Vigesimosexto domingo de Pentecostés – Cristo Rey

(Fin del Ciclo B)
Salmo 132:1-12, (13-18); Daniel 7:9-10, 13-14; Apocalipsis 1:4b-8; Juan 18:33-37
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Evangelio de Juan 18.33-37: Pilato le pregunta a Jesús: ¿Eres tú el Rey de los judíos? ¿Lo preguntas por tu cuenta o te mandan a preguntarme? Tú eres judío, no te hagas el inocente, insiste Pilato. Sí, es cierto, dice Jesús. Mi reino no es de este mundo, pero soy rey, y vine al mundo para decir lo que es la verdad.
Profeta Daniel 7.9-10, 13-14: Se sentó un anciano en un trono, rodeado por millones que le servían. Y se presentó ante el Anciano, entre las nubes, alguien parecido a un ser humano. Le es dado el poder, la gloria y el reino. De todo el mundo le rinden homenaje. Y su reino jamás será destruido.
Apocalipsis 1.4b-8: Reciban gracia y paz del que es, era y ha de venir, de Jesucristo, testigo fiel y el primero en resucitar. Él nos ama y nos libra de nuestros pecados. Es el alfa y la omega, principio y fin.
Salmo 93: ¡El Señor es Rey, se ha vestido de esplendor, rodeado de poder, porque desde siempre su trono está firme, más poderoso que el rugir de los mares. Tus mandatos son firmes, ¡la santidad es el adorno de tu templo!