Recursos litúrgicos y pastorales – Marzo a junio 2025

Marzo a junio 2025 (Ciclo C)
CUARESMA Y RESURRECCIÓN
HACIA UNA MENTALIDAD MISIONERA
Lecciones aprendidas de la Iglesia primitiva
En la Gran comisión (Mateo 28.19-20), la palabra griega traducida como ‘naciones’ es ethné, de la cual deriva nuestro término ‘etnicidad’. Jesús envía a sus seguidores a alcanzar a todas las etnias. Mateo, quien escribió para la comunidad judeocristiana, proclamaba a su gente que era necesario que llevaran a Jesús más allá de su propia tribu. La comisión consiste en ir más allá de nuestras fronteras y proclamar las buenas nuevas a todas las personas, al invitarlas a creer en el Dios de Jesucristo. Es un llamado a extender el alcance de esa fe a todas las etnias alrededor del mundo.
La historia del cristianismo está llena de buenos y malos ejemplos de cómo llevar a cabo este mandato. En América, el cristianismo llegó junto con la muerte y destrucción de los aborígenes a manos de los conquistadores europeos, que presentaron la cruz a punta de espada. Españoles y portugueses conquistaban un territorio y luego sistemáticamente “evangelizaban” a quienes allí habitaban. Los conquistadores y los misioneros consideraban a los nativos bárbaros y paganos y quisieron destruir las creencias de los indígenas. Los misioneros creían que hacían lo correcto al presentarles el evangelio, pero eran cómplices de la crueldad y rigor de los conquistadores europeos, causando la muerte de poblaciones enteras.
Estas atrocidades también se hicieron contra otras confesiones de fe. La expansión del cristianismo incluyó la guerra Santa contra los musulmanes en la Edad Media y la Inquisición en España contra los acusados de herejía. Las misiones cristianas en África, al aplicar la legislación inglesa, causaron estragos en las sociedades nativas con el fin de preservar el orden social y político. A la luz de esta historia de ejemplos que dejan muy mal parada a la misión cristiana, nos preguntamos si salió algo bueno de todo el trabajo misionero.
¿Existen ejemplos misioneros en los cuales brilló el mensaje de Jesús y no el de los sacerdotes y ministros que, actuando en Su nombre humillaron las culturas y las vidas de los pueblos que buscaban evangelizar?
Adoptar una mentalidad misionera
Y verdaderamente existen prácticas misioneras buenas, mejores y superiores. Como misionero tuve que aprender otro idioma, una cultura alternativa, música, formas del arte, modos de vestir, otras formas de transporte, comidas y bebidas distintas: pequeñas piezas de una nueva manera de vivir y comunicarme con la gente. Era necesario aprender a tener “una mentalidad misionera”.
Quienes crecimos en la fe, estamos llamados a aprender el lenguaje de la gente con la que vivimos y valorar su música, su arte, su manera de hablar, su forma de vestir. Debemos aprender a comunicarnos, aprender de la gente y amar a los pueblos, en toda su diversidad. El versículo más citado de la Biblia dice: “Pues Dios amó tanto al mundo que dio a su Hijo único para que todo aquel que cree en él no muera, sino que tenga vida eterna” (Juan 3.16). Dios vino en la persona de Jesús, no solo porque ama la iglesia, sino porque ama al mundo. Y nosotros y nosotras, líderes de la iglesia, que vivimos en medio de tantas personas “sin fe y sin iglesia”, hemos de animarnos a tomar este amor de Dios con seriedad y amar al mundo como Dios lo hace, empezando por hallar nuevas formas de relacionarnos con la gente que habita en nuestros barrios o ciudades.
