La Navidad en el metodismo

24 Dic 2018
en Artículos CMEW
La Navidad en el metodismo

Dedicaremos nuestros aportes semanales en el mes de diciembre a la Navidad. Un pequeño recorrido que nos ponga en “clima” y nos entregue pensamientos y experiencias para volver a mirar este misterio constituyente de nuestra fe en Cristo: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros…”

Juan Wesley y la celebración de la Navidad.

Si buscamos un sermón publicado por Juan Wesley sobre Navidad nunca lo encontraremos. Él nunca publicó ninguno.

Una razón puede ser el hecho de que cuando los puritanos llegaron al poder en Inglaterra a mediados del 1600, la celebración de la Navidad fue prohibida. Las autoridades promulgaron leyes prohibiendo la celebración de la Navidad por considerarla una festividad católica. En la Nochebuena, algunos vecindarios enviaban por las calles a voceros que gritaban: Navidad, ¡¡NO!! Navidad, NO!!

No fue sino hasta mediados de 1800, que la Navidad resurgió en Inglaterra. La Reina Victoria y el príncipe Alberto eran de ascendencia alemana y ellos popularizaron la tradición de los árboles de Navidad en Inglaterra. Luego la popularidad alcanzada por el cuento de Charles Dickens “UN villancico de Navidad” publicado en 1843 pudo haber ayudado a afianzar el resurgimiento de la festividad.

El movimiento metodista de Juan Wesley nació durante esos 200 años en que la celebración de la Navidad estaba prohibida. Como resultado de eso, no existe evidencia que el metodismo originario celebrara la Navidad, más que con un servicio especial de adoración.

Muchos de los inmigrantes ingleses a las colonias americanas, eran también puritanos que combatían la celebración de la Navidad. En los 1600 en Boston promulgaron una ley bajo la cual la gente que no trabajaba en Navidad era multada con 5 chelines. Recién en 1870 la Navidad se convirtió en feriado nacional en los Estados Unidos.

Algunos especulan que los predicadores metodistas eligieron la nochebuena de 1784 para comenzar la Asamblea Constitutiva de la Iglesia Metodista Episcopal porque todos ellos estaban disponibles sin trabajo pastoral. Los metodistas más tarde se referirán a ese encuentro como La Asamblea de Navidad. En el próximo posteo veremos que el aporte de Carlos Wesley a la Navidad fue un poco más sustancioso.

Segunda entrega

La poesía, el canto y la música constituyen ese terreno esencial para contar la experiencia de la fe. Los metodistas “cantamos nuestra teología”, por ello, hablar de la Navidad nos lleva a este lenguaje. En este caso, un himno de Carlos Wesley nos cuenta la paradoja del Niño-Dios, del anuncio de que hemos sido creados para ser felices y que Dios viene para salvarnos y hacer posible esa felicidad.

“Ven Jesús muy esperado”

Si bien Juan Wesley nunca publicó un sermón de Navidad, su hermano Carlos, escritor de himnos escribió canciones para la época navideña desde el principio.

El primer himnario metodista, “Himnos y Poemas Sagrados” (1739) incluye “Himno para el día de Navidad”. El canto comienza, “Oye como el firmamento suena”, “Gloria al rey de reyes”. Luego otro predicador metodista cambiaría la primera línea con la letra que hoy se conoce: “Oye, el heraldo ángel canta!”

En una publicación posterior, “Himnos para la Navidad de nuestro Señor”, Carlos Wesley publicó 18 himnos más. Nosotros hoy aún cantamos uno de los himnos de esa colección, “Ven Jesús muy esperado”, las palabras del himno que aún se cantan difieren muy poco de las que escribió Carlos en 1745.

Ven, Jesús muy esperado,
Ven, y quita de tu grey
Sus temores y pecados,
Pues tú eres nuestro Rey.
Eres fuerza y alegría,
De la tierra de Israel;
Y esperanza para aquellos,
Que te esperan con gran fe.
Naces para bien de todos;
Aunque niño, eres Dios;
Naces para hacernos buenos;
Oh Jesús, ven pronto hoy.
Con tu Espíritu divino
Reina en todo corazón,
Y tu gracia nos conduzca;
A tu trono de esplendor.

Tercera entrega

En alguna película o serie, alguna vez escuchamos a un coro en Navidad cantar este himno. Posiblemente, uno de los más conocidos en tiempos de Navidad. Aquí la historia de la letra, la música y la versión castellana. Oíd un son en alta esfera.

