Recursos litúrgicos y pastorales – abril y mayo 2020 (Cuaresma, Semana Santa y Pentecostés)

31 Mar 2020
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Recursos litúrgicos y pastorales – abril y mayo 2020 (Cuaresma, Semana Santa y Pentecostés)

Tiempos de Cuaresma, Semana Santa y Pentecostés

Abril y Mayo 2020 (Ciclo A)



EL CULTO, ANUNCIO Y ESPERANZA PARA EL MUNDO


Hemos visto que el culto cristiano recapitula la historia de la salvación, y hemos visto que por el culto y en él, la Iglesia toma conciencia de sí misma; es decir, que el culto es la epifanía de la iglesia. Pero precisamente por ello, el culto no es todavía la exaltación del reino eterno y de la gloria de Dios: el culto se celebra en este mundo.

Es cierto que los poderes de este mundo no quieren en su seno un pueblo de profetas, un pueblo que lo juzga y que quiere permanecer libre. Y aunque el Estado y los poderes económicos, políticos y culturales quieran acallar o desterrar a la Iglesia, ella igualmente debe abrir sus puertas, y debe hacer oír su confesión y su protesta, su alabanza, su intercesión y su mensaje.

  1. El culto, denuncia contra el orgullo y la desesperanza del cosmos. 

    El culto es la peor negativa que se puede dar a las pretensiones del mundo que se considera capaz de ofrecer a los seres humanos una justificación eficaz y suficiente. Por eso confirmamos las doxologías que se escuchan en nuestro culto, con toda su carga polémica, o cuando afirmamos que Jesús “ha despojado a los principados y a las potestades, y los sacó valientemente a la vergüenza, triunfando de ellos en la cruz” (Col 2.15).El culto es por eso preludio del juicio de Dios: 1) En primer lugar, respecto del mundo: La Iglesia reunida en la alegría de su Señor es al mismo tiempo un anuncio del juicio del mundo. Y 2), para el mismo creyente, bautizado y todo, porque la autojustificación es siempre una gran amenaza. Los cristianos son personas de este mundo, que también deben interrogarse ante el culto.La predicación es un suceso escatológico por medio del cual interviene Dios haciendo que hombres y mujeres puedan renunciar a sí mismos y se dispongan a confiar sus vidas en manos de Jesús. En la predicación a los seres humanos les sucede algo: pueden decidir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal (Deut 30.15). También la eucaristía es un suceso escatológico, una prefiguración del futuro. Pensemos en las parábolas del banquete o en las nupciales, que muestran que se llega a la mesa del Señor mediante un juicio.

    Y finalmente, la oración litúrgica es profundamente escatológica, apela al fin de todas las cosas y advierte al siglo presente, no solo a los cristianos sino al mundo entero: “Santificado sea tu nombre, venga a nosotros tu reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo”.

  2. El culto, promesa para el mundo. Carácter sacerdotal o representativo del culto.

    “Jesucristo es nuestra esperanza”, dice Pablo (1 Tim 1.1; cf Col 1.27). No es únicamente quien juzga, sino también quien perdona y hace revivir. La finalidad creadora de Dios era convocar al mundo, para que, conducido y ofrecido por el hombre, encontrara la plenitud y la paz celebrando a Dios y conociendo su reposo (Gén 1.1–2.4). La intención creadora de Dios era, en definitiva, litúrgica. Pero el ser humano ha desorientado el mundo por su pecado, lo ha desviado de su verdadero origen y ha reducido a suspiros de angustia el culto que debería ser suyo.Jesús devuelve no solo la paz a hombres y mujeres, sino a todo el mundo. Los animales salvajes se domestican (Mc 1.13), los pájaros del cielo se integran en la providencia de Dios (Mc10.29), la tempestad se calma (Mt 8.23s), el pan y el vino se multiplican (Mt 14.13; 15.29; Jn 2.1s).Solo que esta nueva orientación de la gente y de las cosas no aparece aún de forma manifiesta ya que se mantiene oculta en el culto cristiano. Pero se encuentra ahí.
    El culto es también el momento y el lugar donde los hombres y el mundo encuentran su primera finalidad y descubren la última, que es celebrar la gloria de Dios. El culto es también el momento y el lugar en que los hombres y el mundo pueden llegar a ser lo que realmente debían ser.

