Quinto domingo de Pascua

[bsa_pro_ad_space id=2]
Salmo 31:1-5, 15-16; Hechos 7:55-60; 1ª Pedro 2:2-10; Juan 14:1-14
Evangelio de Juan 14.1-14: No se angustien: confíen en Dios, confíen también en mí. Vendré a prepararles un lugar. Yo soy el camino, la verdad y la vida. Ustedes me conocen a mí, conocerán también a mi Padre. Las obras que yo hago, también las harán ustedes los que me conocen.
Hechos de los Apóstoles 7.54–8.1a: Se enfurecen contra Esteban, mientras él mira al cielo y ve la gloria de Dios y a Jesús al lado de Dios. Y dando gritos lo apedrean, dejando sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo, que aprueba su muerte... “¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!” Ese día se desató una gran persecución contra la iglesia.
1a Carta de Pedro 2.4-10: Acérquense al Señor, piedra viva desechada por los hombres. Dios hará de ustedes piedras vivas, un templo espiritual: una familia escogida, un sacerdocio al servicio del rey, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anuncien esa luz maravillosa.
Salmo 31.1-5, 15-16: Señor, en ti busco protección, sé tú mi roca protectora, mi salvación. En tus manos encomiendo mi espíritu. Yo confío en ti, mi vida está en tus manos.
[bsa_pro_ad_space id=3]