Tercer domingo de Cuaresma
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Éxodo 20:1-17; Salmo 19; 1ª Corintios 1:18-25; Juan 2:13-22
Evangelio de Juan 2.13-22: Jesús va al templo de Jerusalén y echa de allí a los mercaderes de animales para los sacrificios y a los que cambiaban el dinero para las ofrendas. Desafía a que destruyan el templo y que en tres días volverá a levantarlo: un nuevo templo, el templo de la comunión con Dios en Jesucristo.
Libro del Éxodo 20.1-4, 7-8, 12-17: Los mandamientos sintetizan los propósitos de Dios para el antiguo pueblo creyente: supremacía de Dios en el reconocimiento, en la adoración, en respeto a la vida y los vínculos filiales; y valoración del prójimo: su vida, su seguridad, su dignidad.
Salmo 19.7-14: La enseñanza del Señor es perfecta, da nueva vida, hace sabio al sencillo, sus preceptos son justos, puros y dan alegría. ¡Sean aceptables, Señor, mis palabras y pensamientos!
1ª Carta a los Corintios 1.22-25: Los judíos quieren señales, los griegos
buscan sabiduría, pero nosotros anunciamos a un Mesías crucificado, él es el poder y la sabiduría de Dios.
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