Tiempo de ayuno y oración – Propuesta semanal para el 5 de junio
Encuentro con Dios
Salmo
Salmo 29. RVC
¡Rindan al Señor, seres celestiales;
rindan al Señor la gloria y el poder!
¡Ríndanle la gloria digna de su nombre!
¡Adoren al Señor en su santuario hermoso!
La voz del Señor resuena sobre las aguas.
El Dios de la gloria hace oír su voz.
El Señor está sobre las muchas aguas.
La voz del Señor es potente.
La voz del Señor es majestuosa.
La voz del Señor desgaja los cedros;
¡el Señor desgaja los cedros del Líbano!
¡Su voz hace que los montes Líbano y Sirión
salten como becerros, como búfalos pequeños!
La voz del Señor lanza llamas de fuego.
La voz del Señor hace temblar al desierto;
el Señor hace temblar al desierto de Cades.
La voz del Señor desgaja las encinas
y deja los árboles sin hojas,
mientras en su templo todos proclaman su gloria.
El Señor es el rey eterno;
¡él ocupa su trono sobre las aguas!
El Señor infunde poder a su pueblo
y lo bendice con la paz.
Alabad al Señor
Mi Salvador Jesús, ¿será posible
Que se avergüence algún mortal de ti?
Y que olvidando tus sublimes hechos,
Niegue lo que por él sufriste aquí?
Avergonzarme de Jesús sería
Como si el cielo repudiara al sol,
Como si se privara la mañana
De un imponente y nítido arrebol.
¿Avergonzarme del querido Amigo,
Mi Apoyo, mi Esperanza, mi Sostén?
¡No! mi vergüenza es que, aunque le amo tanto.
No le amo siempre como al Sumo Bien.
Avergonzarme de Jesús podría,
Si no tuviese culpas que lavar,
Ni bienes que pedir, ni oculto miedo,
Ni gracias, ni perdones que implorar.
Hasta la muerte quiero confesarte:
Para salvarme miro sólo a ti;
Y mi esperanza es que tú, oh Cristo
No te avergüences, no, jamás de mí.
Joseph Grigg, B. Francis
Lectura del Día
Lucas 10: 25-28. RVC
Un día, mientras Jesús se apartó para orar, les preguntó a los discípulos que estaban con él: « ¿Quién dice la gente que soy yo?» Ellos respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, que Elías; y otros más, que eres alguno de los antiguos profetas que ha resucitado.» Entonces les preguntó: «¿Y ustedes, quién dicen que soy?» Y Pedro le respondió: «Tú eres el Cristo de Dios.» Jesús les mandó que de ninguna manera se lo dijeran a nadie. También les dijo: «Es necesario que el Hijo del Hombre padezca muchas cosas, que sea desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y que muera y resucite al tercer día.
Este es uno de los momentos más cruciales en la vida de Jesús. Él les hizo esta pregunta a sus discípulos cuando ya había decidido ir a Jerusalén: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Sabía muy bien lo que le esperaba allí, y la respuesta que dieran a su pregunta tenía una importancia capital. Sabía que iba a morir en una cruz; y quería saber, antes de ponerse en camino, si había alguien que hubiera descubierto de veras, Quién era Él. De la respuesta correcta dependía todo.
Jesús empezó por preguntarles lo que la gente decía de Él; y a continuación, les preguntó directamente a los Doce: «Y, ustedes, ¿quién decís que soy?» No es bastante para nadie el saber lo que los demás dicen de Jesús. Podría ser que una persona pudiera aprobar un examen acerca de lo que se ha pensado y dicho acerca de Jesús; podría ser que hubiera leído todos los libros de cristología que se han escrito en el mundo, y todavía no ser cristiana. Jesús tiene que ser siempre nuestro descubrimiento personal.
Por eso siempre me pregunto «¿quién es Jesús para mí?» Y, sí… Es una pregunta profunda, conmovedora hasta la emoción, que no permite grises…
Jesús ha sido y es, el Amigo que desde, hace muchos años me invitó a caminar con Él, sin preguntas ni cuestionamientos, aceptándome tal cual era; sacándome de una vida de tristezas, culpas y soledades. Es Él que sigue siendo la Persona que libera a las personas; de las injusticias y de las múltiples opresiones, causadas por el pecado humano. Es el que me ha invitado a ser parte de su pueblo, es Quien; me ha ordenado, amorosamente, ser ―de alguna manera, la voz de quienes no la tienen y que me asegura que un mundo nuevo es posible. Si Jesús es como reza la canción de Pablo Sosa: «Jesús es vida para descubrir, es vida para compartir.» Gracias
ROG
Oramos por
- Tantas personas que están confundidas y buscan salidas rápidas y mágica, apartándose del verdadero camino de la libertad y la verdad y rechazando a Dios.
- Para que en nuestro pueblo, comunidades, familias, se viva cada día, la lucha cotidiana por la esperanza, la construcción de la paz, la defensa de la justicia, la coherencia de la vida como Cristo lo ha enseñado.
- Por nuestras congregaciones, las Asambleas, los trabajos diaconía y evangelización en cada distrito del país.
- Por cada líder que día a día, da de su amor, tiempo y trabajo para construir y extender nuevas comunidades de fe.
- Por nuestros enfermos y enfermas…
- Por quienes tienen que viajar…
- Por cada uno, cada una que ha perdido su trabajo…
- Por quien ha sufrido la pérdida de un ser querido…
- Por nuestros niños y niñas. Mujeres…
- Por la inclusión de todas las personas, hijas de Dios, hermanas nuestras, familia de la Creación…
Recomendación y Bendición Apostólica
No se preocupen por nada. Que sus peticiones sean conocidas delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
Filipenses 4: 6-7.
Y que la paz de Dios,
Que sobrepasa todo entendimiento,
Guarde sus corazones
Y sus pensamientos en Cristo Jesús.
AMÉN.