Tiempo de ayuno y oración – Propuesta semanal para el 26 de enero
Despiértanos
Señor Jesús,
Tú no viniste al mundo para ser admirado o adorado.
Tú deseaste solamente imitadores.
Por eso, despiértanos, si estamos adormecidos
En ese engaño de querer admirarte o adorarte,
En vez de imitarte y parecernos a ti.
Sören Kierkegaard
Con la Biblia en la mano
Carta de Pedro 1:3-11
La propuesta es que leamos profundamente el texto una y otra vez, que podamos hacer una lista de lo que tenemos y lo que nos falta.
Y podemos añadir la lectura de la siguiente fábula:
Semillas de esperanza (fábula)
Salí a caminar una tarde por un lugar desconocido, y a poco andar me encontré con un edificio resplandeciente. Sobre la puerta había una placa que decía: «Escuela de la Vida». Intrigada, toqué a la puerta, que se abrió suavemente. Entré, y me sorprendió ver un ángel en la secretaría, muy atareado entre paquetes y papeles. Sorprendida, pregunté:
– Podría usted decirme, ¿a quién enseñan aquí?
– A todos los bien nacidos del corazón de Dios – me respondió el Ángel, sonriendo con amabilidad.
– Pero… ¿cuesta mucho? – inquirí, sospechando algún truco.
– No, no, – me respondió sonriendo aún-. Es todo de gracia.
Me llamó la atención que en el lugar no se escucharan ruidos de alumnos en clase. Más bien había silencio. Mis ojos recorrían la gran sala, ocupada en gran parte con paquetes y tarros sellados, rotulados con grandes letras. «Es una escuela extraña,» pensé.
– ¿Puedo entrar a mirar? – consulté al Ángel.
No me contestó, pero hizo un gesto invitándome a pasar.
Con asombro contemplé grandes paquetes de «Amor» y de «Sabiduría”; tarros llenos de «Paciencia», «Dignidad» e «Integridad”; cajas de «Perdón» y de «Fe”; montones de frascos de vidrio relucientes de «Gozo» y «Esperanza», y estanterías desbordantes de «Verdad» y «Perfección», »
– Pero todas estas cosas, ¿son para los alumnos que están aquí?
– Sí, pero esta es una escuela diferente, pues nuestros alumnos no residen aquí. Se llevan el material.
– ¿Y si yo ingreso, puedo llevarme este material también?, pregunté entusiasmada.
– Por supuesto, está a tu disposición.
– Entonces, inscríbame, y por favor, quiero una gran cantidad de todo esto. Para mí, para mi familia, para mis amigos, para todos.
Sin perder su amable sonrisa, el Ángel me dijo que esperara un momento, mientras iba a consultar. Al cabo de unos minutos, regresó con un pequeño paquetito, que cabía en
la palma de mi mano. Con sorpresa, y algo decepcionada, pregunté:
– ¿Está todo aquí? ¿No cree que es muy poco? – dije mientras miraba las grandes cajas apiladas en la sala.
El Ángel, serenamente, me respondió:
– Mi querida hermana. En nuestra escuela nosotros no producimos frutos, sino semillas. Todo esto que hay aquí son frutos que han venido a dejar nuestros alumnos después de mucho tiempo. Ellos también recibieron semillas, como las que te estoy entregando. Pero tuvieron que trabajar arduamente para hacerlas crecer. Llévatelas, plántalas, y vuelve aquí cuando hayan florecido.
Tomé el pequeño paquete y me despedí, pensando en si alguna vez vería los frutos de esas semillas de amor, sabiduría, integridad, perdón, fe, esperanza, verdad, perfección…. ¿Tendría la paciencia de preparar la tierra para plantar, de regar, desmalezar, abonar, y esperar?…
Un tiempo para pensar… orar y ayunar…
La pequeña fábula me hizo pensar que la gracia del Señor sobreabunda, pero……¿por qué siempre esperamos que los frutos del Espíritu nos sean dados sin poner ningún esfuerzo de nuestra parte en hacerlos crecer en nuestro corazón cada día? Depender de la gracia significa justamente depender «cada día”; es un trabajo de humildad cotidiana, para regar y desmalezar lo que se va acumulando en el corazón, y que impide muchas veces que esos dones crezcan en nosotros y echen raíces profundas. Por eso a veces duran tan poco.
