del Obispo Pagura, que ha contribuido de manera significativa al discernimiento de la Palabra y la Acción de Dios a lo largo de nuestra historia”, concluyó.