Carta Pastoral de Pentecostés

20 May 2018
en Episcopado
Carta Pastoral de Pentecostés

Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. De repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”

Del libro de los Hechos 2, 1-4

 

¡Pentecostés tiempo de fiesta!

Pentecostés nos desafía a asumir la pentecostalidad como estilo de vida dentro de la iglesia. Este estilo obedece a la fuerza del Espíritu, que vocaciona y anima a los discípulos de Jesús a cumplir  la misión que le es encomendada. Una misión  revestida de universalidad que debe extenderse a la humanidad toda, procurando la vida plena y abundante.

Esta pentecostalidad genera un impacto social, que se pone en evidencia en la unidad a pesar de la diversidad. Esta inclusión de la diversidad  va a interrumpir todo escenario de dominación. Se gesta una profunda visión ecuménica  marcada por el entendimiento en un tiempo y espacio donde hay luagar para todos y todas. De algún modo podemos afirmar, que es el mismo Espíritu el que rompe las barreras de separación gestando y afirmando que una nueva comunión es posible.

En esta pentecostalidad hemos de trabajar con ahínco  a fin de superar las barreras de género, sociales y culturales, que permanecen tantas veces arraigadas en nuestras tradiciones eclesiales y  prácticas comunitarias impidiendo la plenitud de la humanidad que nos muestra Jesucristo.

La acción permanente del Espíritu Santo en la vida de la iglesia hace que esta  no pierda su esencia. Y que en el poder del Espíritu proclame que hay esperanza contra toda esperanza. Que declare a los cuatro vientos, que la Esperanza está viva y que renace en cada acto de amor, de ternura, de lucha por la justicia, de todo gesto generoso y de trabajo por el recupero del rostro humano en nuestras sociedades.

Que esta pentecostalidad, acción permanente del Espíritu Santo, nos ayude a descubrir los nuevos signos de los tiempos y así revestidos del poder de lo alto y profundo seamos testigos creíbles de que es posible un nuevo cielo y una nueva tierra.

¡El costo de esta pentecostalidad, es que te llamen loco!

“Festo a gran voz dijo: Estás loco, Pablo” (del libro de los Hechos 26:24)

Y lo mismo dice todo el mundo, las personas que no conocen a Dios, de los que profesan la religión de Pablo, de todos quienes lo siguen a él del mismo modo que él siguió a Cristo. Es cierto que existe una clase de religión (también llamada cristiana) que puede practicarse sin sufrir semejante imputación, y que generalmente coincide con lo que dicta el sentido común. Me refiero a una religión formal que consta de una serie de normas que cumplimos regular y satisfactoriamente, pudiendo agregar a esto la ortodoxia, un sistema de opiniones correctas, y cierta dosis de moralidad pagana. En tal caso, muy pocos serán los que digan: “mucha religión te ha vuelto loco”.  Pero si tu objetivo es la religión del corazón, si hablas de justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo (Ro.14:17), entonces no pasará mucho tiempo antes de que dictaminen: “Estás loco.”  

Juan Wesley  La naturaleza del entusiasmo (Sermón 37)

Esta es la iglesia que inauguró el Espíritu Santo en Pentecostés. Que sea este mismo Espíritu el que nos encienda la vida y engendre la maravilla.

 

Pastor Américo Jara Reyes
Obispo

 

Ilustración: Espíritu Santo (baldaquino en la iglesia-catedral de São Félix de Araigua) de Cerezo Barredo
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