Intolerancia ecuménica
La Iglesia Evangélica Española – unión de metodistas y reformados, entre otros- viene reflexionando sobre la temática LGBT. En su 75° Sínodo General encargó al cuerpo pastoral la reflexión bíblico-teológica del tema, “con el fin de aportar una perspectiva pastoral y un testimonio evangélico a favor de la unidad de la iglesia”.
Luego de un tiempo de estudio y discernimiento, el cuerpo pastoral hizo pública la “Declaración de Mamré”, donde abordaron el tema. Compartimos algunos párrafos de la misma:
“El mensaje y la vida de Jesucristo nos inspiran a considerar toda acogida de las personas como una demanda de la justicia del Reino. En esta misma lógica se inspiran los derechos humanos con los que las iglesias protestantes siempre han estado comprometidas. Uno de los aspectos de este compromiso es la reflexión sobre la ética de la sexualidad para nuestro tiempo.
Esta lectura bíblico-teológica nos impulsa a convivir construyendo una iglesia en la pluralidad de nuestras interpretaciones del Evangelio. Esta práctica de nuestra fe es incompatible con la separación pecaminosa de las personas, discriminándolas y estigmatizándolas. Por el contrario estamos llamados a ser signo de una sociedad reconciliada, tal y como nos enseño Jesús de Nazaret. (Juan 4)”.
Esta declaración despertó reacciones y fuerte oposición en el ámbito del Consejo Evangélico de Madrid, que finalmente, en su Asamblea General del 13 de Marzo de 2017, decidió expulsar a la Iglesia Evangélica Española de su seno. La elección contó con 38 votos a favor, 21 en contra y 11 abstenciones. Vale decir que la Iglesia Evangélica Española es una de las Iglesias de raíz protestante más antiguas de España, cofundadora del Consejo Evangélico de Madrid, miembro del Consejo Mundial Metodista, la Comunión de Iglesias Reformadas y el Consejo Mundial de Iglesias.
La cantidad de votos deja ver las tensiones internas en el Consejo Evangélico de Madrid. Un espacio “de tipo federativo creada para representar desde el punto de vista legal a las iglesias y entidades miembros y gestionar programas de interés cultural, social y fraternal que contribuyan tanto a difundir los valores cristianos como a reforzar el testimonio de las iglesias y la proclamación del Evangelio”, como afirman en su página web, que no fue creado para imponer o juzgar sobre cuestiones doctrinales ni tiene autoridad sobre ninguna de las Iglesias y entidades que lo integran. Sin embargo, triunfó la intolerancia y la imposibilidad de escuchar voces diferentes.
Esto no solo sucede en España, tiene conexiones con muchas situaciones que se han dado en los últimos meses en nuestras Iglesias en América Latina; Donde se ataca y se cuestiona cualquier visión que proponga superar roles tradicionales de género, o la inclusión de personas con otra orientación sexual.
Pareciera que en algunos ámbitos evangélicos, las palabras amor, gracia, salvación, se han convertido en conceptos abstractos que nada tienen que ver con la realidad de las personas que siguen necesitando la cercanía y bendición del Dios de Jesucristo.
Aquella vieja y conocida frase de Juan Wesley “piensa y deja pensar” es, aparentemente, una realidad cada vez más difícil de sostener. Quiera Dios, que en este tiempo donde traemos a la memoria la Reforma Protestante, no nos olvidemos la necesidad de seguir reformándonos, para no terminar siendo iglesias rígidas que fosilicen y limiten el Evangelio de amor.
Por Maximiliano A. Heusser
Fuente: http://alc-noticias.net/es/2017/03/15/intolerancia-ecumenica/