“Todo está clavado en la memoria. Espina de la vida y de la historia”

23 Mar 2019
en Declaraciones públicas, Episcopado
“Todo está clavado en la memoria. Espina de la vida y de la historia”

Carta pastoral por el Día de la Memoria

Cada 24 de marzo recordamos que se implantó en el año  1976 un gobierno genocida, que llevaría adelante un modelo económico neoliberal a fuerza de represión, tortura, muerte y desapariciones forzadas.

Se cernía en aquel marzo el inicio de una larga noche oscura, de terror, muerte, sangre y silencio. No fue posible la instauración de este régimen monstruoso, sin la complicidad del establishment, el apoyo empresarial, los medios de comunicación y la necesaria anuencia de amplios sectores religiosos. Sin olvidar aquello de “algo habrán hecho”, “por algo será”, como el manto del silencio que avaló, de alguna manera, el terror impuesto por el monstruo de mil cabezas.

Hacer memoria necesariamente debe de perturbarnos, sacarnos de nuestra comodidad al recordar y traer al presente, por la palabra o el pensamiento, sin temor alguno que este acto contamine o envenene el presente. Muy por el contrario esta memoria ha de impulsarnos, apasionarnos y comprometernos por un futuro de justicia, pan y pueblos libres.

En palabras y en la pluma de Don Federico Pagura en su poema, Vamos a vencer:

“Vamos a vencer con nuestro recuerdo
la amenaza de muerte total
y de cualquier otro intento
de volver a instalar en nuestra hermosa tierra
el imperio del terror, la mentira y la muerte”

Recuperar la memoria herida de aflicciones y humillaciones padecidas en medio del poderío imperial, sin olvidar la memoria de los actos de liberación, en los que Dios oyó, miró y se acordó de su alianza. Y por ello es que levantó santos y mártires testigos, de una iglesia que se negó a vender por un plato de lentejas a sus hijas e hijos.

“Pero corra el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.”
Amos 5: 24 

Que en esta nueva conmemoración del 24 de marzo, resuene una vez más el clamor en favor de la memoria, la verdad y la justicia, por un  pasado que ilumine este presente, en la construcción de un futuro esperanzador.

En la certeza de que tan solo la verdad nos hará libres y por ello es la base segura para edificar la casa común.

En la convicción de que la justicia es el reaseguro de la vida plena y abundante para éstas y las nuevas generaciones.

Que este 24 nos encuentre unidos en la diversidad  y profundamente esperanzados en la esperanza viva, atestiguada en la resurrección de Jesús, Dios con nosotros.

 “…y cuándo vuelve el desaparecido
cada vez que lo trae el pensamiento,
cómo se llama al desaparecido,
una emoción apretando por dentro.”

De desapariciones, Ruben Blades.

 

Abrazo fraterno/sororal.

Pastor Américo Jara Reyes
Obispo

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