Oid un son en alta esfera (“Hark! The Herald Angels Sing”) es un himno de Navidad escrito por Carlos Wesley. Aparece por primera vez en el libro “Poemas e Himnos Sacros” publicado en 1739, Los versos originales eran “Hark! How all the welkin rings / Glory to the King of Kings” (Escuchad, como todos los cielos cantan, Gloria al Rey de Reyes). La versión conocida por todos hoy es el resultado de alteraciones de varias manos, la más notable fue la de Jorge Whitfield, uno de los colaboradores más cercanos de los Wesley. Fue él quien cambió los 2 versos de apertura a la forma que nos es familiar: “Hark! the herald angels sing / Glory to the newborn King”

Una de las melodías utilizadas originalmente fue la del himno Amazing Grace. Sin embargo Wesley mismo impulsaba que su himno fuese cantado con la melodía del “Cristo ya Resucitó”.

La melodía que todos cantamos hoy y que es tan popular en el mundo pertenece a Félix Mendelsohn, quien la escribió como parte de una cantata “secular” en homenaje a Juan Gutenberg y a la invención de la imprenta. La cantata fue presentada en 1840 en el festival de Canto de Leipzig. Allí la encontramos en el 2º coro. “Vaterland, in deinem Gauen”(Patria, en tu región).

Fue William Hayman Cummings (1831– 1915), un músico inglés, tenor y organista, quien en 1855, unió por primera vez el himno de Carlos Wesley y la melodía de Mendelshon, dando origen al himno tal como lo conocemos.

Curiosamente Mendelshon había afirmado que su melodía podía ser utilizada por diversos coros, pero nunca como música sacra. Ironías del destino.
La traducción castellana más tradicional pertenece a Juan Bautista Cabrera Ibarz (1837-1916), religioso protestante español, fundador de la Iglesia Cristiana Española de rito presbiteriano. Director del primer periódico protestante de España y escritor prolífico.

Acá puedes escuchar una versión coral tradicional en castellano:

http://www.youtube.com/watch?v=udDsYhdqf5c

Cuarta entrega

¡¡La primera Navidad metodista en América trajo grandes decisiones!!

Para aquellos que comenzaron la iglesia metodista en los Estados Unidos, la Nochebuena de 1784 fue el primero de diez días de importantes decisiones. Al final de los cuales, el regalo para nosotros fue la formación de una nueva denominación que cambiaría la historia.

Cuando Thomas Coke se encontró con Francis Asbury después de un servicio de adoración en la Capilla de Barrett en Frederica, Delaware, traía noticias muy importantes. John Wesley lo había enviado a ordenar a Asbury y nombrarlo superintendente de una nueva iglesia metodista en los Estados Unidos.
A partir de ese momento, Asbury y Coke decidieron convocar una conferencia especial para todos los predicadores metodistas en los Estados Unidos. Se reunirían en la capilla Lovely Lane a partir del 24 de diciembre de 1784 para fundar y organizar una nueva iglesia.

Cuando comenzó la conferencia para fundar la Iglesia Metodista Episcopal, solo Coke, Richard Whatcoat y Thomas Vasey, eran clérigos. Todos los demás miembros de la Conferencia de Navidad, incluido Asbury, eran predicadores laicos. Coke pronto debería tomar una decisión.
A partir del día de Navidad, Francis Asbury fue ordenado diácono, ordenado clérigo y consagrado como superintendente general en tres días consecutivos, ¡¡un récord histórico!!

Poco después de la Conferencia de Navidad, los metodistas comenzaron a referirse a Coke y Asbury como obispos, a pesar de las objeciones de Wesley sobre el uso del término.

No quedan actas de la Conferencia de Navidad, pero según los diarios de los presentes, los historiadores pueden reconstruir gran parte de lo que sucedió. Fueron elegidos y ordenados presbíteros doce predicadores laicos. El Servicio Dominical que John Wesley envió con Coke fue aprobado para su uso en la nueva iglesia, sería el precursor de nuestros Manual de Culto.

Cuando concluyó la conferencia y nació la iglesia, Asbury publicó un diario sobre toda esta actividad en su forma típicamente discreta. «Pasamos toda la semana en una conferencia, debatiendo libremente y determinando todas las cosas por mayoría de votos», explicó. «Teníamos mucha prisa, y tomamos muchas decisiones en poco tiempo» (The Journal and Letters of Francis Asbury, 18 de diciembre de 1784, p. 939).

Esta no es la forma en que muchos de nosotros elegiríamos para pasar la Navidad, pero como descendientes de estos antepasados en la fe, estamos contentos y agradecidos por esa Navidad de trabajo, de donde nació la Iglesia Metodista e América.

Extractado de: Joe Iovino, UMC.org en United Methodist Communications.

 

 

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