    Pero el culto no es el lugar y el momento por sí mismo, sino que lo es por el mundo, representándolo: hace lo que toda la humanidad y toda la creación deberían hacer y es lo que toda la humanidad y toda la creación deberían ser. Por eso, la Iglesia debe el culto a Dios y también al mundo, para mostrarle el pasado que nunca debería haber perdido y el futuro que le está prometido.

    Agreguemos dos notas a esta afirmación:

    1) Estamos aquí en el corazón de lo que la Escritura entiende como “sacerdocio santo”. Esta acción representativa y real del pueblo de Dios se realiza principalmente en el culto, y por eso éste adquiere un carácter mediador para el mundo y para la Iglesia que se encuentra reunida.

    2) Una nota de orden más pastoral: cuando la iglesia celebra el culto no se retira, mísera y temblorosa, hacia un pasado cultural ya enmohecido que solamente importa a unos cuantos viejos. Cuando la Iglesia celebra el culto se vuelve hacia el futuro del mundo, se precipita hacia él, y gusta ya de lo que de él se puede saborear aquí y ahora. Desempeña su papel de primicia de las criaturas (Sant 1.8).

  3. El culto cristiano, perdón y cumplimiento de los cultos no cristianos.Dijimos que el culto es expresión del misterio de la creación. Antes habíamos afirmado que el culto es para el mundo un preludio del juicio de Dios. Ahora hay que decir que el culto es también para el mundo un preludio de la vida eterna. No es solo una advertencia, sino una promesa. Es lo que ha sucedido en el corazón del misterio de las cosas, que es la muerte y la resurrección de Jesucristo, porque Dios no quiere perder lo que condena, sino salvar lo que ha redimido.La Iglesia no advierte ni condena por el gusto de advertir y condenar. Advierte y condena para revelar y llamar; para revelar el fin de lo que condena, y también para llamar al mundo que se vuelva a encontrar en la justicia y en la plenitud, más allá de sí mismo, en este mensaje y en esta liturgia de la Iglesia, garantía de su futuro.

    Cuando una nación y una cultura reciben el evangelio y responden por medio de su conversión (lo hacen regularmente de forma minoritaria, pero al hacerlo se transforman en un servicio pastoral para toda la nación), es esta nación y esta cultura y no otra la que responde. Tienen, pues, el derecho, pero también el deber de responder al evangelio a su manera, según su propio carácter, teniendo en cuenta su propia cultura, y adquiere así un rostro que permite identificarla.

    Pero también cuando un pueblo ha sido atropellado y asesinado en nombre de una civilización supuestamente cristiana, valoramos sus valores y su resistencia defendiendo su propia vida, y valoramos también su cultura y su religiosidad en todos sus aspectos vivificadores. Atendemos a lo dicho Pablo en la carta a los Romanos:

    “Porque cuando los que no (…) tienen la ley hacen por naturaleza lo que la ley manda, ellos mismos son su propia ley, pues muestran por su conducta que llevan la ley escrita en el corazón. Su propia conciencia lo comprueba, y sus propios pensamientos los acusarán o los defenderán el día en que Dios juzgará los secretos de todos por medio de Cristo Jesús, conforme al evangelio que yo anuncio”. (Romanos 2.14-16)

