El día que Wesley rompió el molde
En algún momento, a alguien se le ocurrió que el 24 de Mayo de 1738 debía ser el día del metodismo. ¿Por qué? Porque ese día Wesley tuvo su famosa experiencia en Aldersgate llamada “del corazón ardiente”. Y así quedó. Sin duda una elección arbitraria que habla más del lugar teológico de quien la eligió, que de la dinámica propia de los orígenes del metodismo.
Es muy probable que Wesley hubiese elegido otra fecha. Una en la que se produjo un cambio radical en su ministerio, esta sería el 2 de Abril de 1739. La otra experiencia de Wesley. La que debería marcar el día del metodismo. ¿Por qué? Veamos.
Pocos días antes, el 29 de Marzo Wesley se encontró con su amigo Whitefield quien se estaba preparando para mudarse a las colonias americanas y seguir allá su ministerio. Whitefield le pide a Wesley que lo reemplace en su tarea de predicación al aire libre. Le dice:
“Si usted estuviera aquí antes de mi partida, sería lo mejor. Muchos están maduros para las bandas. Yo dejo eso enteramente en sus manos. Yo soy sólo un novicio; usted está familiarizado con las grandes cosas de Dios. Venga, le ruego; venga pronto. Yo he prometido no dejar esa gente hasta que usted o alguien venga para suplir mi lugar.”
Wesley confiesa que “me fue difícil de aceptar esta extraña manera de predicar en los campos. Habiendo sido toda mi vida tan tenaz de cada punto relacionado con la decencia y el orden que hubiera pensado que el salvar almas era casi un pecado si no se hacía en la iglesia.”
¿Por qué le era tan difícil aceptar esa invitación? Wesley se estaba refiriendo a las estrictas reglas que el Parlamento y la iglesia Anglicana habían promulgado unos 70 años antes, en relación a la prohibición de realizar predicaciones al aire libre. Tal era la modalidad que habían adoptado los puritanos, quienes habían sido expulsados de la Iglesia Anglicana. Por eso todo sacerdote anglicano debía celebrar los cultos con liturgia anglicana y dentro de los límites de su parroquia. Por eso para Wesley era todo un desafío y un gran dilema: ¿Obedecer a la iglesia, (“relacionada con la decencia y el orden”) o alcanzar con el evangelio a un sector de la población marginada y desamparada? El lunes 2 de Abril finalmente se decidió y escribe: “a las cuatro de la tarde decidí ser más vil y proclamé en los caminos las buenas nuevas de salvación a cerca de 3,000 personas, hablando desde una pequeña ladrillera en un terreno fuera de la ciudad.” ¡Juan Wesley “decidió ser más vil !”, (una valiente referencia al texto de 2 Samuel 6, 22, cuando el rey David abandona la parafernalia de Rey y, despojándose de sus atuendos reales danza desnudo junto a sus siervos para ser uno más entre ellos.)
Wesley también, en ese momento decide la dirección de su ministerio: o la pulcritud de las formas y la legalidad, o romper las reglas para liberar la palabra de Dios. Más tarde contará satisfecho: “La Escritura de la cual hablé fue: El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos; y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.”
Esta ha sido sin duda la experiencia que más ha marcado a Wesley y a todo el metodismo. En su Diario, Wesley se refiere a este episodio en Bristol como un “nuevo período en mi vida”. A partir de ese momento Wesley comprendió la dirección que tomaría su ministerio, hacerse uno con las multitudes desarraigadas como consecuencia directa de la nueva etapa histórica que comenzaba con la revolución industrial.
La experiencia de Aldersgate, es relatada una vez en sus diarios, sin embargo este evento que marcó un cambio en su vida lo relata más de cuatro veces, lo cual revela la importancia que tuvo para Wesley.
La prédica del Reino de Dios y su justicia demanda romper muchos moldes, así lo entendió Wesley y de ese molde roto, nació el movimiento metodista.
Daniel Bruno para CMEW