Madre de todas las batallas
Nora Cortiñas. Mujer valerosa, luchadora e incansable por la memoria, la verdad y la justicia.
Nuestro reconocimiento por su visión clara, en la entrega permanente por la dignidad de la vida.
Nuestra oración por su familia y por quienes la despedimos, con tristeza y dolor.
Damos gracias a Dios por la vida de Nora Cortiñas, a quien por un afecto entrañable se le conoce como Norita.
Damos gracias a Dios, porque supo que ese amor inconmensurable, comenzaba en la búsqueda incansable de la vida desaparecida.
Damos gracias a Dios, porque denunció con valentía y claridad, la falsedad y la mentira al servicio de modelos de impunidad, exclusión y desmemoria.
Damos gracias a Dios, porque se jugó por la vida con inteligencia, alegría y de todo corazón, de manera siempre comprometida y generosa.
Damos gracias a Dios, porque sus brazos abrazaron las luchas de las y los más vulnerables, en unidad y solidariamente.
Damos gracias a Dios, porque ganó las calles, sirvió en las barriadas y se sintió hermanada en las luchas populares.
Damos gracias a Dios, porque su figura señera continuará entre su pueblo y en todos los corazones, que supieron latir distinto al oír su palabra y al compartir su vida.
Pedimos al Dios de la vida buena y justa, que la simiente que sembró, fructifique abundantemente.
Y la despedimos en sus propias palabras:
“La lucha de todos los días es la que forma ese andamiaje de la memoria, la verdad y la Justicia”.
Que así sea.
Pastor Américo Jara Reyes
Obispo