05 – Semana Santa: Pascua
Guías Metodológicas
Libro de actividades 05
Juan 20:19-23
Juan Damián, Coordinador ELADE – CIEMAL, nos ayuda a pensar este texto:
¿Resucitando?
¿A qué estamos resucitando? En los relatos de la resurrección la presencia del Señor es extraña sin dejar de ser familiar. Parece que está pero desaparece. Sin embargo permanecen sus señales. En el camino a Emaús cambia el desaliento de los discípulos por ánimo y esperanzas. Lo reconocen en la comunión del pan y el ardor del corazón.
En Juan Jesús muestra sus manos y costado herido. Siempre los discípulos acogen la señal de «paz para ustedes» y descubren «el sentido de la Escritura».
¿Cuáles son nuestras señales hoy de estar resucitando? Las mismas de Jesús pero de otro modo… Contagiar paz, buscar paz, recrearla entre la sociedad y los demás… Despertar la comunión entre la gente… Acercarnos para dar aliento, esperanza, ganas de seguir la lucha, la que sea, la que nos toca.
Descubrirlo en el prójimo como Magdalena en un jardinero, o los discípulos en los compañeros camino a Emaus.
Hemos de ser testigos del gran paso de Jesús y también paso nuestro. Al decir de Juan: «hemos pasado de la muerte a la vida». Pero eso no lo proclamamos y juzgamos nosotros, sino los demás, los que nos rodean, que conviven y comparten nuestros gestos y presencia.
«¿Llevamos vida, comunicamos vida?» en esta sociedad violenta, corrupta, de consumo, individualista, Dios quiera que entrelacemos paz, honestidad, autenticidad solidaria, humanización evangélica.
¿Qué queremos lograr?
- Reconocer que Jesús camina nuestros pasos, vive dentro de los juegos, las historias de vida y de las situaciones grandes y pequeñas.
./ niñas/os no lectores
Contar desde la Biblia el relato de San Juan 20: 19 -23.
Jesús no estaba muerto y no estaba en el sepulcro. ¡Él está vivo! Los discípulos se juntaron el domingo por la tarde, tenían miedo. Los discípulos tenían miedo de lo que les iba suceder si los jefes religiosos del judaísmo pensaban que ellos habían movido el cuerpo de Jesús. Jesús apareció en el cuarto donde estaban. Jesús sabía que tenían miedo y les dijo –¡La paz sea con ustedes! –. Jesús quería que los discípulos entendieran que Él estaba vivo. Jesús no era un fantasma. Él les mostró sus manos y su costado. Los discípulos estaban emocionados al verlo.
Jesús les dijo que no tuvieran miedo. Les dijo que los iba a mandar a decirles a otros acerca de Dios. Jesús vino para hacer eso. También les dijo que les iba a mandar un ayudante que iba ir con ellos. Y como lo prometió, les dio el Espíritu Santo, el ayudante. Jesús soplo sobre ellos. No sabemos exactamente cómo sucedió, solo sabemos lo que la Biblia nos dice. Jesús sopló sobre ellos y les fue dado el Espíritu Santo, el ayudante que les había prometido.
Jesús les dijo que no los iba a dejar solos. Les dijo que les iba a mandar un ayudante, el Espíritu Santo. Les dijo que iban hacer cosas más maravillosas con la ayuda del Espíritu Santo Les dijo que el Espíritu Santo no era alguien que se podía ver pero sí sentir, como el viento, pero más poderoso.
El Espíritu Santo iba estar con ellos para siempre. Les dijo que el Espíritu Santo les iba a enseñar todas las cosas, y recordarles todo lo que había dicho.
Un domingo, no hace mucho tiempo, Dios guardó su promesa en el día de Resurrección.
Jesús les aseguró a sus discípulos que iba a estar con ellos siempre, y les aseguró que iban a tener siempre su Espíritu para ayudarles..
¿Les gustaría ver a Jesús como los vieron los discípulos?
Contar que los discípulos pudieron “verlo” porque vivían en ese tiempo y que nosotros podemos “sentir” a Jesús.
- Ir al patio para que sientan el aire o el viento sobre sus caras.
Comentar: que “en el aire también está Dios”. Si hay sol, poner las caritas al sol y asegurar que “en el sol, también está Dios”. Nosotros podemos sentir a Jesús aunque no lo vemos y a nosotros también nos dice PAZ. Y nos lo dice a través de su Palabra y a través de nuestros amigos.
¿Podemos decirnos paz en el nombre de Jesús?
Enseñar a cantar o a recitar:
Dios está aquí,
tan cierto como el aire que respiro
tan cierto como la mañana se levanta,
tan cierto como que me habla
y le puedo oír
ORAR.- Dando gracias a Dios por haber enviado el Espíritu Santo y por tener cuidado de cada uno de nosotros. Y para que siempre podamos sentir la PAZ de DIOS.
- Entregar una hoja en blanco a cada chico, e incentivar su imaginación preguntando en qué lugar les gustaría encontrarse con Jesús, y que lo dibujen. Si tenemos figuritas o recortes de revista las ponemos sobre la mesa y que los niños elijan la que más les guste.