  4. Culto y evangelización.La Iglesia, cuerpo de Cristo, pueblo sacerdotal, ocupa en el mundo una función mediadora. Y por cierto, el culto de la Iglesia no deja de tener una relación profunda y viva con la evangelización, aunque todas estas realidades –culto, evangelización, diaconía– tengan sus funciones propias y específicas. En el culto no solo se ofrecen a los fieles y a los no creyentes diversos signos de salvación, sino que también reciben la palabra de Dios en las oraciones, en los cánticos, en las lecturas y en la predicación.De modo que el culto, por el solo hecho de celebrarse y de ser un poder irradiador de alegría, paz, libertad y amor, tiene un poder de evangelización que con frecuencia ni siquiera se sospecha. Por eso importa mucho que el culto cristiano se celebre con un máximo de exigencias teológicas y de fervor espiritual.
Tomamos el esquema del excelente libro de Jean Jacques von Allmen que veníamos presentando, resumido, en las entregas anteriores de los Recursos (El Culto Cristiano, Su esencia y su celebración. Sígueme, Salamanca, 1968, pp. 57-79). Con todo respeto, discrepamos con el autor respecto a la distinción que propone respecto a “la Iglesia y el mundo, lo sagrado y lo profano”. Nosotros sostenemos, con Wesley y el movimiento metodista, que “el mundo es nuestra parroquia” y que la comunidad creyente hace su culto en medio del mundo, con el mundo a su alrededor, orando por él y anunciándole la reconciliación, nunca cerrados ni encerrados “entre los bautizados”. El capítulo 3 de su libro se titula “El culto, fin y futuro del mundo”. Preferimos hablar de “el Culto, anuncio y esperanza para el mundo”. Texto adaptado por GBH.

En el archivo encontrará

  • Orientaciones para la predicación
  • Orientaciones para la acción pastoral
  • Orientaciones para la liturgia del culto comunitario

Domingos

  • Abril 5, 2020 – 6° Domingo de Cuaresma – Domingo de Ramos (Morado o Rojo)
  • Abril 9, 2020 – Jueves Santo (Blanco o Morado)
  • Abril 10, 2020 – Viernes Santo(Rojo o Morado)
  • Abril 11, 2020 – Sábado Santo– Noche de Pascua (Morado)
  • Abril 12, 2020 – Domingo de Pascua de Resurrección – Día de Pascua (Blanco)
  • Abril 19, 2020 – 2° Domingo de Pascua – Celebración de Renovación del Pacto (Blanco)
  • Abril 26, 2020 – Tercer Domingo de Pascua (Blanco)
  • Mayo 3, 2020 – Cuarto Domingo de Pascua (Blanco)
  • Mayo 10, 2020 – Quinto Domingo de Pascua (Blanco)
  • Mayo 17, 2020 – Sexto Domingo de Pascua (Blanco)
  • Mayo 24, 2020 – Séptimo Domingo de Pascua – La ascensión del Señor (Blanco)
  • Mayo 31, 2020 – Día de Pentecostés (Rojo)


Esta ha sido una nueva entrega de recursos litúrgicos y pastorales para el tiempo de Cuaresma a Pentecostés, meses de Abril y Mayo 2020 (Ciclo A). Reedición de 2017 con nuevos materiales.

  • para hermanos y hermanas encargados del ministerio de la Palabra,
  • realizando trabajos pastorales en amplio sentido y con distintos grupos
  • y a encargados y encargadas de la liturgia del culto comunitario.

Cotejando el  “Leccionario Común Revisado”, con el también editado por la agenda y leccionario de la IEMA y otros de iglesias hermanas. Nos permitimos algunos cambios en la longitud de los textos y proponiendo algunas alternativas.

Este material circula en forma gratuita y solamente en ámbitos pastorales, dando crédito a todos los autores hasta donde los conocemos, valorando mucho su disponibilidad.

Agradecemos todos los materiales  que hemos usado –ya disponibles en varias redes–, sus aportes para estos “recursos” – especialmente en esta entrega los de Leonardo Félix y Cristina Dinoto, pastores, y esperamos sus comentarios y sugerencias.

Las indicaciones de las fuentes musicales son el Canto y Fe de América Latina, IERP, CyF; el Cancionero Abierto,ISEDET, CA; el Cántico Nuevo, Methopress, CN y el Mil voces para Celebrar , MV.

Fraternalmente, Laura D’Angiola y Guido Bello, desde la congregación metodista de Temperley, Buenos Aires Sur.

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