El apóstol Pablo se refiere a esto cuando escribe a los corintios: Aunque no soy esclavo de nadie, me he hecho esclavo de todos, a fin de ganar para Cristo el mayor número posible de personas. Cuando he estado entre los judíos me he vuelto como un judío, para ganarlos a ellos; es decir, que para ganar a los que viven bajo la ley de Moisés, yo mismo me he puesto bajo esa ley, aunque en realidad no estoy sujeto a ella. Por otra parte, para ganar a los que no viven bajo la ley de Moisés, me he vuelto como uno de ellos, aunque realmente estoy sujeto a la ley de Dios, ya que estoy bajo la ley de Cristo. Cuando he estado con los que son débiles en la fe, me he vuelto débil como uno de ellos, para ganarlos también. Es decir, me he hecho igual a todos… y todo lo hago por el evangelio, para tener parte en el mismo. (1 Corintios 9.19-23).
Pablo buscaba un punto de partida para relacionarse con alguien fuera de su cultura, una manera de relacionarse con el “otro” desde un denominador común, para que la conversación fuese posible. Él abrió una puerta para que Cristo se incorporase a la relación y comenzara la labor de mutua transformación. Cuando hacemos contacto en una relación, el Cristo que habita en nosotros comienza a reconocer al Cristo que está en el otro o en la otra. Es en la relación y la conversación entre quien lleva las buenas nuevas y quien las recibe, que Cristo tiene la oportunidad de ingresar en ambos con su Espíritu transformador.
Fundamentos del mensaje del Evangelio
En primer lugar, una mentalidad misionera tiene claros los fundamentos del evangelio que proclama. Declaramos estos fundamentos en la afirmación, breve y sencilla, que repetimos cuando la comunidad de fe se reúne para celebrar la Santa Cena: Cristo ha muerto, Cristo ha resucitado, Cristo vendrá otra vez.
Cristo ha muerto. Somos testigos de que Cristo ha muerto, dio su vida, solidario con nosotros, muriendo por nuestros pecados y los pecados de la humanidad, para que podamos vivir una nueva vida en Él y la creación se reconcilie con Dios. Cuando estas palabras son dichas en el contexto de la Santa Cena, recordamos que somos pecadores y que nuestra complicidad con los pecados de la humanidad fue lo que hizo necesario que Cristo muriese por nuestros pecados. Él no murió solo por los pecados que hemos cometido como individuos, sino por los pecados de la humanidad, entre ellos la maldad sistemática de los pueblos y naciones, incluyendo los principados y los poderes. Por eso confesamos nuestros pecados y pedimos a Dios que nos perdone. Y afirmamos, junto al apóstol Pablo que “con Cristo (…) morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre” (Rm 6.4). La muerte de Jesús fue la culminación de una vida completa, para que podamos hallar en Cristo la manera de vivir nuestras propias vidas.
Cristo ha resucitado. Una mentalidad misionera nos lleva proclamar que el mismo Dios, Creador del universo, tomó la iniciativa de enviar su propio Hijo en la persona de Jesús para salvar a la humanidad de la muerte. Cristo derrotó a la muerte en la resurrección. Esto nos da la esperanza de que mediante nuestra relación con Cristo podemos vencer el mal. Tanto confiamos en Dios, a través de Jesucristo, que vivimos en la gozosa confianza de que Dios derrotará las fuerzas del mal. El evangelio de Lucas nos relata cómo Jesús partió el pan con dos de sus seguidores, después de caminar juntos por el camino a Emaús. Al partir el pan estos seguidores, “en ese momento se les abrieron los ojos y reconocieron a Jesús” (Lc 24.31).
Al afirmar que Cristo ha resucitado, celebramos la maravilla de que haya vencido a la muerte. Es un movimiento que va de percibir la culpa por nuestros pecados y las manifestaciones del mal en el mundo, a celebrar la resurrección que redime y salva. Celebramos que, como miembros de una comunidad de fe, podemos ver a Cristo en la otra persona.
