40 años de Democracia
«Paz y bien amada hermandad. Sea mi oración por sus diversos ministerios amorosos, llenos de gracia y gracia servicial junto al pueblo.
“El amor de Cristo nos obliga ya que estamos seguros de que un murió por todos… Cristo murió por todos para que los que viven ya no vivan para ellos mismos…”
Segunda carta a los Corintios 5: 14-15
Necesitamos superar las democracias del dinero, estas democracias que nos llevan a gobiernos débiles, sujetos a la acción de poderes transnacionales, gobiernos solo representativos de los que tienen, pueden y supuestamente saben. Necesitamos verdaderas “laocracias” –del griego “laos”, pueblo en sentido amplio e inclusivo– desde los invisibilizados, desde quienes sufren, resisten y esperan tiempos nuevos.
Tenemos elecciones por delante y este proceso democrático debe garantizar un Estado democrático, que brinde protección y garantice el bienestar del pueblo y en especial de los más vulnerables. Anhelamos que los procesos sean vividos como una fiesta de la civilidad. Vale recordar que muchas y muchos entregaron su vida en defensa de nuestras democracias. A 40 años de la Democracia vale la pena fortalecerla entendiendo es perfectible, que debe cobrar mayor transparencia en las políticas públicas propuestas, y que debe crecer la participación de la sociedad civil como fiscalizadora del accionar político, social y cultural.
Oremos:
- Por nuestras democracias a fin de que sean “laocracias”, que garanticen la justicia social.
- Para que se cumplan los derechos económicos, sociales y culturales en favor de los pueblos.
- Por una democracia, que atienda al excluido como desafío primero.
- Por la descolonización de la democracia, que ha sido canibalizada por el imperio neoliberal.
- Por el bien común de quienes habitamos la Nación.
Abrazo cálido y sereno
Américo Jara Reyes
Obispo