29 – Rivalidades y envidias
Guías Metodológicas
Esta jornada no cuenta con Libro de Actividades
Santiago 3:13-18
Qué difícil es enseñar a los niños y niñas y sobre todo a los adolescentes, estas cosas que aún lo mayores no tenemos resueltas.
Pero Santiago nos pone frente a ellas, están en La Biblia y son para hacernos mejores personas, para acercarnos más a Dios y a nuestro prójimo.
El versículo 13 del capítulo 3 dice: «Si entre ustedes hay alguno sabio y entendido, que lo demuestre con su buena conducta, con la humildad que su sabiduría le da».
No a la envidia, no a las rivalidades, sino a ser sabios con la sabiduría que viene de Dios. Esto trae la paz.
Y el versículo 18 termina diciendo que los que procuran la paz siembran en paz para recoger como fruto la justicia.
Y esto es lo que estamos haciendo como Maestros de escuelas bíblicas y como líderes de adolescentes «sembrando en paz para recoger como fruto la justicia»
Les recomendamos a los maestros que lean con el corazón el pasaje y que lo hagan suyo, orando al Señor para que añada sus bendiciones de comunión y amor, alegría y paz.
¿Qué queremos lograr?
- Comprender que la envidia y los celos nos llevan a pelear y alejarnos de las personas y de Dios.
- Vivenciar que la justicia frutifica en paz.
- Apreciar el reconocimiento del prójimo como regalo de Dios que nos completa y enriquece.
Versículo para memorizar
Más vale adquirir sabiduría que oro, más vale entendimiento que plata. Proverbios 15:4
Índice
./ niñas/os no lectores
Contar la siguiente historia:
Había una vez unos chicos que eran muy amigos. A la tarde, después de ir al Jardín, se encontraban para jugar un rato. Les encantaba jugar a la pelota y pateaban para un lado, pateaban para el otro. Después de jugar un montón, cada uno se iba a su casa recansado. A la mañana jugaban juntos en el Jardín ya la tarde otra vez.
Eran tan amigos que les gustaba estar juntos y se divertían cuando la pelota se iba para cualquier lado. Un día Esteban, uno de los chicos, fue a jugar con unas zapatillas nuevas y una remera de esas que usan los jugadores. iQué lío que se armól Tan amigos que eran y de pronto parece que se habían olvidado de cómo se querían. Estaban enojados porque Esteban tenía un equipo tan lindo, y entonces decidieron que ese día él no podía jugar.
Estaban muy enojados porque ellos también querían lo mismo que Esteban. Se pusieron a jugar a la pelota pero no se divertían tanto como otros días, ¿saben por qué? Porque faltaba un amigo y porque ese enojo que tenían se veía en sus caritas serias. Entonces …
- Terminen entre todos de hacer el cuento.
- Se pueden inventar distintos finales. ¡Aceptarlos!.
Explicar que la Biblia también nos cuenta que no tenemos que tener envidia por las cosas que tienen los demás sino que tenemos que compartirlas y de esa manera no habrá peleas ni enojos.
- Dibujar las diferentes escenas del cuento.
Entregar una tira rectangular de papel y enseñar a plegarla primero por la mitad y luego una vez más, para que queden 4 partes iguales en las cuales puedan armarla secuencia.
ORAR.-
./ niñas/os lectores menores y mayores
- Hacer paquetes con papeles brillantes para los chicos de la clase, algunos grandes y otros muy chiquitos (ver más indicaciones adelante).
- Entregar a cada niño hasta que alcance, pidiéndoles que no los abran.
Preguntar cuál les hubiera gustado que les toque y si les parece que los paquetes grandes tienen cosas más grandes y los chicos cosas más chicas. ¿Les gustaría sacarle el paquete a los compañeros que tienen el más grande? (sin abrir aún los paquetes) ¿Qué es la envidia? Dejar que ellos den ejemplos.
Comentar que cuando tenemos envidia de algún compañero no somos amigos, «casi» somos rivales (enemigos?).
¿Se alegran cuando un compañero hace el mejor gol en el partido? ¿O se saca la mejor nota en la prueba?
Reflexionar sobre el sentido de jugar «en equipo». Dejar que los niños cuenten.
Comentar que la Biblia dice que si hay entre ustedes algún sabio y entendido que lo demuestre con su buena conducta, con humildad. Ser humilde es no tener envidia, es no ser rival de mis compañeros sino alegrarme cuando al otro le va bien. ¿Leemos la Palabra de Dios para ver qué nos dice sobre esto?
