Al iniciarse la Cumbre sobre el Clima, las iglesias piden acción inmediata
Mientras los Estados se reúnen en la sede de las Naciones Unidas para la Cumbre sobre la Acción Climática celebrada el 23 de septiembre, la Alianza ACT, la Federación Luterana Mundial y el Consejo Mundial de Iglesias, que conjuntamente representan a 580 millones de cristianos en todo el mundo, fortalecen su llamado colectivo a favor de la justicia climática y la acción inmediata.
Centrándose en la interconexión de la Creación de Dios, nuestras iglesias exhortan a los gobiernos mundiales a adoptar medidas más enérgicas y a presentar planes concretos para hacer frente al cambio climático ya.
El mundo se ve afectado por los efectos del cambio climático a un ritmo cada vez mayor, lo cual incrementa las necesidades humanitarias y conduce a la caída en picado de la economía y a traumas ocasionados por violentos desastres naturales, tales como el huracán Dorian, el ciclón Idai, los incendios del Amazonas, las inundaciones en la India, Bangladesh y Myanmar, o las sequías en el Cuerno de África. Habrá una «próxima catástrofe» y los más vulnerables –aquellos que han contribuido en menor medida al cambio climático– es probable que se lleven la peor parte.
Como creyentes, instamos a los países reunidos en esta cumbre a adoptar medidas ambiciosas para hacer frente a las repercusiones del cambio climático, y a trabajar con renovado vigor para limitar el aumento de la temperatura mundial a menos de 1,5oC. Ha llegado el momento de actuar. El cuidado que debemos prestar a la Creación de Dios no puede esperar más.
Debemos hacer nuestra parte.
Instamos a nuestras iglesias miembros, organizaciones y comunidades a estar a la altura de este desafío mayor de nuestros tiempos. Nos mantenemos unidos frente a las fuerzas divisorias que buscan negar los hechos científicos y silenciar las voces de las mujeres, los jóvenes, los pueblos indígenas y otros que pueden perderlo todo con los estragos del cambio climático en sus vidas y medios de subsistencia.
Apoyamos a los más vulnerables.
En particular, urgimos a los países desarrollados a actuar y ser más ambiciosos a la hora de cumplir con los objetivos en materia de emisiones, proporcionar financiación y centrarse en las medidas de adaptación y mitigación para los más afectados por el cambio climático.
El cambio climático se ha convertido en una emergencia climática.
Hay que emprender una profunda transformación ya.