06 – Pentecostés: Promesa cumplida

19 Feb 2020
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06 – Pentecostés: Promesa cumplida

Guías Metodológicas


Esta jornada no cuenta con Libro de Actividades



Hechos 2


El Pentecostés era una fiesta que marcaba el final de la cosecha de la cebada y que se llevaba a cabo 50 días después de Pascua. A esta fiesta solía venir mucha gente, entre ellos judíos que vivían en distintos lugares del Imperio Romano y aún más allá.

Los cristianos recordamos el día de Pentecostés porque Dios en ese día cumplió su promesa de enviarnos al Espíritu Santo de una manera especial y para todo el mundo, sin ninguna distinción, sin ninguna discriminación.

No es fácil explicar la trinidad: tres maneras de ser Dios, tres maneras de manifestarse Dios.

 Les dejamos una sugerencia. Conocemos el agua en sus tres estados (líquido, hielo y vapor). Decimos: “Todo es agua pero está en diferentes estados”, así nos pasa con Dios.

Dios es uno representado en tres formas:

DIOS PADRE: Creó el mundo y lo sigue creando…

DIOS HIJO, JESÚS, vivió entre otros seres humanos… y nos enseñó como es DIOS PADRE.

Y DIOS ESPÍRITU SANTO, que vive en nosotros y con nosotros.

El Espíritu Santo un regalo de DIOS, es el regalo que de sí mismo nos da DIOS. Quien toma la iniciativa de dárnoslo es DIOS. Nosotros podemos aceptarlo o no.

No hablamos de que nosotros nos unimos con el Espíritu Santo, sino de que vivimos en comunión con el  Espíritu Santo. Lo que nos une es el inmenso amor de DIOS.

 

Algunas realidades sobre el Espíritu Santo: 

– Es Dios Romanos 8.14 – Juan 4.24 

– Es nuestro Defensor, nuestro Abogado — Juan 14.16

– Nos enseña qué es la justicia — Juan 16.8-9 

– Nos santifica — 1 Corintios 6.11 

– Nos da poder para ser testigos — Hechos 1.8 

– Nos da dones para servir — 1 Corintios 12.8-11 


¿Qué queremos lograr?


  • Conocer algunas realidades sobre el Espíritu de Dios.
  • Vivir la alegría de que Dios nos regala su Espíritu de paz, justicia y amor.

Índice



./ niñas/os no lectores

ORAR.- dando gracias a Dios porque Jesús no nos dejó solos cuando se fue al cielo, sino que nos mandó su Espíritu.

  • Repartir a cada uno un papel y pedir que hagan una pelotita.
  • Jugar carreras soplando las pelotitas de papel sobre una mesa.

Contar la historia de Pentecostés destacando que el Espíritu Santo es como el aire con el que soplamos las pelotitas. No lo vemos pero lo sentimos porque las pelotitas se mueven y así es como siempre está con nosotros.

Nos ayuda para hacer cosas buenas.

¿Qué cosas buenas y lindas podemos hacer?

  • Pintar esas pelotitas, pegarles un hilo y hacer un móvil para que cada uno se las lleve a su casa.

 

./ niñas/os lectores menores

¿A cuántos de ustedes les gusta elevar barriletes? ¿Qué es  lo que los mantiene arriba? ¿Cuántos de ustedes han visto el viento? Nadie ha visto el viento. No podemos verlo porque es invisible. Pues, si no podemos verlo, ¿cómo podemos saber que existe?

Leer el texto bíblico, en Hechos 2, especialmente los vs 1-4, 7.

Comentar que otra forma de saber que el viento existe es que podemos verlo moviendo cosas. 

  • Tomar pedazos de papel en la mano y soplarlos al aire. Podemos verlo al soplar las hojas de los árboles y los pedazos de papel. No podemos ver el viento, pero sabemos que sí existe porque podemos ver lo que hace. 
  • Otra manera de saber que el viento existe es porque lo sentimos. Sóplense la parte de atrás de la mano. ¿Vieron algo? ¡No!, pero sí sintieron algo ¿no es así? No podemos ver el viento, pero podemos sentirlo soplando contra nuestro rostro y cabello.

