Mensaje de la XXVII Asamblea General de la IEMA a las Congregaciones Metodistas de Argentina
Desde la 27 Asamblea General saludamos a las comunidades de fe de toda la Iglesia Evangélica Metodista Argentina reunida del 7 al 10 de octubre en Villa Sarmiento: justicia, alegría y paz por medio del Espíritu Santo, en la tarea y en la espera del reino de Dios (Rom 14.17).
JUSTICIA DE DIOS encarnada en Jesucristo, que levanta y redime a las personas, las familias y los pueblos superando enemistades y conflictos, buscando la paz de Dios, el shalom del Reino de los cielos haciéndose buena noticia en la tierra, abriendo mesas de comunión para todas las sedientas, para todos los hambrientos.
JUSTICIA DE DIOS frente a la injusticia y la muerte que nos llegaron con oleadas de epidemias y guerras, frente a las corrupciones y ambiciones desmedidas de poder, de dinero y de vanagloria; frente a la pobreza tan cercana y tan injusta.
Justicia, alegría y paz por medio del Espíritu Santo, en la tarea y en la espera del reino de Dios.
ALEGRÍA Y GRATITUD A DIOS por haber compartido el pan y la leche, la sal y el azúcar de tantas mesas, especialmente durante los largos meses de encierro y soledad, falta de trabajo y producción, miedo y enfermedad.
ALEGRÍA Y GRATITUD A DIOS por haber mantenido el mensaje de fe, amor y esperanza por llamadas telefónicas, por mensajes de WhatsApp y por videos en cultos y mensajes virtuales, por fugaces visitas de quienes pudieron visitar, por los primeros cultos presenciales de los jóvenes y después lenta pero crecientemente con la mayoría de los hermanos y hermanas.
Justicia, alegría y paz por medio del Espíritu Santo, en la tarea y en la espera del reino de Dios.
PAZ DE DIOS en medio de tanta muerte y tantas muestras multiformes de violencia, en medio de tanta degradación de la naturaleza y del ambiente.
PAZ DE DIOS en espera y esperanza de mejores tiempos, con gratitud a Dios que nos mantiene y nos sostiene en una democracia real aunque no exenta de conflictos, democracia que supera los intentos de violencias destructivas, democracia que nos permite valorar la convocatoria de Dios, fuente de toda razón y justicia.
PAZ DE DIOS desde nuestras pequeñas comunidades, pocitos de sal, lamparitas de luz, para sazonar toda la vida de nuestros campos y barrios, para iluminar las noches y los rincones de todas nuestras oscuridades, las propias y las ajenas.
PAZ DE DIOS compartida con fervor y solicitud, anunciando la fuerza de la reconciliación ofrecida por Dios Padre por medio de la entrega de Cristo en la cruz, confirmada en la resurrección y anunciada por hombres y mujeres de todas las edades, vasijas del Espíritu Santo, llamadas a ser señales y promesas de una nueva creación.
Señor, queremos ser iglesias abiertas e invitantes, inclusivas y hospitalarias, en suma, ser iglesias serviciales y evangelizadoras, a tiempo y a destiempo, en templos y en mundos dialogantes, ofreciendo y desafiando a todo el mundo al encuentro personal y comunitario con Jesucristo.
Señor, te pedimos la fuerza, el coraje y la voluntad para ser hacedores del bien en el día malo. Condúcenos y fortalece a tu iglesia y a todas sus comunidades para ser señales y signos de esperanza y vida buena: justicia, alegría y paz por medio del Espíritu Santo, en la tarea y en la espera del reino de Dios. Amén.
Villa Sarmiento, octubre de 2022.
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