Las iglesias y los derechos sexuales y reproductivos

26 Mar 2018
en En contexto, Vínculo con otras Iglesias
Consejo Latinoamericano de Iglesias - CLAI

Documento consensuado por todas las iglesias que forman parte del Consejo Latinoamericano de Iglesias que podemos leer en el contexto del debate por la despenalización de la interrupción de embarazos no deseados. Este documento hace suya la agenda aprobada por Naciones Unidas en El Cairo.

 

VI ASAMBLEA GENERAL DEL CONSEJO LATINOAMERICANO DE IGLESIAS
“Afirmando un ecumenismo de gestos concretos”

CONSULTA CONTINENTAL:

LAS IGLESIAS Y LOS DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS


Consenso de La Habana

Nosotros y nosotras, representantes de Iglesias y organismos ecuménicos, miembros plenos, fraternales y asociados que componen el Consejo Latinoamericano de Iglesias e invitados especiales, instituciones cooperantes, Centros de Educación Teológica, y otros organismos ecuménicos participamos de la Consulta Continental ¨Las Iglesias y los Derechos Sexuales y Reproductivos”, en la ciudad de La Habana – Cuba los días 21 y 22 de mayo del año 2013, en ocasión de la VI Asamblea General del CLAI:

  • Representamos la diversidad de nuestro continente que incluye hombres y mujeres, jóvenes, indígenas y afro-descendientes, y pertenecientes a diferentes sectores de la ciudadanía, y formando parte de la sociedad civil organizada en los países de nuestra región;
  • Tenemos desde el marco de una fe comprometida, un rol de agentes generadores de cambio a nivel comunitario, nacional, regional y global, salvaguardando la dignidad y los derechos humanos de todas las personas; procuramos incidir desde nuestro accionar en el mejoramiento de su calidad de vida.
  • Durante el año 2012, propiciamos veinte consultas nacionales y cuatro consultas subregionales, en las que participaron líderes de diferentes instancias y organizaciones no eclesiales de la sociedad civil, de los respectivos Estados y de Naciones Unidas. En las consultas se facilitó un riquísimo espacio de reflexión y análisis desde una perspectiva bíblico-teológica, de salud pública y antropológica, sobre los derechos sexuales y reproductivos, contenidos en los temas de la Agenda de Cairo; así como temas de discriminación y racismo, pobreza, educación, movimientos sociales y protección del medio ambiente.
  • Este proceso implicó intensos análisis y debates que se plasmaron en una serie de pronunciamientos, desafíos y propuestas concretas de acción conducentes a promover el ejercicio pleno de los derechos humanos y una cultura de paz y justicia. Consideramos que estamos con esto caminando en plena consonancia con la voluntad divina que busca una vida digna y abundante para todas sus hijas e hijos. De hecho cada ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios (Gen 1:26) y llamado a una vida plena, digna y abundante, sobre todo para las poblaciones en situación de vulnerabilidad y excluidas.
  • Consideramos que el tratamiento de las temáticas de Salud Sexual y Reproductiva debe ser asumido desde el marco de los derechos humanos y estar garantizados por los Estados-pero bajo el principio de la laicidad- , en particular la prevención de la violencia de género y la violencia sexual; la maternidad; la educación de la sexualidad, la prevención y atención de las personas con VIH-SIDA, y el respeto del cuerpo; la planificación de la familia; asuntos que son necesarios y pertinentes para una verdadera transformación de nuestras sociedades.
  • Después de un intenso trabajo investigativo, hoy, contamos con instrumentos que facilitan este proceso, resumido en la Guía de Capacitación “Las Iglesias y los Derechos Sexuales y Reproductivos”, para Comunidades de Fe, Organizaciones Ecuménicas y Redes de Organizaciones de la Sociedad Civil.
    Considerando también que:
  • Según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL, 2012) América Latina y El caribe es la región más desigual del mundo que cuenta con más de 167 millones de personas viviendo en pobreza y alrededor de 66 millones viviendo en extrema pobreza, lo que significa que aproximadamente uno de cada tres latinoamericanos es pobre y uno de cada ocho se encuentra en pobreza extrema.
  • América Latina y el Caribe con 148 millones de jóvenes entre 15 y 29 años de edad, tiene el mayor número de jóvenes en la historia de la región. Esto presenta desafíos inmediatos y amerita respuestas urgentes ya que actualmente uno de cada doce jóvenes entre 15 y 24 años de edad no ha finalizado la enseñanza primaria y carece de competencias para encontrar trabajo; y cerca de un tercio de los jóvenes viven en pobreza.
  • La mortalidad materna sigue siendo un tema de alta preocupación en la región, a pesar de que ha experimentado un descenso (la tasa promedio es de 85 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos); la disparidad entre países es muy importante. Uruguay reporto en el 2012 una tasa de mortalidad materna de 6,4 muertes materna por 100.000 nacidos vivos y Guatemala 158,2 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos. En el Caribe inglés, en Guyana la tase es de 280 muertes materna por cada por 100.000 nacidos vivos. En contraste Haití, representa la tasa más alta de la región, 350 muertes maternas por 100.000 nacidos vivos. Alrededor del 95% de la mortalidad materna registrada en América Latina y el Caribe pueden evitarse.
  • La violencia sexual contra las niñas y adolescentes, en su mayoría es perpetrada por parientes; padres, tíos o amigos cercanos, hombres que deberían darles, amor y protección. El embarazo adolescente en la región tiene la segunda tasa más alta del mundo -luego de África- y se estima que un 38% de las mujeres embarazadas son menores de 20 años. – La violencia contra las mujeres tiene también una gran relevancia en la región. Las mujeres unidas o casadas han experimentado violencia física y sexual por parte de sus esposos o compañeros; los femicidios crecen a un ritmo mayor que el homicidio y la mayoría de estos ocurren en el ámbito doméstico.
  • Existen entre 600 y 800 mil personas, entre población infantil, jóvenes, y mujeres pertenecientes a los países de la región, que son víctimas de trata y tráfico, por las fronteras cada año, a través de las redes de trata y tráfico con fines de explotación sexual y otros.
  • El panorama actual en torno a la respuesta al VIH y al SIDA, esconde profundas desigualdades al interior y entre los países y persiste en materia de prevención y que tiende a afectar a la población joven y femenina mayormente.
  • El creciente protagonismo de los pueblos indígenas y las poblaciones afro-descendientes devela las marcadas inequidades en términos de acceso a oportunidades, ejercicio de derechos y reconocimiento político y cultural, así como todo tipo de estigma y discriminación.
  • La migración internacional y los desplazamientos internos se han incrementado, y van paralelos a un clima desfavorable y xenofóbico por lo cual uno de los mayores desafíos incluyen la necesidad de proteger los derechos de las personas migrantes en particular de las mujeres, las jóvenes y las niñas.
  • Cerca del 10% de la población de América Latina y el Caribe tiene algún grado de discapacidad, que afecta aproximadamente a 85 millones de personas. Es frecuente escuchar historias de esterilización, abortos forzados y otras privativas de la libertad de opción para estas poblaciones, incluidos los aspectos de la salud sexual y reproductiva y su sexualidad.