Leer: Santiago 3: 13-18
- Abrir los paquetes. Y en todos los paquetes, grandes y chicos escrito como en un señalador, que tengan el texto:
“Los que tienen la sabiduría que viene de Dios, llevan una vida pura. Son compasivos y sinceros Y hacen el bien. Siembran la paz para recoger como fruto la justicia” Santiago 3: 17
- Repartir material para que ellos puedan hacer otros señaladores y regalarlos.
./ adolescentes
Comenzar jugando el juego de las sillas musicales en sus dos versiones: la tradicional competitiva y la alternativa, solidaria.
-
- La versión tradicional va sacando sillas y jugadores hasta que queda un jugador.
- La versión alternativa saca sillas pero no jugadores. Todos deben arreglarse para estar sentados aunque queden menos sillas cada vez. iEs muy divertido! (Si el grupo es muy numeroso termine en unas pocas sillas. No intente llegar a una sola porque puede ser riesgoso).
Reflexionar sobre los valores que fomenta uno y otro juego y preguntar con qué versión se divirtieron más.
Comentar que envidia, celos y rivalidad van de la mano, las dos nos traen amargura al corazón. No es fácil sacar la envidia del corazón sobre todo cuando se trata de envidiar cosas que otros pueden tener y que nosotros creemos que los hacen más felices. A veces hasta se nos presenta como un rival el compañero o la compañera, solo porque tiene las mejores zapatillas o la remera que tanto nos gustaba, suponiendo que por esas cosas es que puede salir a todos lados y que por eso le va bien …
Por el contrario, cuando compartimos, cuando favorecemos la colaboración, la solidaridad, los lazos se hacen fuertes y eso nos da paz y alegría.
¿Les pasó o les pasa esto? En lo posible que cuenten su experiencia.
Los mayores entendemos muy bien estas cosas porque también las pasamos, esto no tiene una edad, nos pasa a grandes y chicos, por eso tenemos que estar muy atentos en mantener en muy buen estado nuestra relación con Dios que es el único que nos puede «sacar» esa basurita de la envidia o rivalidad de nuestro corazón.
Tampoco es fácil pensar que la vida tiene otras medidas, cuando las vidrieras o desde la tele nos llenan de publicidades, supuestamente, «para ser felices». Es difícil dejar de sentir envidia por algunas cosas. Sólo el Señor lo hace posible, cuando llenamos nuestro corazón con la alegría y la confianza que nos viene de Dios.
Dice la Biblia en Santiago 3: 13 – 18: » … Los que tienen la sabiduría que viene de DIOS llevan ante todo una vida pura y además son … » ¿Alguien quiere leer?
Comentar que las cosas más difíciles de lograr hay que tenerlas siempre en primer lugar en la oración. Y en lo posible hay que pedir ayuda para que oren por nosotros, por esas cosas.
Terminar con una oración por los adolescentes y los mayores ante las situaciones difíciles que nos toca vivir.
¿Cómo se mide la vida?
La vida no se mide anotando puntos (como en un juego).
La vida no se mide por el número de amigos que tienes, ni por cómo te aceptan los otros.
No se mide según los planes que tienes para el fin de semana o por sí te quedas en casa sólo.
No se mide según con quién sales, con quién solías salir, ni por el número de personas con quienes has salido, ni por si no has salido nunca con nadie.
No se mide por la persona que has besado.
No se mide por el sexo.
No se mide por la fama de tu familia, por el dinero que tienes, por la marca de coche que manejas, ni por el lugar donde estudias o trabajas.
No se mide ni por lo lindo ni por lo feo que eres, por la marca de ropa que llevas, ni por los zapatos, ni por el tipo de música que te gusta.
La vida simplemente no es nada de eso.
La vida se mide según a quién amas y según a quién dañas.
Se mide según la felicidad o la tristeza que proporcionas a otros.
Se mide por los compromisos que cumples y las confianzas que traicionas.
Se trata de la amistad, la cual puede usarse como algo sagrado o como un arma.
Se trata de lo que se dice y lo que se hace y lo que se quiere decir o hacer, sea dañino o benéfico.
Se trata de los juicios que formulas, por qué los formulas y a quién o contra quién los comentas.
Se trata de a quién no le haces caso o ignoras adrede.
Se trata de los celos, del miedo, de la ignorancia y de la venganza.
Se trata del amor, el respeto o el odio que llevas dentro de ti, de cómo lo cultivas y de cómo lo riegas.
Pero por la mayor parte, se trata de sí usas la vida para alimentar o envenenar el corazón de otros.
Tú y solo tú escoges la manera en que vas a afectar a otros y esas decisiones son de lo que se trata la vida.
Autor/a desconocido/a