Hoy celebramos un día especial llamado Pentecostés. Fue en el día de Pentecostés cuando Dios envió el Espíritu Santo a la Iglesia de una manera especial. La Biblia nos dice que los apóstoles estaban reunidos cuando de repente escucharon un ruido como una violenta ráfaga de viento.

Entonces, dice la Biblia en el libro de Los Hechos de los Apóstoles, todos fueron llenos del Espíritu Santo. Todos, todos. ¡Fue un regalo maravilloso de Dios!

El Espíritu Santo de Dios es como el viento. No podemos verlo, pero sabemos que está aquí, de la misma manera que sabemos que el viento está aquí.

El Espíritu Santo es el Espíritu de Jesús.

 

Podemos saber que el Espíritu Santo está con nosotros porque Jesús está con nosotros, y podemos escucharlo. En el libro del Apocalipsis (3.20) Jesús nos dice: «Mira, yo estoy llamando a la puerta; si alguien oye mi voz y abre la puerta, entraré en su casa y cenaremos juntos.» No podemos ver el Espíritu Santo, pero sabemos que está aquí trayéndonos la compañía de Jesús, hablando a nuestro corazón.

Podemos saber que el Espíritu Santo está cerca de nosotros porque podemos sentir su presencia.

La Biblia dice,

«…no temo peligro alguno porque tú, Señor, estás conmigo siempre» (Salmo 23.4).

La Biblia también dice que

«…si nos amamos los unos a los otros, Dios vive en nosotros y su amor se hace realidad entre nosotros» (1 Juan 4.12). No podemos ver el Espíritu Santo, pero sabemos que sí está porque podemos sentir Su presencia en nuestra vida.

ORAR.- dando gracias a Dios porque Jesús no nos dejó solos cuando se fue al cielo, sino que nos mandó su Espíritu.

 

./ niñas/os lectores mayores

  • Llevar un ventilador.

¿Cómo es que el ventilador ayuda a refrescarnos? ¿Pueden ver el aire salir del ventilador? ¿Cómo sabemos que el ventilador está trabajando? 

Comentar que hoy es un día muy especial, celebrado en muchas iglesias. Se llama el día de Pentecostés. 

Leer el pasaje bíblico: Hechos 2.1-15.

Comentar que la Biblia nos dice que en el día de Pentecostés, los seguidores de Jesús estaban juntos, reunidos en un lugar y Dios les mandó señales de la presencia del Espíritu Santo para vivir en el espíritu de Jesús y darles fuerzas para enseñarles a otros acerca de Jesús.

 

Sabemos que ellos no podían ver el Espíritu Santo, así que, ¿cómo supieron que el Espíritu Santo estaba allí?

El libro de Los Hechos de los Apóstoles dice que ellos supieron que el Espíritu Santo estaba allí al escuchar el sonido de un viento fuerte, muy fuerte. Ellos no podían ver el Espíritu Santo, pero pudieron escuchar el sonido del viento, más fuerte que cuando nosotros escuchamos el aire que sopla este ventilador.

La Biblia dice que ellos vieron algo que parecía como llamitas de fuego que y se ponían sobre sus cabezas. Ellos no podían ver el Espíritu Santo, pero supieron que el Espíritu Santo estaba allí porque ellos veían las llamas de fuego.

El Espíritu Santo está con nosotros hoy. No podemos verlo, pero podemos escucharlo cuando le habla a nuestro corazón, podemos verlo al moverse en nuestra vida y podemos sentir el poder de su presencia mientras nos guía diariamente.

¿En qué momentos lo sentimos? ¿Les ha pasado?

 

Comentar que Jesús, antes de morir, prometió enviarles el Espíritu Santo de una manera especial.

Según nos cuenta el Evangelio de Juan (14.16-17) Jesús habla del Espíritu Santo como el DEFENSOR, que también significa CONSOLADOR.

