Día de oración de Educación Cristiana – Mayo
Infancias y Adolescencias del Gran Rosario
Cada infancia es valiosa para Dios, altamente apreciada ante la mirada tierna de nuestro Creador. Cada uno somos una creación perfecta en sus manos, por esto, no nos hace faltar nada. Él mismo cubre cada una de nuestras necesidades.
“¿Adónde me iré de tu Espíritu, o adónde huiré de tu presencia? Si subo a los cielos, he aquí, allí estás tú; si en el Seol preparo mi lecho, allí estás tú. Si tomo las alas del alba, y si habito en lo más remoto del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra”.
Salmos 139:7-12
Cada infancia que nos rodea está colmada de sueños, anhelos, travesuras, complicidad, creatividad, dulzura. Cada una/o es tan capaz de llenar nuestras vidas de alegría con solo una sonrisa.
En estos tiempos acelerados en la vida cotidiana no logramos ver cómo nos mira Dios, perdemos de vista algo tan preciado, un tesoro tan valioso presentado por Jesús. Nuestras infancias se ven amenazadas por una sociedad corrompida, alejada de la presencia de Dios. La maldad, la codicia, la corrupción, el temor, empezaron a habitar muchos espacios que nuestras infancias transitan. Sintiendo esto, transitándolo, es difícil poner en palabras la carga que se siente. Por esta razón, es necesario que juntos podamos cubrir cada vida con oraciones. La ferviente oración del justo, obrando eficazmente, puede mucho. Es ahí donde debemos unirnos como una gran familia, velar por cada infancia y adolescencia que nos rodea. Hay gran poder en oración, cada súplica, cada palabra, Dios la escucha y nos protege en todo momento. No debemos bajar la guardia, no debemos dejar de orar, ya que a través de esa intercesión estaremos protegiendo no solo el futuro de las infancias y adolescencias que nos rodean, sino el de todos los niños/as del mundo. El Ángel del Señor acampa alrededor de quienes le temen y los defiende. El Señor enviará protección en cada momento, así que creemos en que Dios está presente en la vida de nuestros niñas/os y adolescentes. ¡Amén!
Amada familia en la Fe los invito a comprometernos en oración:
Papito querido, te rogamos en el nombre de tu amado hijo Jesús que guardes y protejas la vida de cada niña, niño y adolescente.
Que puedan sentir la plenitud de tu escudo protector alrededor de ellos.
Guárdalos, amado Padre de las malas intenciones del maligno. Que ningún pensamiento de temor se haga presente en ellos. Cubre con tu sangre preciosa sus pensamientos y su corazón.
Señor amado, te pedimos que obres en cada necesidad que se haga presente, protégelos de enfermedades, agresiones y violencia. A toda hora extiende tu mano sobre sus hombros para protegerlos.
Que el poder del Espíritu Santo descienda sobre cada vida abrazándolos con tu infinito amor. Que cada uno/a pueda comprender, junto con todos los creyentes, cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo.
En el nombre de Jesús, ¡Amén y Amén!
“El Señor te libra de todo mal y cuida tu vida. El Señor te protege al entrar y al salir, ahora y para siempre.”
Salmos 121:7-8
Oración
No creas que Dios no piensa en ti porque eres pequeña/pequeño. Piensa en los pájaros, insectos y flores. Dios protege a cada uno de ellos. Él está en todas partes, sus ojos están puestos en ti. Si dormimos él está junto a nosotros, cuida nuestros sueños. Vela por cada uno/a, cubre cada una de nuestras necesidades.
Gracias Señor por:
cada familia que tiene la bendición de convivir con un niño, niña o adolescente, porque fueron escogidos por Dios para recibir tan bello regalo;
cada institución Metodista que es refugio, calor de hogar para cada infancia y adolescencia;
cada comunidad que tiene una mirada tierna, acompañando las infancias y adolescencias a través de grupos, espacios de crecimiento en la palabra, campamentos, dormidas, dinámicas, búsqueda y elaboración de material;
cada docente, maestra/o, líder, pastor/ra que se dedican plenamente con corazones dispuestos y son la luz que Dios envía para acompañar muchos caminos.
Malena Mercedes Gómez
Referente Distrito Gran Rosario
Santa Fe- Rosario.