Frente a estas realidades, que como Iglesias e instituciones presentes en esta Consulta Continental nos duele, lastima e interpela a actuar, afirmamos que:

  • Como cristianos y cristianas, y ciudadanos y ciudadanas, estamos llamados a comprometernos a en nuestras sociedades de manera responsable dejándonos interpelar por la realidad anteriormente descripta y por los relatos de las Sagradas Escrituras. Creemos en un Dios que no solamente ha creado la vida, sino que también la quiere en plenitud, dignidad y libre todo tipo de violencia.
  • En todos los ámbitos de la educación y de la formación de liderazgo de nuestras iglesias, llevaremos una propuesta concreta de acción sobre los derechos y la salud sexual y reproductiva desde una perspectiva de respeto, que asegure que…”Los niños y niñas no mueran de pocos días y (…) las mujeres no den a luz para maldición… (Isaías 65:20-23), y que las personas, especialmente las más excluidas, tengan vida en abundancia.
  • Continuaremos trabajando en la promoción y defensa de los derechos humanos y particularmente de los derechos sexuales y reproductivos; desde una perspectiva teológica, pastoral y social, en las iglesias, organizaciones ecuménicas, y Organizaciones de la Sociedad Civil de América Latina y el Caribe.
  • Seremos comunidades inclusivas que acompañan pastoralmente a quienes sufren y son lastimadas por la violencia, la intolerancia y la falta de justicia recibiéndonos unos a otros como Cristo también nos recibió (Romanos 15:7)
    También manifestamos nuestro compromiso de:
  • Difundir e implementar en nuestras iglesias y sus comunidades los temas de los Derechos Sexuales y Reproductivos contenidos en la Agenda de Cairo, encaminados a educar e informar, así como hacer incidencia desde nuestra voz profética, para que mediante políticas públicas se contribuya al acceso universal a la Salud Sexual y Reproductiva.
  • Garantizar la plena participación de las y los jóvenes como líderes en nuestras comunidades de fe, estando a la vanguardia del desarrollo, apoyando políticas públicas y promoviendo sus derechos y necesidades en todas las esferas de la vida, incluida la Salud Sexual y Reproductiva, la diversidad sexual, la afectividad y educación de la sexualidad y acceso a servicios apropiados de salud.
  • Fomentar en las Iglesias, familias y la sociedad en general, la construcción de ambientes y espacios formativos sobre las nuevas masculinidades y de respeto hacia las mujeres y jóvenes, para disminuir el impacto que tiene sobre ellas la violencia generalizada, la violencia basada en género y la violencia sexual.
  • Apoyar políticas públicas y programas encaminados a suprimir las brechas que persisten entre los géneros, especialmente las situaciones que fomentan una mayor vulnerabilidad de la mujer.
  • Trabajar en favor de la promoción de los derechos humanos y de la erradicación de toda discriminación, en particular hacia las mujeres, adultos mayores, el medio ambiente, las poblaciones indígenas y afro descendientes, personas inmigrantes, personas Lesbianas, Gay, Transexual, Bisexuales e Intersexuales (LGTBI) personas con discapacidad y el respeto a la diversidad.

“Contribuir a un mundo donde cada embarazo sea deseado… cada parto sea sin riesgos… y cada persona joven alcance su pleno desarrollo”

Sometido, acordado y aprobado en sesión plenaria en la ciudad de La Habana en el marco de la Consulta Continental “Las Iglesias y los Derechos Sexuales y Reproductivos”, a los 22 días del mes de mayo de 2013.

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