El día de Pentecostés lo que celebramos es la promesa cumplida: la llegada del Espíritu Santo a cada vida, disponible para todas las vidas.

¿Ustedes sabían que tienen un defensor, un abogado que intercede por nosotros, un gigante que nos ayuda, que es el Espíritu de Dios?

¿Saben dónde vive el Espíritu de Dios?

 

¿Te acordás que Dios entregó a Moisés su ley en unas tablas de piedra? Bueno, en el libro de Jeremías Dios promete escribir su ley en nuestro corazón y nuestra mente (Jeremías 31.33).

Si el Espíritu Santo vive en tu corazón él te cambiará por dentro y te dará el poder de vivir en el espíritu de Jesús. Será tu defensor, tu abogado, tu ayudador.

¿Podemos pensar cuándo nos defiende, nos anima, nos da fuerzas, el Espíritu de Dios?

Cuando estamos tristes, cuando todo nos sale mal, cuando …

 

  • Pueden hacer la tarjeta con la forma de un fuego para pegar en las mochilas o en las carpetas, copiado dentro el versículo en Hechos 2:4: “Y todos quedaron llenos del Espíritu Santo”.

ORAR.- Querido Padre, gracias por enviar a tu Espíritu Santo para ser nuestro maestro y guía, nuestro defensor y animador. Ayúdanos a escucharlo y atenderlo cuando nos enseña a vivir como vivió Jesús. Amén

 

./ adolescentes

ORAMOS.- dando gracias a Dios por la promesa cumplida.

Comentar que Jesús, antes de morir, prometió enviarles el Espíritu Santo de una manera especial. Según nos cuenta el Evangelio de Juan (14.16-17) Jesús habla del Espíritu Santo como el DEFENSOR, el abogado que los va a defender cuando alguien los acuse, el gigante que va a salir en su ayuda cuando estén en problemas.

El día de Pentecostés lo que celebramos es la promesa cumplida, la llegada del Espíritu Santo a cada vida.

Leer: Hechos 2.1-17.

¿Ustedes sabían que tienen un defensor, un abogado, que es el Espíritu de Dios?

¿Saben dónde vive el Espíritu de Dios? ¿Se acuerdan que Dios entregó a Moisés su ley en unas tablas de piedra? Bueno, en el libro de Jeremías Dios prometió escribir su ley en nuestro corazón y nuestra mente (Jeremías 31.33). Si el Espíritu Santo vive en tu corazón él te cambiará por dentro y te dará el poder para vivir en el espíritu, en la onda y en la alegría de Jesús, será tu defensor y tu ayudador.

  • ¿Podemos pensar cuándo nos defiende, nos consuela y nos anima el Espíritu de Dios?

“Cuando estamos tristes, cuando todo nos sale mal, cuando”… Dejemos espacio para que los chicos cuenten sus experiencias.

 

La promesa del día de Pentecostés para los jóvenes:

¿Ustedes saben que en el cumplimiento de la promesa de Dios, en el día de Pentecostés, hay una promesa muy especial para ustedes los jóvenes?

Dice el Libro de los Hechos de los Apóstoles que ese día Pedro, el apóstol, le explicó a la gente que estaba presente en esa ocasión cuando el Espíritu de Dios se mostró de una manera tan especial, de la siguiente manera:

“Sucederá que en los últimos días, dice Dios,

derramaré mi Espíritu sobre toda la humanidad;

 los hijos e hijas de ustedes

comunicarán mensajes proféticos,

los jóvenes tendrán visiones,

y los viejos tendrán sueños.”

¡Los jóvenes tendrán visiones! Tener visión es la capacidad de ver lo que otros no ven, lo que otros no se atreven a ver, lo que muchos tienen miedo de ver… Un joven, una chica con el Espíritu de Jesús pueden ver el mundo nuevo que Jesús quiere traer, el mundo del Reino de Dios. ¡Un chico, una jovencita llena del Espíritu Santo pueden anticipar en sus vidas lo que Jesús espera cuando venga su Reino!

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