Los femicidios son la punta del iceberg que se asoma, encontrándose debajo de ella, distintos tipos de violencias que viven las mujeres día a día, como es la violencia económica, física, psicológica, simbólica y social.
Como cristianos y cristianas, debemos comprometernos a denunciar todo tipo de violencia. Escuchar, creer y acompañar a aquellas mujeres que viven esas situaciones, es parte de nuestra tarea como comunidad en la fe.