Asegurar que cuando se encuentren con Jesús en ese lugar él les dirá “PAZ” y sentirán sus corazones llenos de alegría..
- Jugar a hacer burbujas y ver que vuelan por el aire que aunque no lo podamos ver, si notamos lo que hace.
./ niñas/os lectores menores
Leer el relato de Juan 20: 19 -23.
¿Les gustaría ver a Jesús como los vieron los discípulos? (Por supuesto que les va a gustar, como a nosotros nos gustaría también).
Contar que los discípulos pudieron “verlo” porque vivían en ese tiempo, que nosotros podemos “sentir” a Jesús.
- Si es posible llevarlos al patio para que sientan el aire o el viento sobre sus caras y decirles que “en el aire también está Dios”. Si hay sol, poner las caritas al sol y asegurarles que “en el sol, también está Dios”. Nosotros podemos sentir a Jesús aunque no lo vemos y a nosotros también nos dice PAZ. Y nos lo dice a través de su Palabra y a través de nuestros amigos y a través de todos los que nos aman.
- Invitar a los chicos a que se saluden como los esquimales, nariz con nariz, moviéndola para los costados (suavemente) y se den la paz. ¿Podemos decirnos paz en el nombre de Jesús?
Enseñar a cantar o a recitar:
Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro
tan cierto como la mañana se levanta,
tan cierto como que me habla y le puedo oír
- Que los niños cierren los ojos y se imaginen un lugar donde les gustaría encontrarse con Jesús. Que cada uno vaya diciendo cómo es ese lugar y asegurarles que Jesús está allí con ellos y les dice “PAZ a ustedes”
- Hacer un cartel grande (afiche) para poner sobre la pared o pizarrón con la palabra “PAZ” y que los niños vayan escribiendo con distintos colores, lugares o situaciones donde falta la PAZ de Jesús hoy en nuestro mundo (o en nuestro lugar).
Que decoren con dibujos el cartel.
ORAR.- para que siempre podamos sentir la paz de Dios.
./ niñas/os lectores mayores
Leer el relato de Juan 20: 19 -23
¿Les gustaría ver a Jesús como los vieron los discípulos? (Por supuesto que les va a gustar, como a nosotros nos gustaría también).
Nosotros podemos sentir a Jesús aunque no lo vemos y a nosotros también nos dice PAZ. Y nos lo dice a través de su Palabra, a través de la oración y a través de nuestros amigos.
Piensen ¿a quiénes les gustaría decirles “PAZ”? ¿en quiénes piensan que no tienen PAZ? Pueden pedirle a Jesús que les dé PAZ, que ellos puedan sentir esa paz de Dios. Y ustedes ¿sienten paz o tienen ganas de pelear con todos?
La paz es un don de Dios, él la tiene para regalarnos a nosotros y nosotros podemos sentir su paz en cualquier lugar donde nos encontremos.
- Copiamos en una pizarra o en un afiche grande:.
“Dios está aquí, tan cierto como el aire que respiro, tan cierto como la mañana se levanta, tan cierto como que me habla y le puedo oír.”
- Que cierren los ojos y se imaginen un lugar donde les gustaría encontrarse con Jesús.
Que cada uno vaya diciendo cómo es ese lugar y asegurarles que Jesús está allí con ellos y les dice “paza ustedes”.
- Hacer señaladores o separadores de carpeta con el tema de la Paz, dibujos y algún texto bíblico.
Libro de Actividades
Imprimir 1: Crucigrama (Libro de Actividades)
ORAR.- para que siempre podamos sentir la paz de Dios.
./ adolescentes
Leer el relato de Juan 20: 19 -23.
Comentar que: Jesús le dijo “PAZ a ustedes”, a aquel grupo de los discípulos que estaban encerrados por el miedo y les volvió a repetir “PAZ a ustedes” cuando vio que ellos se alegraron de verlo.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a la violencia?
Decir: Pensamos en una situación donde una persona que tiene más poder por su edad, tamaño, inteligencia, posición, etc) abusa de esta situación para lograr algo de una persona que está en una situación de menor poder. La violencia se aprende, por lo tanto se puede desaprender y aprender a tratar bien.
Cuando sentimos que no tenemos paz, debemos buscar cuál es el problema.
¿Qué hay en nosotros sin arreglar? ¿Mentiras que se nos vienen encima? ¿Hay alguna situación de maltrato en la casa, en la escuela, en el trabajo? ¿Cómo pedimos ayuda? ¿A quién? ¿Quién nos inspira confianza; amiga/o, vecinos, Profesor/a, Pastor/a, Médico…?
Comentar que: Cuando se comparten estas situaciones es posible encontrar salidas y no sentirse en guerra con nosotros mismos.
Recordar: Juan 14: 27 y Filipenses 4: 7 y tratemos de no olvidar lo que dice.
Escribir: como título en una pizarra o en un papel afiche grande: JESÚS RESUCITÓ Y NOS TRAJO LA PAZ, escribiendo lo que dice el texto que hizo Jesús: Tuvo compasión de sus discípulos y se puso en medio de ellos; les trajo alegría el verlo; les sopló su Espíritu Santo; les dio poder para perdonar pecados. Los envió a los otros.