Día de oración de Educación Cristiana – Febrero
Venimos compartiendo mucho sobre lo que representan los espacios de campamentos, sobre lo que significa revivirlos a partir de los recuerdos, anécdotas y testimonios.
En este mes de febrero compartimos esta oración elaborada a partir de lo compartido por niños, niñas y adolescentes durante el campamento del distrito GBA Sur.
Tu huella en mí…
Jesús deja huellas en nuestras vidas niñas y adolescentes: Huellas de juegos de agua entre amigas y amigos, huellas de panes con manteca compartidos, huellas de melodías aprendidas y huellas de abrazos y oraciones al atardecer.
Jesús toma nuestras huellas de dolor, cuando sentimos que nos juzgan, que nos abandonan, cuando nos angustiamos por no saber qué decisiones tomar, por situaciones que marcaron caminos de tristeza, y las transforma en vida nueva.
Jesús nos propone seguir sus huellas aprendiendo de su vida, de su mirada amorosa con las personas que sufren, de sus brazos abiertos para recibir a niñas, niños y adolescentes, de su compasión por quienes lloran.
Jesús camina a nuestro lado, nos invita a seguirlo junto con nuestras familias, nuestras amistades, junto a aquellas personas que dejan huellas de amor en nuestras vidas escuchándonos, pasando tiempo juntas y juntos sin distracciones, que nos aceptan como somos, nos tienen paciencia y cuidan.
Jesús recibe nuestras huellas de gratitud hacia él; recibe el perfume derramado que llena de rico aroma todo el lugar, en canciones, en dibujos y pinturas. Ese aroma tan rico que queremos compartirlo con otras personas realizando acciones de amor que dejen huella en sus vidas.
Te pedimos, Señor Jesús, que cada campamento pasado o por venir deje en las infancias y adolescencias huellas de esperanza, huellas de amistad, huellas de amor.