Las cartas falsificadas de Wesley
Aunque John Wesley predicó sobre el “trabajo honesto”, es posible que muchos metodistas no sepan que el incansable predicador fue objeto de una campaña de falsificaciones, cartas supuestamente escritas por el fundador del metodismo, que en realidad eran una farsa.
“Estimado hermano Charles”, comienza una de esas cartas, un saludo familiar al amado hermano de Wesley.
Lo que sigue son palabras similares a las que se encuentran en las otras 97 cartas de Wesley que pertenecen a la Biblioteca de Teología Pitts en la Escuela de Teología Candler de la Universidad de Emory.
Esta carta, sin embargo, contiene pistas que permiten detectar que es una falsificación (una de las al menos 10 falsificaciones conocidas), hay manuscritos que llevan la supuesta firma de Wesley pero que en realidad otras personas, no el famoso ministro, crearon esos documentos.
La Biblioteca Pitts posee dos de esas cartas raras. Vale aclarar que los archivistas no fueron engañados. Por el contrario las cartas falsificadas fueron compradas intencionalmente, destinadas a ser parte de una colección que sirve para preservar, educar y compartir con el público esas rarezas.
“Las queríamos justamente porque eran una falsificación”, dijo Bo Adams, director de la Biblioteca de Teología de Pitts. “Había este interés en el legado de Wesley y eso es bueno, aunque provenga de una acción negativa”.
Para cuando Wesley murió en 1791, se había hecho célebre, especialmente en los círculos religiosos.
“En el siglo XIX, para demostrar que eras metodista, debías tener una imagen o alguna cerámica (con la imagen de Wesley). Si hubieses tenido una carta de Wesley auténtica, hubiese estado enmarcada”, dice Randy Maddox, profesor emérito de estudios wesleyanos y metodistas en la Universidad de Duke y editor general de Wesley Works Project.
Cien años después, el metodismo estaba en auge, y Wesley, póstumamente, fue más famoso que nunca y sus manuscritos generaban bastante dinero, explica Maddox.
“La gente falsifica cosas por diferentes motivos”, dice Brandon Wason, jefe de colecciones especiales de la Biblioteca Pitts. “Esta carta aparentemente fue hecha por alguien que buscaba dinero fácil, vendiéndoselas a incautos entusiastas wesleyanos”.
“Hoy, una carta auténtica de John Wesley puede venderse entre us$6,000 y us$10,000. En 1900, la carta falsificada habría tenido que venderse lo suficientemente cara para que valiera la pena el tiempo invertido en la falsificación. Si hubieran sido 10 libras, habría valido la pena”, especula Maddox.
Pistas de carta falsa
Wesley fue un prolífico escritor de cartas, existen 3500 catalogadas por el Wesley Works Project y hay al menos la misma cantidad en manos de coleccionistas privados.
Las dos cartas falsas en la Biblioteca Pitts (se han descubierto un total de cuatro cartas casi idénticas en su caligrafía) comparten solo ligeras diferencias en los saludos, la ubicación y la fecha.
Después de la apertura, la carta dice:
“Si su punto de vista es correcto, y esta epístola fue la última que escribió el apóstol antes de su martirio, está investida de un interés peculiar, ya que contiene los últimos consejos de uno que no estaba detrás del principal de los apóstoles.
Soy, querido hermano Charles, tuyo afectuosamente, John Wesley”.
El lugar y la fecha figuran como Birmingham, 10 de marzo de 1783. (Se sabe que Wesley estaba en Bristol, Inglaterra, en esta fecha).
Aparte del error del lugar, dos de las pistas más notables son cómo comienza y termina la carta.
“No se conocen cartas en las que John se dirigiera a su hermano de esta manera”, dice Maddox, “y el cierre es incorrecto. John nunca dijo: «Querido hermano Charles». Siempre «Querido hermano». Y generalmente terminaba las cartas con simplemente «Adieu» o «Adiós».
Los diarios de Wesley se estaban publicando en ese momento con litografías de ciertos manuscritos que eran vendidos para algún tipo de celebración.
Acceder a los documentos auténticos era por cierto muy difícil, por lo que no era fácil tener un original con el cual comparar un documento con una posible falsificación. Además, se observa que el contenido de estas cartas falsas es deliberadamente vago.
“La persona que crea la carta está tratando de evitar cualquier indicio que permita ver fácilmente que no es auténtica”, observa Maddox. “Alguien se estaba imaginando lo que creía que diría Wesley”.
Otra pista es que las dos cartas están encuadernadas en cuero. Aunque esto pudo haber ocurrido durante el tiempo de Wesley como un medio para preservar papeles, Wesley nunca hizo esto.
“Tenemos cien cartas de Wesley y ninguna de ellas está encuadernada en cuero”, dice Wason. “Algunos fueron encuadernadas en álbumes de recortes, pero esto lo habrían hecho coleccionistas posteriores”.
El “falsificador de la costa sur”
Se desconoce la identidad del falsificador, pero existe un consenso entre los expertos que las cartas falsas fueron creadas por alguien conocido como South Coast Forger ( “el falsificador de la costa sur”), una persona que vivió a principios del siglo XX en el área de Brighton, Inglaterra. Se lo conoce bien porque, además de las cartas de Wesley, al falsificador de la costa sur se lo ha vinculado con la falsificación de cartas de Charles Dickens y Alfred, Lord Tennyson, el poeta.
Una carta de Dickens, falsificada por el South Coast Forger, fue vendida por un canal de compras del Reino Unido en 2021 por 10,000 libras antes de ser descubierta como falsa.
Daniel A. Bruno – Pastor Metodista – Coordinador del CMEW