Testimonio en la Eco School: agua, alimentos y justicia climática, en San Salvador

20 Nov 2018
en En contexto, Jóvenes
Testimonio en la Eco School: agua, alimentos y justicia climática, en San Salvador

Tuve la increíble oportunidad de la mano del Consejo Mundial de Iglesias, la Federación Luterana Mundial, la Red Ecumenica del Agua y la Federación Universal de Movimientos Estudiantiles Cristianos de participar en la Eco School: agua, alimentos y justicia climática, en San Salvador.

Fue una experiencia muy rica en la que tuve la oportunidad de conocer y aprender acerca de las distintas maneras de luchar por la justicia climática a lo largo de toda latinoamérica y donde conocí hermanos y hermanas que se que van a estar conmigo a lo largo del tiempo.

Una de las historias que conocí y que me movilizó mucho fue la de Christian Chavarria, pastor luterano, un niño durante la guerra salvadoreña y un ejemplo a seguir sobre cómo se puede salir adelante y sobre cómo amar tu patria frente a cualquier circunstancia. De su parte traje esta cruz tan linda para regalar a mi comunidad, la Iglesia de Flores (CABA) y recordar esos días tan lindos vividos de la manos de los colores vivos de la creación, como no dice quien las crea.

Malena Lozada Montanari

Foto: Una mujer ayuda a otra mientras recogen agua a orillas del lago Malawi en el distrito de Karonga, Malawi del norte. Foto © ACT/Paul Jeffrey

Más información sobre Echo-School

Justicia hídrica, alimentaria y climática 2018


Introducción

Actualmente, más de 2.000 millones de personas no tienen acceso a servicios de agua potable gestionados de manera segura y más de 4.400 millones carecen de servicios de saneamiento gestionados de manera segura; 795 millones de personas –una de cada nueve– se van a la cama con el estómago vacío y cada día, unos 1.000 niños mueren de enfermedades diarreicas relacionadas con el agua y el saneamiento que son prevenibles. El cambio climático agrava la inseguridad hídrica y alimentaria. Si la situación actual persiste,
dos tercios de la población mundial podría estar viviendo en zonas de alto estrés hídrico en 2030 y la producción agrícola mundial podría haber disminuido hasta un 25% en 2050.

El nexo entre agua, alimentación y cambio climático es profundo y repercute directamente en el sustento y la supervivencia de comunidades, sobre todo en aquellas vulnerables desde
el punto de vista socioeconómico. Sabido es que el cambio climático afecta la disponibilidad de seguridad hídrica y alimentaria. A la vez, la agricultura, la explotación del agua y los
recursos de la tierra, así como los estilos de vida de consumismo desenfrenado contribuyen al cambio climático. La agricultura y las granjas industriales de animales; la pesca comercial
desenfrenada; la deforestación y la minería destructiva en la tierra y el mar, todas contribuyen a la degradación ambiental y no solo traen aparejadas la escasez de agua y amenazas para la soberanía alimentaria, también ponen en peligro la biodiversidad. La seguridad alimentaria y la seguridad nutricional están directamente vinculadas con la disponibilidad de agua dulce, pues el 70% de la misma se usa en la agricultura. En países con estrés hídrico, la agricultura industrial de productos que requieren mucha agua para exportarlos a países más ricos es la causa principal de la gran huella hídrica de esos países y acentúa su vulnerabilidad. De ahí que la problemática del agua, la alimentación y el cambio climático deban abordarse de manera holística y en un marco de justicia.


La ecoescuela

Frente a esos desafíos, la Red Ecuménica del Agua (REDA) del Consejo Mundial de Iglesias (CMI), en colaboración con su Alianza Ecuménica de Acción Mundial (EAA) del CMI y el
Programa de justicia económica y ecológica del CMI, organiza la segunda edición de la ecoescuela para hasta 25 jóvenes de América Latina y el Caribe a fin de discutir sobre el nexo entre justicia hídrica, alimentaria y climática. Dicha ecoescuela será co-organizada con ACT Alianza América Latina, Ayuda Cristiana y la Federación Mundial de Estudiantes Cristianos, y copatrocinada por la Iglesia Evangélica Luterana en América e InFaith Foundation.

En un ámbito ecuménico, los participantes tendrán la posibilidad de estudiar manifestaciones y causas locales, regionales e internacionales de la crisis del agua y la inseguridad alimentaria que se ven afectadas por el cambio climático. También examinarán la situación y los desafíos desde la perspectiva de la fe y la ética, y buscarán juntos las posibles respuestas ecuménicas a dichos desafíos. Al final de la ecoescuela, se espera que estén equipados con herramientas que les permitan convertirse en ecodefensores de una tierra más justa y sostenible. A tales efectos, se entiende que establezcan planes de acción que podrían implementarse en su respectiva comunidad.


Metas y objetivos / resultados

La ecoescuela tiene por finalidad motivar y preparar a personas jóvenes para que contribuyan a la labor local y regional de las iglesias en cuestiones relacionadas con el agua, la alimentación, la nutrición, la salud y el cambio climático en aras de un futuro sostenible.


Objetivos

  • Transmitir una comprensión básica de la crisis del agua, la seguridad alimentaria, la salud, el cambio climático y sus raíces.
  • Explorar el nexo entre el agua, la alimentación y el cambio climático desde una perspectiva de justicia y derechos.
  • Sostener la construcción de la capacidad regional de nuestras iglesias en cuestiones ecológicas, en particular, el nexo entre las cuestiones indicadas más arriba a través de esta ecoescuela anual de ámbito regional.
  • Reforzar el compromiso con la labor sobre estos temas que se lleva a cabo en las iglesias y el contexto ecuménico.
  • Capacitar a los participantes para que inicien actividades de seguimiento en su respectiva comunidad de origen.

Resultados previstos

  • Los participantes disponen de una comprensión básica de la crisis del agua, la seguridad alimentaria y el cambio climático, así como de sus causas.
  • Los participantes conocen y cuentan con consideraciones teológicas y éticas que son pertinentes para asuntos relativos a la protección del medio ambiente y la erradicación de la pobreza.
  • Los participantes pasan a ser ecodefensores para trabajar en pro de una tierra más justa y sostenible.
  • Los participantes habrán manifestado su compromiso y desarrollado ideas para seguir abordando estas cuestiones cuando vuelvan a su país.
  • Las iglesias representadas por los participantes tomarán conciencia no solo de la problemática en materia de agua y saneamiento, seguridad alimentaria y cambio climático, sino también de que se le podría dar prioridad en el discurso eclesiástico.
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