Tiempo de Oración – Propuesta semanal para el 31 de mayo
Encuentro con Dios
Alabad al Señor
Mil Voces para Celebrar
Mil voces para celebrar a mi Libertador;
Las glorias de su majestad, los triunfos de su amor.
El dulce nombre de Jesús nos libra del temor;
En las tristezas trae luz, perdón al pecador.
Él habla y al oír su voz, el muerto vivirá;
Se alegra el triste corazón, los pobres hallan paz.
Charles Wesley
Lectura del día
II Reyes 10: 15
Cuando Jehú se fue de allí, se encontró con Jonadab hijo de Recab. Después de saludarlo, le dijo: « ¿Eres sincero conmigo, como yo lo soy contigo?»
Jonadab le respondió que sí. Entonces Jehú le dijo: «Pues ya que eres sincero conmigo, dame la mano.» Jonadab le dio la mano, y Jehú lo invitó a subir a su carro.
(Texto base del Sermón XXXIX de Juan Wesley “El genio del catolicismo”)
Para celebrar el Mes del Metodismo, meditemos algunos pensamientos de Juan Wesley. No los conocemos a todos; porque obviamente, es imposible. Sin embargo, todo lo que se conoce de sus pensamientos es sumamente interesan-te; de manera, que reflexionemos brevemente sobre el Sermón XXXIX.
Uno de los temas de este Sermón es la INCLUSIÓN. Wesley dice:
“¿Es tu corazón recto para con tu prójimo? ¿Amas a todo el género humano, sin excepción alguna, como a ti mismo? «Si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis?” “¿Amas a tus enemigos? ¿Está tu alma llena de buena voluntad, de ternura para con ellos? ¿Amas aun a los enemigos de Dios, a los malagradecidos e impuros? ¿Se siente dolorido o abatido tu corazón por causa de ellos? ¿Te podrías hacer «maldito» por un tiempo en bien de ellos? ¿Y demuestras esto, bendiciendo a los que te maldicen, y orando por los que te aborrecen y te persiguen?…” «Pues que lo es, dame la mano.» “No quiero decir con esto: «Acepta mis opiniones.» No es necesario. No lo espero ni lo deseo. Tampoco quiero decir: «Acepto tus opiniones.» No lo puedo hacer. No depende de mí. Más fácil me sería dejar de oír. Sigue firme en tus opiniones, que yo seguiré firme en las mías. No hay necesidad de que procures persuadirme a que acepte tu modo de pensar. No deseo discutir, oír, ni decir una sola palabra obre estos puntos. Dejemos todas estas opiniones a un lado. Sólo te pido que me des la mano”
Wesley afirma sus principios sobre un catolicismo liberal; en el cual podemos estar de acuerdo o no; pues lo que el resalta en este Sermón, no es la unión de los credos o la igualdad en la celebración litúrgica ni la abolición de las diferencias doctrinales, sino la cooperación diligente en buenas obras, a pesar de las opiniones doctrinales tan diversas e irreconciliables.
Haciendo una relectura de sus dichos; Wesley invita al diálogo para que, por ese medio, conozcamos al otro tal cual es. Su actitud de tolerancia se ve reflejada en su libertad de respetar las opiniones y “en el pensar y dejar pensar”, tal como enseñaba.
Wesley explica que la diferencia de opiniones es el resultado inevitable de la debilidad y la limitada comprensión del ser humano, acerca del amor de Dios. Para Wesley el espíritu ecuménico (católico) es un espíritu humilde que reconoce que nadie puede estar seguro de que la totalidad de sus opiniones puedan ser verdaderas. Da un buen espacio para la duda.
Las palabras de Wesley: «Si tu corazón es como el mío, dame la mano y mi hermano serás» revela que para realizar la tarea de proclamar el amor de Dios y anunciar sus Buenas Nuevas, no debe haber ningún impedimento, basta el amor, amor inclusivo. Considero que el/la otro(a) es más que una idea o una forma de pensar sino una persona atravesada por sus ideas que son fruto de la cultura. Esta actitud inclusiva es lo que permite la unidad de nuestra Iglesia que denominamos CONEXIONALIDAD. Esto es una urgente necesidad ante un mundo; en el cual, cada vez más surgen cuestiones sobre creencias religiosas, ideológicas, costumbres, modas, etc. La cuestión importante es conocer al prójimo más allá de lo que piensa, es incluirlo, aceptarlo tal cual es, sencillamente con amor; tal cual enseña el Evangelio.
Oración de la mañana
Dios Todopoderoso, de quien viene toda buena súplica, y que derramas sobre todos aquellos que lo desean, el espíritu de gracia y suplicación: líbranos, al acercarnos a ti, de la frialdad espiritual y de las divagaciones de nuestra mente, para que con pensamientos firmes y cálido afecto, podamos adorarte en espíritu y en verdad; mediante Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Culto y ritual metodista (a. 1949)
Oremos por
- Por todos aquellas que sufren el desamparo y el olvido.
- Por las que son víctimas de toda clase de violencia.
- Para que la justicia sea real y esté presente en todo momento de nuestras vidas.
- Por la construcción de una paz verdadera.
- Por nuestras familias.
- Por la sanidad de nuestros enfermos.
- Para estar más atentos a las necesidades de quienes nos rodean.
- Por nuestras congregaciones y el trabajo testimonial de éstas.
- Oremos por nuestras instituciones educativas en Rosario:
- Centro Educativo Latinoamericano,
- Universidad del Centro Educativo Latinoamericano,
- Comunidad Educativa La Paz,
- EEMPA del Centro Educativo Latinoamericano y
- Escuela Especial el Gurí
- Agreguemos más motivos para orar en la semana…
Oración Nocturna
Oh Dios, para quien no hay ningunas tinieblas, mas la noche resplandece como el día: guárdanos y defiéndenos, a nosotros y a todo tu pueblo, en alma y cuerpo durante esta noche. Concede que podamos descansar en la seguridad de tu favor, en la paz de una buena conciencia, en la esperanza de una vida mejor, en la fe en tu providencia, en el amor de tu Espíritu. Que podamos levantarnos nuevamente para trabajar en nuestras diversas vocaciones, para hacer la obra mientras que es de día, viendo que la noche viene en que nadie puede obrar. Y ya despiertos, ya dormidos, que podamos vivir junto a Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Culto y ritual metodista (a. 1949)
Salmo 144: 9, 12-15
Señor, voy a dedicarte un canto nuevo;
lo cantaré al son del arpa y del salterio.
Que nuestros hijos, en su juventud,
crezcan como plantas vigorosas.
Que nuestras hijas sean hermosas
como las columnas labradas de un palacio.
Que nuestros graneros se llenen
y rebosen con toda clase de grano.
Que nuestros ganados en el campo
se multipliquen por cientos y miles.
Que nuestros bueyes resistan el trabajo.
Que no nos tomen por asalto
ni nos lleven cautivos,
ni haya pánico en nuestras calles.
¡Dichoso el pueblo que tiene todo esto!
¡Dichoso el pueblo cuyo Dios es el Señor!