Que el Señor Resucitado nos ayude en esta necesaria tarea de crecimiento, para que podamos dar frutos abundantes y permanentes, que podamos poner a su servicio.
Patricia Wilson (Chile)
Oramos todos juntos y juntas por
LOS, LAS INVITO A JUNTAR LAS MANOS y colocar dentro, TODOS LOS MOTIVOS DE ORACIÓN como hermanos y como COMUNIDADES DE FE.
- Este tiempo de ayuno y oración en que podemos encontrarnos con el Señor en forma tan íntima.
- Las familias que tienen que enfrentar grandes preocupaciones (trabajo, enfermedad, vivienda), para que no se trasladen a las relaciones familiares, sino que puedan sostenerse unos a otros con valor y sinceridad.
- Para que el NUEVO AÑO lo sea en todo sentido, nuevo en salud, nuevo en esperanzas, que sea un tiempo que nos llene de alegrías, de re encuentros, de perdones y abrazos sinceros.
- La Iglesia Nacional, el Obispo, la Junta General, los Administradores, que el Señor los guíe en sabiduría para la tarea a la que fueron llamados.
- Las Pastoras y Pastores y hermanas y hermanos que conforman los Equipos Pastorales, que el Señor nos renueve las fuerzas, la alegría de servir a las comunidades, que no nos gane el desánimo, y sí tengamos el ímpetu que nos trae la GRACIA de DIOS, para mirar con ojos nuevos y corazón nuevo, este tiempo desde el evangelio.
- Oramos por las familias pastorales.
- Oramos por la Pastora María Esther Andersen, por paciencia y fuerzas en la recuperación de su cirugía, y por la familia que la acompaña.
- Ya estamos orando por la Asamblea Nacional para el 2022, Asamblea de Re-Encuentro, llena de abrazos contenidos, de encuentros que tenemos postergados; que el Señor nos vaya abriendo caminos para que sea una sentida Asamblea de su pueblo donde el gozo del Señor se haga presente.
- Seguimos orando por este nuevo tiempo de incertidumbre, donde la vida parece estar en peligro del virus nuevamente. El Señor abra caminos y ponga luz en el mundo.
- Te damos gracias y ponemos en tus manos todos aquellos lugares donde sirven a otros, con meriendas, comedores, alimentos, ropa de abrigo, materiales para la construcción y varias cosas más.
- ORAMOS por discernimiento, sabiduría, palabra y acción para enfrentar situaciones de conflicto dentro de las comunidades de fe, en los hogares, y en el barrio mismo donde vivimos.
Las Comunidades de Fe:
- Los Hogares LOWE, por su situación económica, para que florezca aún en este tiempo de pandemia. Amado Padre tú lo haces posible. Por el personal que trabaja allí, que sientan la bendición del Señor por la tarea que realizan y a la vez estén tranquilos sabiendo que pueden seguir trabajando. Por cada uno de los niños y niñas que están en los hogares, bendícelos Señor, con alegría, con ternura, con esas risas que sólo los más chicos pueden contagiarnos. Una bendición especial para todos los que allí habitan, tu abrazo a cada uno y tu caricia sobre sus cabezas sintiendo tu presencia.
- EL JARDÍN DE INFANTES DE TEMPERLEY. Arco Iris, obra comenzada a pulmón hace 50 años, y que ahora no están recibiendo la mensualidad, bastante baja gracias al subsidio pero necesaria para el mantenimiento y personal adicional. Es un servicio muy reconocido en el barrio y zona, pero en este tiempo es muy difícil sostenerlo… Queremos servir con este servicio, y oramos para poder aguantar este mal tiempo.
- Y oramos por todos los colegios Metodistas que seguramente están pasando por similares situaciones. “De dónde vendrá mi ayuda?, se pregunta el salmista, MI AYUDA VIENE DEL SEÑOR y en Él confiamos”
- Oramos con las hermanas y hermanos de la Comunidad de Luís Guillón: Por el crecimiento espiritual de las personas que se acercaron durante este tiempo de pandemia, para que nuestros corazones sean renovados por el Espíritu del Señor y podamos estar listos para la iglesia pos-pandemia.
DIOS te tiene en su agenda cada día y te bendice, sé agradecida/o con su bendición.
¡¡¡Hasta la próxima semana!!!