El metodismo en los márgenes: Relato de una experiencia
Cuando alrededor de 1995, se dio por finalizada la etapa en que se disponía de fondos proporcionados por Agencias europeas, el pequeño grupo que integraba la Comunidad Cristiana Ecuménica en el CUNP, resolvió afrontar el desafío de un trabajo misionero en el barrio situado entre el Riachuelo y Villa Diamante.
Conscientes de una realidad social que golpeaba preferentemente a los adolescentes y jóvenes, la Comunidad Cristiana asumió el trabajo con adolescentes a través de la formación de un grupo a cargo de líderes del barrio con diversas experiencias de participación en talleres de arte y recreación en años anteriores. A la vez, abrió sus puertas a un trabajo de diagnóstico y acompañamiento a portadores de HIV y usuarios de drogas en conjunto con hermanos bautistas de El Retoño, hogar de rehabilitación, y un pastor designado especialmente para ello, Oscar Núñez.
Se continuó con los talleres de Educación por el Arte para Niños, Niñas y Adolescentes y Apoyo Escolar, ya no con docentes rentados, sino con voluntarios. A la vez, con una Escuelita Bíblica que funcionaba los domingos a la mañana con chicos y chicas que íbamos a buscar a sus casas en Villa Ilasa. Esto nos planteó tener que acomodar los contenidos bíblicos a lo que los chicos vivían en su barrio. Cuento una anécdota: un domingo en que ya no necesitábamos ir a buscarlos porque venían solos, los chicos no aparecieron a la hora acostumbrada, sino mucho más tarde; al preguntarles la razón de su tardanza, dijeron que estaban ayudando a desarmar un auto que los hermanos más grandes habían llevado al barrio. Naturalmente el auto era robado. Tuvimos que cambiar rápidamente la temática de nuestra clase para hablar de lo que ellos consideraban un trabajo.
Todo este trabajo con niños y niñas tenía y tiene como objetivo, su formación integral, ampliar sus horizontes culturales, transformar una realidad gris y violenta en una oportunidad de disfrutar de la belleza a la que tienen derecho, contribuir con ello a que cada niño o niña pueda aspirar a un proyecto de vida plena y abundante, el proyecto que nos muestra Jesús, un Reino de Dios al cual somos invitados y del cual formamos parte.
Un acontecimiento como una Función de Títeres en medio del barrio y al aire libre, con su correspondiente taller para hacer un títere en forma rápida, vecinos que prestan mesas y luz para conectar el sonido, es una muestra de solidaridad y amor y de cómo podemos empezar a construir una realidad diferente.
En un momento, la Comunidad Cristiana Ecuménica, resolvió pedir su incorporación a la Iglesia Metodista, para aparecer ante el barrio como una iglesia con una identidad clara, pero siguió abriendo sus puertas en actividades concretas a hermanos y hermanas de otras denominaciones, especialmente pentecostales, que es lo que ocurre actualmente con nuestro Taller de Repostería y Cocina.
Durante la pandemia, nuestros jóvenes en colaboración con la Pastoral Social Evangélica, mantuvieron una olla popular los sábados a la mañana, a la vez que participaron en el reparto de bolsas de alimentos e higiene de nuestro Servicio de Diaconía de la Iglesia Metodista.
Apenas se liberaron un poco las medidas sanitarias, se dio comienzo a un proyecto que llamamos Mujeres Unidas, con asesoramiento jurídico gratuito y charlas de derecho de familia. Y, para contribuir a la salud y el bienestar de toda la familia, comenzamos a mediados de 2021, con un Taller de Repostería y Cocina, donde se aprende a utilizar entre otros alimentos, lo que viene en la bolsa solidaria que nos sigue mandando la Pastoral Social Evangélica, se comparte una reflexión bíblica, la alabanza y la oración de gratitud e intercesión y cada tanto, una cena que tiene generalmente invitados especiales. Este taller, no sólo agrupa a mujeres y niñas, hay también varones adultos y adolescentes.
Cada día vemos la necesidad que tiene la gente del barrio de compartir lo que le sucede, de estar juntos, compartir no sólo la comida, sino también la música y el canto. Y poder salir y conocer lugares, iglesias, como fue el viaje que hicimos con la comunidad de Guillón a la iglesia y el Museo de Ciencias Naturales de la Plata. Se dio, entonces, en forma natural la buena disposición a participar del Culto que hacemos una vez al mes y a colaborar cocinando para la Reunión del Grupo de Adolescentes. También se dio de esta manera,la incorporación de 2 de estas mujeres y 2 adolescentes en un Taller de Calado en Madera, que enseña el pastor David Kieffer.
Se está recuperando de a poco, el trabajo con niños y niñas con talleres de música, guitarra y teclado, Dibujo y Pintura y un Taller de Lectura de Cuentos. En diciembre de 2022, se realizó un proyecto presentado por un titiritero del barrio ante el Instituto de Teatro para hacer funciones de títeres en el Triángulo, villa ubicada a 1 cuadra de nuestro local, otra en una calle frente a Villa Ilasa, (a 3 cuadras) y otra en el Cunp para el Taller de Navidad. Con dinero de este proyecto pudimos comprar nuevos libros de cuentos para el Taller de Lectura y material para el Taller de Dibujo y Pintura.
Finalmente, debo señalar que se financia toda esta actividad con una Feria Americana, en que se vende ropa de segunda mano a bajo precio y que es atendida por Alicia, una de nuestros miembros en comunión, madre de 9 hijos que asistieron, siendo niños, a Apoyo Escolar y Escuelita Bíblica. Por supuesto, que no alcanza a cubrir los gastos que demandan los arreglos necesarios que hay que hacer en el edificio.
Damos gracias a Dios, porque nos ha permitido ser iglesia en un barrio popular y responder a su llamado para estar con los más pequeños, a los que alude el Evangelio.
Carmen Rodríguez de Bello para CMEW