Ciemal: Misionar para escuchar el dolor y transformarlo en esperanza
Ciudad de Panamá, PA. a 02 de noviembre de 2024
“Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.” Apocalipsis 21:5a
Convocados por el Consejo de Iglesias Evangélicas Metodistas de América Latina y El Caribe (CIEMAL), nos hemos encontrado como iglesias autonómas en la ciudad de Panamá para reflexionar y orar sobre la misión. A esta convocatoria asistieron 73 participantes que forman parte de la red de conexión de Iglesias Metodistas y asociadas de América Latina y El Caribe, la Confederación de Mujeres, la Confederación de Hombres, representantes juveniles de los países e invitados.
Damos gracias a Dios por la posibilidad de encontrarnos de manera presencial después de haber atravesado por un periodo complicado a raíz de la pandemia y realidades socioeconómicas que afectan a todas las iglesias de nuestro continente.
Expresamos nuestro profundo agradecimiento a la Iglesia Metodista en Panamá por su generosidad y hospitalidad para recibir la conferencia.
Damos gracias al esfuerzo de cada Iglesia Nacional; reconociendo también el apoyo recibido de la Junta General de Ministerios Globales y CONNEXIO de la Iglesia Metodista Unida y la Iglesia Metodista de Gran Bretaña.
En este encuentro hemos compartido los logros y desafíos, liturgias que nos alentaron en la esperanza de un futuro promisorio, así como hemos escuchado la preocupación sobre los siguientes temas:
- Medio ambiente
- Crisis migratoria
- Pobreza y marginalidad
- Violencia de género
- Reconocimiento de la diversidad
- Narcotráfico
- Continuidad de los diálogos de paz frente a la violencia armada
- Entre otros
Todo ello se vive en un contexto de violencia, corrupción y desprestigio de la política y de los valores democráticos.
A raíz de la pandemia reconocemos que nos encontramos en un entorno cambiante que demanda creatividad y adaptabilidad para entender las necesidades de las personas y brindar una respuesta relevante. Necesitamos fortalecer las congregaciones locales como un espacio donde las personas son transformadas por el evangelio y viven comunitariamente la fe.
Valoramos en la acción misionera que se expresa en misericordia: el amparo a mujeres que pasan por espacios de resguardo y defensa de sus derechos; así como en el caso de los infantes y adolescentes, iglesias que se suman con los protocolos de protección.
Se destaca la obra educativa reflejada en instituciones de distintos niveles a lo largo y ancho de nuestro continente transformando vidas con calidad educativa desde una pedagogía Wesleyana.
El metodismo con presencia en todos los espacios territoriales y en las más variadas etnias a nivel continental, asume como una riqueza la diversidad en su composición, en ese sentido esto nos desafía a seguir construyendo la unidad en Cristo Jesús y confirmar nuestra vocación misionera recordando el mandato de Jesús a sus discípulos:
“Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.
Amén.” (Mt. 28:19-20).
En nuestra realidad latinoamericana y caribeña queremos recordar aquella frase de Juan Wesley “El mundo es mi parroquia”, que nos lleva a comenzar nuestra misión escuchando el dolor y la preocupación de nuestro pueblo, donde las personas no son parte de una estadística más, afirmando una iglesia al servicio de la misión de predicar las buenas nuevas y formar discípulos y discípulas para la transformación del mundo; lo cual nos llama a una evangelización que tenga en cuenta la justicia social, cuidar a los marginados, proteger a los vulnerables y sanar la creación.
Mantengamos vivo el propósito de reflejar el amor y la justicia de Dios, sabiendo que en cada acto de servicio reconocemos y seguimos a Cristo.
Obispo Juan de Dios Peña Gallegos
Presidente de CIEMAL
Obispo Frank De Nully Brown
Vicepresidente de CIEMAL