Los desafíos de nuestro mundo actual son el horizonte donde vivir y testificar el Reino de Dios.
Con Jesús profeta, profetizamos nuestras indignaciones por las injusticias y agradecemos la profecía de la solidaridad compartida todos los días. Con Jesús víctima de los atropellos denunciamos los vejámenes sufridos por mujeres y ancianos, por los pueblos aborígenes y por todos los trabajadores. Con Jesús hijo del hombre y declarado Hijo de Dios con poder por su resurrección de entre los muertos, nos reconocemos ciudadanos de este pueblo y también ciudadanos del reino de Dios.
Por ello, los Temas de la Gran Parroquia no son temas ajenos al evangelio ni a nosotros y nosotras, nos atraviesan y desafían en lo personal y comunitario.
Conocerlos y comprenderlos a la luz de la vida plena que nos prometió Jesús es necesario para sumarnos en acciones concretas a lo que Dios está haciendo ya, creando un mundo nuevo lleno de justicia y misericordia.
Queremos seguir pensando y reflexionando como ser comunidad profética, que haga frente a las injusticias y resulte transformadora en este tiempo.
Que sepamos vivir un Evangelio de prácticas de vida de gracia y justicia.
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