Cristo vendrá otra vez. Una mentalidad misionera hace suya la afirmación de que la voluntad y los caminos de Dios prevalecerán finalmente sobre los intentos destructivos, “preparando el camino” para un orden mundial armonioso y justo. También afirmamos que, en el espíritu de Cristo, que habita en nosotros, trabajamos junto a Dios para hacer realidad Su Reino. Un llamado desafiante, en especial en un mundo desgarrado por la violencia y el odio. Nuestra confianza en que la victoria final es de Cristo, nos da esperanza para el futuro y nos alienta a trabajar con el Señor y con los demás para dar lugar a un mundo transformado por el amor de Dios.
Una mentalidad misionera busca invitar a otras personas a abrazar esta fe en el Cristo que murió por nosotros, quien se levantó victorioso para que tengamos una vida nueva, confiando en que Dios finalmente vencerá las fuerzas del mal. Proclamamos las buenas noticias del Reino, inaugurado por Jesús, mediante su presencia entre nosotros e invitamos a todos y todas a sumarse a la vida con Jesús y al compromiso con su Reino.
Douglas Ruffle, pastor y misionólogo metodista estadounidense, en la Introducción a Hacia una mentalidad misionera. Discipleship Resources, Iglesia Metodista Unida, USA, 2018. Resumen y adaptación de GBH.
En el archivo encontrará
- Orientaciones para la predicación
- Orientaciones para la acción pastoral
- Orientaciones para la liturgia del culto comunitario
Esta es una nueva entrega de Recursos Litúrgicos y Pastorales, para los tiempos de Cuaresma y Resurrección (Ciclo C).
Reedición de 2019 con nuevos materiales, incluyendo sugerencias de recursos musicales
- para hermanos y hermanas que asumen el ministerio de la Palabra,
- realizando trabajos pastorales en amplio sentido y con distintos grupos
- y a personas encargadas y colaboradoras en la liturgia del culto comunitario.
Cotejamos el “Leccionario Común Revisado” (LCR), en ediciones de varias iglesias hermanas. Nos permitimos abreviar algunos textos para la lectura pública, y algunas veces extendemos los textos bíblicos comentados, proponiendo también otras alternativas, generalmente dentro del LCR.
Este material circula en forma gratuita y solamente en ámbitos pastorales, dando crédito a todos los autores hasta donde los conocemos, valorando mucho su disponibilidad.
Agradecemos todos los materiales que hemos usado –ya disponibles en varias redes–, como aportes para estos “recursos”. Y especialmente agradecemos la buena cantidad de materiales litúrgicos enviados por la pastora Cristina Dinoto, y las fotos de la pastora Hanni Gut.
Las indicaciones de las fuentes musicales son:
- CA – Cancionero Abierto, ISEDET.
- CF – Canto y Fe de América Latina, Igl. Evangélica del Río de la Plata.
- CN – Himnario Cántico Nuevo, Methopress.
- MV – Mil Voces para Celebrar, himnario de las comunidades metodistas hispanas, USA.
- Red Crearte, https://redcrearte.org.ar/
- Red de Liturgia del CLAI: reddeliturgia.org
- Red Selah: com
Anotamos las versiones de la Biblia mayormente usadas:
- RV60 o RV95 o RVC – Reina-Valera o Reina-Valera Contemporánea
- DHH – Dios habla hoy, desde la tercera edición o Biblia de Estudio.
- NBI – Nueva Versión Internacional – Edit. Vida, USA
- BJ – Biblia de Jerusalén – Desclée de Brouwer, Bélgica-España
- Libro del Pueblo de Dios – Verbo Divino, Argentina
Y registramos las distintas ediciones de los Leccionarios:
- LCR – Leccionario Común Revisado
- LUMC – Leccionario de la United Methodist Church
- LMet IEMA – Leccionario Dominical de la Iglesia Evangélica Metodista Argentina
Fraternalmente, Laura D’Angiola y Guido Bello, desde la congregación metodista de Temperley, Buenos Aires Sur.
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Marzo a junio 2025 - Cuaresma y Resurrección
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