A 501 años de la Reforma Protestante

31 Oct 2018
en En contexto
A 501 años de la Reforma Protestante

(31 de Octubre de 2018)

Una sencilla reflexión para pensar la Reforma desde el arte, la creatividad y la celebración.

«La música gobierna al mundo, endulza las costumbres, consuela al hombre en la aflicción. Es hija del cielo. Es el más bello y el más glorioso don de Dios. Es una disciplina; es una educadora; hace a las gentes más dulces, más amables, más morales, más razonables… La Música es un maravilloso don de Dios y próximo a la Teología. No renunciaría a mis escasos conocimientos musicales, salvo por razones de fuerza mayor… la juventud debería ser enseñada en el arte de la Música…ya que hace a la gente más habilidosa… Ciertamente me gustaría alabar la Música con todo mi corazón, como el excelente don de Dios que es y recomendárselo a todos…». Martín Lutero

Entre los iconos del Reformador Alemán, siempre me ha impactado ese en el cual Martín Lutero aparece tocando una especie de mandolina. Acostumbrados a los retratos de rostro adusto y severo, en esta obra encontramos otras miradas, otros gestos que juntos constituyen toda una manera diferente, por una parte de comprender al Protestantismo, y por otra, al mismo reformador. Veamos algunos detalles:

  • En el centro está Lutero tocando una especie de mandolina, en un semblante casi extático, pero para nada alienado de la realidad. Simplemente es un tipo disfrutando del momento, de lo que le gusta hacer, un ser humano feliz, generando a su alrededor un fiesta sencilla. Es decir, un alguien libre y dueño de sí mismo, pero acompañado y acompañando a los demás.
  • Las fronteras entre lo religioso y lo secular son inexistentes: allí están Catalina, los chicos, el amigo Felipe, es decir familia y amigos, disfrutando del don de la vida en medio de tiempos convulsionados y muy difíciles. Solo los falsos profetas anuncian solamente desgracias. Los y las verdaderas profetas, siempre invitan y generan a su alrededor la celebración y la esperanza.
  • Y la parte que más me gusta: Felipe Melanchton, amigo, filósofo y teólogo, pareciera estar analizando la situación. Piensa…, pero tiene una expresión en su rostro similar a la del niño que descansa en el regazo de Catalina. Se complace también del don de la vida disfrutando de esa cerveza que suele acompañar las mejores veladas y tertulias. La cabeza y las pasiones no deben actuar siempre tan pero tan separadas…

Saque cada uno y cada una sus propias conclusiones, claro que hay mucho de autocrítica que debemos seguir haciéndonos, muchas reformas esperan aún con urgencia (ecclesia semper reformanda). Por mi parte celebro este día de la Reforma Protestante con esta consigna permanente para el compromiso y la militancia por el Evangelio, la justicia y la paz:
sin arte, sin alegría y sin celebración no hay revoluciones o reformas que valgan el sacrificio.

Pablo Martín Catania,
Pastor Iglesia de San Pedro.

Hace varios años que comparto esta sencilla reflexión en este día, aunque con algunos retoques según las coyunturas que vamos tejiendo con la Vida
Pintura de Gustav Spangenberg, 1875
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