Octavo domingo de Pentecostés

Salmo 23; Jeremías 23:1-6; Efesios 2:11-22; Marcos 6:30-34, 53-56
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Evangelio de Marcos 6.30-34, 53-56: Se destaca el ir y venir de la gente buscando a Jesús. Después del asesinato de Juan, Jesús quiere descansar con sus discípulos, pero al ver a las gentes tiene compasión de ellas, porque son ovejas sin pastor. Y la gente vuelve a buscarlo...
Profeta Jeremías 23.1-6: El profeta advierte a los gobernantes de Israel, malos pastores que dispersan al pueblo en vez de unirlo. Y anuncia, después de este juicio, un futuro de vida buena, en confianza y justicia, con buenos pastores que unirán al pueblo, que nunca los amenazarán.
Carta a los Efesios 2.12-16 (17-22): Ustedes estaban sin esperanza y sin Dios en el mundo. Ahora están unidos a Cristo, que hace la paz creando una nueva familia, nueva ciudadanía, nuevo templo y nueva humanidad.
Salmo 23: El poema y cántico del Dios pastor que nos hace descansar, nos conforta, nos guía. Un texto hermoso del antiguo testamento que nos adelanta la figura de Jesús, el buen pastor.