Día de la Libertad de Sudáfrica

07 May 2015
en En contexto
Día de la Libertad de Sudáfrica

Discurso de la Embajadora de Sudáfrica del Día de la Libertad, SAR Princesa Zenani Dlamini, hija de Nelson Mandela.

Sus Excelencias,
Miembros del Cuerpo Diplomático.
Estimados invitados,
Damas y caballeros,

Hoy he decidido compartir con ustedes algunos recuerdos especiales.

Bienvenidos a las celebraciones del Día de la Libertad de Sudáfrica. Este año marca varios hitos para mi país, entre los que se destacan:

  • 60 años desde que se aprobó la Carta de Libertad, que el ANC en el exilio adoptó como programa para una Sudáfrica democrática, y
  • 25 años desde que liberaron de la cárcel al ex Presidente Nelson Rolihlahla Mandela.

La liberación de Madiba fue surrealista y significó en los corazones de muchos los albores de una nueva era, el nacimiento de una nueva nación donde todos los hombres eran iguales, más allá de su color, credo o tendencia.

La Carta de Libertad, que dio las bases para la nueva Constitución (1996) enfáticamente establece “…que Sudáfrica pertenece a todos los que viven allí, negros o blancos, y que ningún gobierno puede alegar autoridad si no se basa en el deseo de toda la gente…” Este principio sustenta que una nueva nación Sudafricana se construye con el esfuerzo inagotable de la comunidad internacional incluyendo nuestros hermanos Africanos. Nuestro querido Madiba reconoció esto cuando dijo en 2001:

“ Tenemos una gran deuda con nuestros camaradas del continente africano. Si hoy hablamos insistentemente de Sudáfrica como la primera democracia en África, es porque nuestro movimiento de liberación y nuestro ejército fueron recibidos en muchos países. Sin su apoyo, tanto material como moral, no hubiésemos llegado a donde estamos hoy como movimiento y como país”. (40 aniversario de la creación de Umkhonto we Sizwe, Soweto)

Por lo tanto, vemos los ataques recientes a ciudadanos extranjeros, especialmente a amigos africanos, como una gran mancha en nuestro panorama democrático y buscamos lograr a través de programas sociales y nuestro poder judicial enfrentar cualquier amenaza a nuestros valores democráticos.

Sus Excelencias,

No podemos y no nos atrevemos a dejar de exigir los derechos a la dignidad humana, al no racismo, a la discriminación de género, los dictámenes de la ley y el sufragio universal de los adultos como lo establece nuestra Constitución. Estos son algunos de los valores que nos fueron inculcados desde una temprana edad ya que nuestros padres han dedicado sus vidas a la lucha por la liberación de mi país. Como familia pagamos un alto precio, mi madre fue arrestada por primera vez solo cuatro meses después de casarse con mi papá. Mis hermanas y yo teníamos 2 años y mi hermana 3 meses, respectivamente; cuando fuimos separados de mi papá por primera vez por sus fuertes convicciones. Este modelo continuó durante el resto de mis años de formación y adultez. Con mi padre encarcelado por casi 3 décadas, mi madre, Winnie Madikizela Mandela, cuando no estaba detenida o proscripta fue mamá y papá, asegurándose que estuviéramos vestidas, alimentadas y tuviéramos un hogar.

De cualquier modo, estimados invitados, no soy una víctima y ningún grado de opresión o denegación de derechos humanos básicos pueden de alguna manera justificar la opresión de una persona por otra y la lucha no ha terminado.

El compromiso a una educación permanente parece ser el camino para liberarnos de las ataduras de la opresión, aún cuando nuestras imperfecciones nos tientan a alejarnos de tomar la responsabilidad con el otro. Esto implica un liderazgo correcto. El liderazgo como lo ejemplifican Albert Luthuli, o Tambo, Lilian Ncovi, Helen Josephs, Victoria Mxenge y Walter Sisulu, entre otros. Nunca seremos verdaderamente libres si no construimos exitosamente sobre fundamentos sólidos formulados por nuestros antepasados. Cuando Sudáfrica celebra 21 años de democracia, recordamos las famosas palabras de nuestro ex Presidente Mandela que señaló: “El objetivo de la libertad es crearlo para otros”. (Almanaque de escritorio en la prisión, escrito en la Isla de Robben, el 2 de junio 1979)

Ngiyabonga

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