Georg F. Haendel y el himno de resurrección más cantado

30 Mar 2022
en Artículos CMEW
Georg F. Haendel y el himno de resurrección más cantado

¡A ti la Gloria, Oh Resucitado!


Este gran himno de resurrección es uno de los cantos más populares e imponentes de todas las comunidades evangélicas sin distinción de denominaciones y épocas, desde su creación en 1884.  Su texto fue escrito por el pastor suizo Edmond Louis Boudry quien nació en 1854, en la pequeña ciudad de Vevey, sobre el gran lago Leman, muy cerca de la frontera con Francia. Estudió teología en la ciudad de Lausanna. Ordenado ministro adhirió al movimiento separatista de la Iglesia Libre de Suiza, que se escindió de la Iglesia Reformada Nacional. Fue nombrado pastor de su ciudad natal, cargo que ejerció durante 35 años hasta su muerte (1932). Es autor de varios himnos y traductor al francés de muchos otros. Pero su legado más importante e imperecedero es sin duda el himno de Resurrección À TOI LA GLOIRE, O RESSUSCITÉ (A ti la gloria, oh Resucitado).

Fue traducido al inglés como “Thine be the Glory, Oh Resurrected One” y autor del texto en castellano “A Ti la Gloria, Oh nuestro Señor”, que tanto conocemos, permanece anónimo.

Prefiero analizar el texto original que tiene diferencias sutiles, pero para mí notables. Su primera estrofa dice:


À toi la gloire, O Ressuscité!    (A Ti la gloria, Oh resucitado)

À toi la victoire pour l’éternité!  (A Ti la victoria por la eternidad)

Brillant de lumière, l’ange est descendu (Brillando con luz, el ángel descendió)

Il roule la pierre du tombeau vaincu.  (El hace rodar la piedra de la tumba derrotada.)


À toi la gloire, O Ressuscité!  

À toi la victoire pour l’éternité!


Podemos suponer que fue el mismo Budry quien adoptó para su texto la melodía del coro Nº 58 de uno de los oratorios más imponentes de Georg F. Haendel, el Judas Macabeo (de 1746), don-de el gran compositor barroco, describe la historia relatada en el libro de los Macabeos, que por alguna razón Lutero y Calvino sacaron del canon bíblico. Sí permanece en la Biblia católica y en biblias publicadas por Sociedades Bíblicas con libros deuterocanónicos.

En este libro se describe la rebelión militar y religiosa encabezada por Judas contra la ocupación de los reyes seléucidas de Siria, que habían ocupado parte del Israel y profanado la religión y el templo de Jerusalén. Designado por su padre el sacerdote Matatías, Judas inició la rebelión en el año 167 AC y demostró además de su gran fe en el Dios de Abraham, ser un guerrero intrépido y un excelente táctico. Cualidades con las que pudo llevar una campaña exitosa durante varios años.  Lograda una paz provisoria, Judas se dedicó a reconstruir el templo y restaurar los ritos judíos. En esta época de renovación nace la Fiesta de las Luces (Hanukkah).

En el coro Nº 58, titulado «See Here the Conquering Hero Comes» (Ved aquí, el héroe conquistador viene), el pueblo saluda al héroe y celebra la victoria y la renovación de la fe. Haendel utiliza una instrumentación vigorosa con inclusión de trompetas y tambores, cuyos redobles tiñen a la pieza de un carácter heroico y militar.

Posiblemente Budry haya apreciado estas cualidades para portar el significado de su texto, el cual es una afirmación vigorosa, tajante y desinhibida, de la esencia de la fe cristiana: La Resurrección de Cristo, que Budry describe como una batalla contra el enemigo final, la muerte. Con esa victoria, silenciosa y casi oculta, rompió las cadenas que nos tienen atados a nuestro destino natural, devolviendo la esperanza a la humanidad de que su Resurrección puede ser también nuestra.

Si Judas logra una victoria temporal sobre los reinos de este mundo, Cristo nos lega una victoria sin tiempo que no es de este mundo. pero es para el mundo. Por eso canta en la 2º estrofa:


Vois-le paraître: C’est lui, c’est Jésus, (Vedlo aparecer: es él, es Jesús,)

Ton Sauveur, ton Maître, Oh! ne doute plus! (Tu Salvador, tu Maestro, ¡Oh, no dudes más!)

Sois dans l’allégresse, peuple du Seigneur, (Alégrate, pueblo del Señor,)

Et redis sans cesse: Le Christ est vainqueur! (Y dí una y otra vez: ¡Cristo es victorioso!)


Y en la 3º:


Il est ma victoire, mon puissant soutien, (Él es mi Victoria, mi poderoso apoyo)

Ma vie et ma gloire: non, je ne crains rien! (Mi vida y mi gloria, no, no temeré jamás)


À toi la gloire, O Ressuscité!

À toi la victoire pour l’éternité!


Eduardo E. Cavallo para CMEW



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