Hay pacto nuevo que nos espera
“Mi arco he puesto en las nubes, el cual será por señal del pacto entre mí y la tierra”
Génesis 9.13
Esperando la navidad en Ushuaia, en nuestra pequeña comunidad en la casa de la familia Salvo-Vázquez, ese viernes 16 de diciembre fuimos con el obispo, P. Américo Jara Reyes aún con la fuerte tormenta que estaba instalada sobre la ciudad.
Sin mucha expectativa que hubiese alguien más allá de la familia, entramos y a medida que fuimos cantando alabanzas, la lluvia cesó y el arcoíris apareció nuevamente como señal y promesa de lo que Dios seguía pactando para su pueblo metodista en la ciudad más austral del mundo: Bendición, esperanza y tiempo de un nuevo nacimiento.
Así poco a poco, la casa se fue habitando de otros vecinos y vecinas que cantaban, y se deleitaban con las gratitudes que Jesús nos mostraba; gratitud simple, profunda, bondadosa y llena de promesa de vida plena y abundante hacia delante, en boca de personas que conformábamos comunidad, en ese preciso instante.
Comunidad que, con sus idas y venidas a lo largo de estos 25 años de vida, ha seguido manteniéndose fiel en el tiempo y en su disposición de servicio que, en cada gesto y acto, hacen presente el texto de Apocalipsis que nos compartía el obispo: “…mira, delante de ti he puesto una puerta abierta que nadie puede cerrar, y aunque tienes poca fuerza, has hecho caso de mi palabra y no me has negado” (Apocalipsis 3.8)
