Vasijas de barro – 12 de septiembre

12 Sep 2022
en Espiritualidad y devoción
Vasijas de barro – 12 de septiembre

Paz y bien amada hermandad.


Que el aliento de vida plena les esté inspirando en sus caminatas, proyectos y tareas pastorales.

Leemos en el libro de Hechos, en su capítulo 13 en sus versos 1 al 3:


“En la iglesia de Antioquía eran profetas y maestros Bernabé y Simón, al que llamaban Niger; Lucio de Cirene; Manaén…. Como ellos servían al Señor y ayunaban siempre, el Espíritu Santo dijo: «Apártenme a Bernabé y a Saulo, porque los he llamado para un importante trabajo.» Y así, después de que todos ayunaron y oraron, les impusieron las manos y los despidieron”.


La iglesia local como instrumento de misión de Dios.

La iglesia en Antioquía, la tercera ciudad más prominente en el imperio romano, fue fundada por discípulos anónimos, un grupo de refugiados, en una misión inesperada, compartiendo un mensaje no común, que dará como resultado una iglesia insospechada.

Esta iglesia se va a constituir en el hogar espiritual del apóstol Pablo, el que va a regresar una y otra vez, para informar acerca de sus labores y del progreso del Evangelio en el mundo.


“La expansión del Evangelio en el primer siglo comenzó en la periferia y avanzó hacia Roma, la capital del Imperio, sin mayores recursos económicos”

René Padilla

La Iglesia de Antioquía fue una iglesia que traspasó barreras sociales, con un liderazgo compartido formando un equipo pastoral y la disposición a extender los límites del Reino de Dios.

La tarea misionera es el trabajo de la Ruaj divina y la iglesia articulado en unidad. Jesús nos anima a caminar, a aceptar el riesgo y a proyectarnos en un horizonte de esperanza, afirmándonos en el sueño de Dios para nuestra iglesia.


¿Cuál es el llamado específico que Dios nos está haciendo en este tiempo? ¿Qué puertas para la misión se están abriendo y cuáles se están cerrando?


Abrazo cálido y sereno.

Pastor Américo Jara Reyes
Obispo

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